𝑷𝒓𝒐𝒉𝒊𝒃𝒊𝒅𝒐 | Kookgi |

12 • ¿𝑫𝒊𝒔𝒄𝒖𝒔𝒊𝒐́𝒏? •

Ese fin de semana era el principio de mi nuevo horario, donde lo normal sería que duerma en la casa de Jungkook y no solo en casos especiales.

Estaba guardando en una caja algunas cosas que debía llevar. Jungkook ya me había traído para llevar algo de ropa, así que por ese lado no necesitaba mucho más.

Estaba sentado en el medio de mi habitación con una caja a mi lado con un par de cosas preguntandome si debía o no llevar algunas más.

Sentía que se llenaba la caja, era una manera de aceptar que pasaría poco tiempo con él, pero al mismo tiempo no quería que creyera que no pasaría mucho tiempo en su casa.

Suspuré frustrado cuando una idea brillante se pasó por mi cabeza, haciendo que tome la computadora portatil y me siente en la cama para hacer la compra más importante de mi vida.

-¿Llega mañana?- Leí pensando su valía la pena el costo extra. -A la mierda, si-

Cliqueé el botón de compra y sonreír alegre con mi nueva estrategia.

Eso ocuparía lugar en la caja.

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Salí al jardín de mi casa y me acercé a mi tía que se encontraba sentada en un gran sillón de exterior, viendo las flores con los ojos brilloso mientras que el jardinero regaba las rosas del otro lado del lugar.

-La señora Lee me ha dicho que planeas mudarte- Dijo viéndome de reojo.

-Algo así- Susurré asintiendo lentamente. -Los fines de semana volveré-

-Con Jeon- Dijo desviando la mirada.

Mi tía siempre mirada a los ojos cuando hablaba con la gente. Consideraba una mala educación directa no hacerlo, pero ahora parecía distraida.

-¿Hay algún problema?- Pregunté frunciendo el ceño preocupado.

-No me agrada la idea de que vivas con el hombre que pudo haber provocado que no nazcas- Soltó haciendome alzar una ceja.

-¿Que quieres decir?- Pregunté sorprendido por aquella declaración.

-Que tus padres iban a cancelar la boda por su culpa- Dijo con molestia en su voz.

-¿Qué? - Pregunté sin saber que decir. -¿Cómo?-

-No lo sé- Dijo alzando los hombros. -Unos días antes, tuvieron una discusión donde hablaron mucho de él y tu padre gritó que quería cancelar la boda-

Parpadeé sorprendido y sintiendo un dolor en mi pecho similar a pinchasos de agujas largas y finas directo en mi corazón.

Tenía que hablar de esto con él. No iba a dejar que alguien que nunca lo quiso me haga cambiar de opinión. Necesito su punto de vista del tema.

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Cuando llegué a la mansión de los Jeon ese lunes, me dirigí a la habitación que fue nombrada suya hacía un tiempo.
Dejó sus cosas, se quitó la ropa, entró a su baño y preparó la tina con agua tibia y espuma.

Jungkook estaba trabajando en la compañía, por lo que tenía tiempo suficiente para instalarse y volver ese lugar algo más suyo.

Adentré mi cuerpo en el agua intentando calmar mis pensamientos al rededor de la declaración de mi tía Min, sin lograrlo en lo absoluto.

Mis padres no eran de discutir en lo absoluto. Recuerdo vividamente que en los doce años que viví con ellos, solo habían discutido dos veces y yo no había escuchado ninguna de esas peleas.