Capítulo 8

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Sería su primer día, quería verse maduro y profesional, pero Ben le dijo que ir en traje su primer día era exagerar, asi que unos jeans y una camisa azul que resaltara sus ojos tendría que funcionar.

Tenía todo lo que necesitaba, sus padres lo llevarían el primer día, estaba muy emocionado por eso, le encantaba la cara que ponían los chicos del colegio cuando sus padres lo recogían en las tardes, decían que era muy afortunado por tener padres tan apuestos.

Ezio bajó haciendo mucho ruido por la escalera para que sus padres supieran que estaba llegando, más de una vez los había encontrado besándose en la cocina o en la sala, o en cualquier lado de la casa, Brian decía que tenía que llenar a Evander de tanto amor como fuera posible.

- Corre amor, tenemos que salir de la casa, está temblando.

- No, sólo soy yo bajando las escaleras.

Brian se veía muy aliviado de que no fuera un terremoto, estaba agitado y sonrojado abrazado a Evander. Ezio pensaba que Brian era demasiado ingenuo para ser médico, estaba tentado a buscar su cédula profesional o pedirle que le hiciera alguna cirugía menor sólo para probarlo.

- Te preparé panqueques de osito, tiene fruta y una sonrisa de chocolate.

Era un oso muy lindo, con ojitos de chispa de chocolate y frutas alrededor, un remolino de crema batida en cada oreja lo hacía verse más tierno.

- Pero ¿Por qué? Los redondos son más prácticos, no tardarías tanto decorando.

- Lo sé, pero resulta que amo los osos, acá entre nos, no se lo digas a tu padre, él es lampiño.

Brian le giño un ojo y le dio una sonrisa cómplice que Ezio no comprendió.

- ¿Qué tiene que ver eso con algo?

Brian se alejó de él cómo si no supiera de que estaban hablando, Ezio no sabía de qué estaban hablando.

- Nada.

***

Todavía no salía del auto y ya sentía la presión, ser hijo de Raymond Maxwell significaba tener que ser tan perfecto como su padre, Raymond era un hombre fuerte, orgulloso, controlador y un tiburón en los negocios, se movía mediante inversiones, tenía instinto, era lo que todos admiraban de él, por su parte Dylan... Dylan tenía salud.

- Espero que todo salga como lo planeamos Dylan, no invertimos en un tutor los últimos seis meses para que no estés al nivel de esa institución.

- Desde que tuviste que dar un "donativo" para entrar debiste darte cuenta de que no estaba al nivel de la institución padre.

Dylan podía imaginar a su padre apretando la mandíbula y suspirando lentamente, no muchas personas sabían que Dylan era hijo de Raymond Maxwell, no era por que fuera adoptado, no, en eso no radicaba la vergüenza, era porque Dylan no era nada parecido a sus padres, no era ambicioso como su madre, ni un tiburón como su padre.

Escuchó un ajetreo del otro lado de la línea y supo que Arthur había tomado el teléfono.

- Espero que te diviertas cariño, conozco al director desde hace tiempo y le hablé de ti, no dudes en pedir ayuda si la necesitas amor (No lo consientas) cuida bien de mi bebé y disfruta de tu primer día amor.

Al parecer Arthur colgó antes de que su padre tuviera algo más que decir y Dylan se lo agradeció.

Bajó del auto antes de arrepentirse y regresar al departamento, al final no tenía muchas opciones toda su vida ya estaba planeada.

Jóvenes Extraordinarios 4 Niño CaprichosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora