Teacher's Pet🐾; Markson

IX

La puerta del departamento rebotó cuando Mark la empujó apresuradamente para seguir besando a Jackson. Los labios de Jackson sabían a alcohol, tal vez era por eso que Mark comenzaba a sentirse embriagado y cada vez se fundía más entre los brazos de Jackson. La puerta siguió su camino y Mark supo que se había cerrado cuando escucho la alarma saltar.

Mark besó cada centímetro del rostro de Jackson, por cada beso lo miraba a los ojos mientras sonreia de oreja a oreja. Mark tomó de la mano a Jackson para arrastrarlo hasta su habitación. Suavemente, Jackson se sentó sobre la cama, mientras  suyo Mark se encargaba de besar con dulzura sus labios, Mark acuno el rostro de Jackson entre sus manos, obligando el contacto visual, mientras el rostro de ambos ardía en vergüenza.

—Te amo - soltó Mark, y besó de nuevo los labios de Jackson, sin usar la lengua, un beso en el que únicamente sus labios se abrazaban y se decían sin palabras la misma palabra una y otra vez. "Te amo".

Las Manos de Jackson acariciaban la silueta de Mark por debajo de su ropa, hasta que esta comenzó a estorbar y Jackson la quitó de encima dejando al descubierto el hermoso cuerpo de Mark. Sus brazos rodearon la cintura del mayor atrayendolo hacia el. Entonces Mark comenzó a mover sus caderas, causando fricción en el miembro de Jackson, sin prisas, por que, a fin de cuentas, ambos querían vivir el momento, vivir una vida y al morir llevarse la imagen y sentimiento de ambos, sobre la cama, amandose.

Jackson llevó los brazos hacia la espalda de Mark, sosteniendola con fuerza rió la vuelta sobre su lugar mientras que Mark apretaba el agarre de sus piernas al torso de Jackson, logrando que Jackson quedara sobre Mark, quien ahora se encontraba recostado sobre la cama.

Jackson comenzó a besar las mejillas del mayor y con su nariz acarició el cuello del mismo, causando un suspiro de parte de este al sentir el contacto cálido de la respiración del castaño contra su cuello. Las caricias y los besos siguieron su rumbo y pronto Jackson llegó a el cierre de los jeans de Mark mientras este contraia el estómago por instinto ante la excitación.

Las manos de Jackson trabajaron los jeans y ropa interior de Mark sin abandonar las caricias y besos en el abdomen del mismo. Cuando el mayor estuvo completamente desnudo recorrió con la lengua el camino hasta la entrada del mayor. Y lamió. Lleno el agujero de besos y embestidas simuladas con la lengua, sus dedos también se sumaron a la fiesta, abriéndose paso cuidadosamente, con movimientos circulares y embestidas apoyadas de la saliva que su lengua había repartido.

Mark tiró suavemente del cabello de Jackson, lo cual entendió como la señal de que Mark estaba listo. Jackson se deshizo de sus pantalones y ropa interior, logrando que su miembro erecto se liberara, causando un pequeño gemido de su parte.

El castaño comenzó a penetrar la entrada del mayor, con embestidas duras, pero manteniendo un ritmo suave, sus manos se entrelazaban y encajaban perfectamente, las pequeñas gotas de sudor adornadas hermosamente la frente de ambos y las palabras de amor hacían que ambos apreciaran su momento.

-Yo también te amo. -dijo Jackson, mientras  daba una última embestida, quedándose ahí por unos segundos para que ambos pudieran disfrutar de su orgasmo. Un beso culminó perfectamente la escena. Ambos habían quedado satisfechos, y aún aun mas importante. Por primera vez, se dijeron te amo.
○
●
○

Shien se encontraba saliendo de su trabajo, su automóvil la esperaba en el estacionamiento, su rutina había terminado y al fin podía hacer cualquier otra cosa fuera de su agenda. Tal vez, visitar a Mark. Sin embargo, ¿con qué excusa lo haría?.

Subió a su auto y dejó su bolso en el asiento del pasajero, al regresta la mirada notó un pequeño reflejo de luz, cuando este se difuminó Shien tomó el objeto.

Al parecer eran unas llaves; las llaves de Mark. Recordó aquella escena que le había hecho la última vez que lo vió. Todo por ese niño estúpido. Jackson.

Las llaves serían una buena escusa para visitar a Mark, quizás devolviendo sus llaves lograba encontrar alguna oportunidad para arreglar las cosas con el.

Encendió el motor y puso en marcha su recorrido. Shien escuchaba la radio con una expresión feliz, sus dedos se movían a el ritmo de las canciones e incluso las cantaba aunque no se supiera la letra. Después de un par de calles, logró llegar al edificio en el que se encontraba el apartamento de Mark.

Su mente sólo reproducía la cara de felicidad que Mark pondría al ver que ella tenía sus llaves con aquel llavero de Scooby Doo que tanto le gustaba.

Sacó su móvil del bolso y buscóel contacto guardado como "novio", marcó una vez, el celular sonó, pero nadie contesto. Shien intentó una segunda vez, una tercera, una cuarta y sin embargo la respuesta nunca llegó.

Decidió entrar al edificio y tocar la puerta, talvez el teléfono de Mark estaba silenciado. Subió las escaleras iluminadas por pequeños balcones que permitían entrar a la luz solar. Después de unos minutos subiendo escaleras llegó a la puerta del apartamento de Mark. Tocó la puerta y se alejó un paso. No tuvo respuesta, tocó una segunda vez, esta vez más fuerte, de nuevo, no tuvo respuesta.

Consideró marcharse, sin embargo, para ella era mejor idea entrar al apartamento y sorprender a Mark, quien seguramente estaría profundamente dormido.

Shien metió la llave encontrada en el cerrojo de la puerta, sin embargo este no giró como se suponía, 《Que tonto ha sido Mark, dejó la puerta abierta》.

La mujer entró al apartamento, llevó las llaves abrazandolas sobre su pecho. Sus tacones resonaban en la silenciosa residencia. Notó la puerta de la habitación de Mark entreabierta. 《Es mi oportunidad de sorprenderlo》tuvo más cuidado de no hacer ruido con los zapatos para no despertar a Mark.

Tomó el pestiño de la puerta y la empujó con cuidado.

La imagen que vio la destrozó, las lágrimas caían de sus ojos son consetimiento. Dos hombres desnudos abrazandose sobre la cama. Más bien, Mark desnudo con Jackson abrazandose sobre la cama. La tristeza se convirtió en furia. Shien lanzó las llaves sin importarle el paradero de estas, caminó hasta la  entrada,  acompañada de la ruidosa jarana de sus tacones y aporreo la puerta detrás de ella.

Se sentía estúpida y humillada. Esto no iba a quedarse así.