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El sujeto traía del brazo a la chica quien ponía resistencia.

Ninguna de las señoras hacía lo posible por ayudarla, bueno, lo esperaba de ellas. Pero no de Margareth.

La mano de el guardaespaldas se poza sobre su espalda, siendo empujada dentro del despacho; cayendo sobre la alfombra. La puerta es cerrada desde el otro lado, dejándola a solas con su jefe.

Fue tomada por los cabellos y llevada a rastras hacia el escritorio, es azotada con fuerza contra este. Algo es colocado sobre su frente, al posar su vista en el objeto se da cuenta que es la boca de una pistola. Una mueca se forma sobre sus labios, lo veía venir.

Ella y el hombre no cruzan palabras, dos golpes aterrizan sobre su rostro e inmediatamente la sangre sale por su nariz. La chica suelta una risa burlona, lo que provoca que el viejo enfurezca y la vuelva a golpear.

La joven evita hacerle frente o siquiera defenderse, pues sabe que su fuerza no es nada a comparación del contrario, solo juega con su paciencia. De nuevo la boca del arma está en su frente.

El dedo se encuentra casi presionando el gatillo. Eso le desespera, si la quiere matar... Que lo haga de una vez.

—Empieza a rezar, porque lo que hiciste no tiene perdón. — dijo el señor.

¿Perdón?

Este tipo está completamente loco.

La chica rió, colocó su pulgar encima del gatillo junto al del señor.

—¿Quieres demostrar ser inferior por solo por amenazarme?—la chica lo encaró. — Porque lo único que sabes hacer es matar. Créeme que no logras asustarme. Eres un ser que cree que tiene todo a sus pies por solo pertenecer a un rango superior, ¡pero solo eres una basura!

—¡Cierra tu puta boca!

—¿Por qué, ah? ¿te duele las verdades? ¿Qué te las griten en la cara? — siguió jugando con la ira del viejo aunque parecía ser una mala idea – ¿Vas a matarme? Adelante, dispara.

—Tú lo pediste – apretó el gatillo y con solo esa bala acabó con la vida de la joven.

La puerta fue abierta de golpe, su empleado estaba paralizado al ver el cadáver desangrando.

—Haz algo con el cuerpo, no lo sé. Pero no quiero encontrarlo cuando regrese, ni las manchas de sangre.

Fᴏʀ A Bᴇᴛᴛᴇʀ DᴀʏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora