Capítulo ocho

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-Ya veo -dijo no muy convencida- pues me alegro que se estén llevando bien

-Claro, nuestro hijo ya nos contó el como se conocieron, cuando se casaron y hasta como fue el recibir a su hijo Gohan -explicó-

-¿En serio? ¿Tú recordabas todo? -preguntó sorprendida mirando a su esposo-

-Claro Chi -contestó- yo recuerdo todo lo importante -dijo con orgullo-

-.....-esta no dijo nada, tan solo sonrió con un bello sonrojo-

-Pero aun no nos has contado como o cuando supieron que el otro pequeño... este Goten, ¿como supieron que venía en camino? -preguntó emocionada por escuchar esa historia también-

-Bueno, esa es una historia diferente a la de Gohan -dijo el pelinegro mientras rascaba su nuca-

-Y ¿eso por qué? -preguntó aquel saiyajin-

-Porqué yo estaba muerto -contestó como si fuera de lo más normal-

-¿¡Qué!? -gritaron al mismo tiempo-

-Si -continuó- cuando nació Goten yo estaba en el otro mundo entrenando con Kaiosama

-¿Cuánto tiempo estuviste ahí? -preguntó la saiyajin. Tenía muchas dudas, pero decidió empezar por esa-

-Siete años o un poco más -contestó no muy seguro- de hecho, acabo de volver hace unos días -dijo riendo-

-Pero, entonces ese niño... -interfirió Bardock casi asegurando algo-

-¡Bardock! -lo interrumpió-

-Perdón, pero que Kakarotto estuviera muerto y durante esos años naciera un hijo... es extraño

-Bardock... -volvió a llamarlo, señalando que dejara de hablar-

-Descubrí que estaba embarazada justo en el día que Goku y Gohan se fueron a pelear con aquel horrible monstro -explicó antes de que siguieran con aquellas tontas suposiciones- Goku ya no estaba, así que decidí esperar a que regresará de la pelea para darle la noticia, pero obviamente eso no sucedió -comentó algo melancólica-

-Lo siento Chi -dijo apenado, rodeando a su esposa con su brazo-

-No te preocupes -sonrió falsamente-

-Vamos, al final si regresé -dijo con una pequeña risa- aunque un poco después

-Un poco -le repitió en tono de queja-

-Bueno, tal vez mucho

-¡Fue demasiado! -interfirió la saiyajin- me sorprendes Chichi, como pudiste resistir tanto tiempo el estar sola

-Gine tiene razón, en nuestra raza no es común ver eso -comentó- si alguien por alguna razón se queda solo, debe conseguir pareja lo antes posible para poder seguir engendrando más guerreros

-Que bueno que Chi no es de esa raza -comentó en un suspiro de alivio el pelinegro  mientras rascaba su nuca-

-.....-esta rio un poco por el comentario de su esposo- aun así no estaba sola, tenía a mi Gohan y Goten venía en camino -explicó- además mi padre venía diario a verme

-Aun así, es de alabarse, estuviste siete años sola, cuidaste a dos pequeños y lidiaste con el luto de tu marido -dijo aun sorprendida- y después de todo recibirlo otra vez contigo...

-Lo que no entiendo es, si ustedes tienen la opción esa de las esferas para regresar a la vida, ¿por qué no volviste rápido? ¿Por qué tardar siete años? -preguntó Bardock-

-Bueno, las esferas se tardan un año para volver a usarlas, así que no podía volver tan rápido -explicó-

-Y después del año, ¿por qué no volviste? -insistió-

-No quiso -contestó la pelinegra por él-

-¿Cómo? ¿no querías volver? -preguntó Gine-

-¿Preferiste estar muerto que volver a tu casa? -continuó el saiyajin-

-No, no, no... -negó el pelinegro- así no fueron las cosas, Chi yo dije que...

-Eso ya es otro tema – lo interrumpió- mejor háblenos de ustedes -sonrió dirigiendo su mirada hacia los saiyajines- quiero saber más sobre mis suegros -dijo en una pequeña risa mientras tomaba las manos de Gine-

-¡Claro! -contestó feliz aunque un poco incomoda por el mini roce que había pasado entre su hijo y nuera- ¿Qué quieres saber?

-Lo que ustedes quieran contar -contestó-

-Bien, ¿quieres empezar tú Bardock? -preguntó tiernamente mirando a su esposo-

-No Gine, adelante -dijo con una pequeña sonrisa por la emoción de su esposa- comienza tú a platicarles algo

-¡Está bien! -sonrió- bien pues...

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