Capítulo IV - Heridas Que Nunca Sanaran

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-Entonces que te paso en los brazos, porque los tienes vendados? - pregunto Choso -

Deje de balancearme en el columpio - Porque intente suicidarme... -

Ambos hermanos se quedaron en silencio, lo tenían más que claro pero porque había intentado quitarse la vida una persona que aparentaba ser tan feliz.

-No soy más que una carga para mi madre... - agache la cabeza - Desde que perdí la vista no soy más que un estorbo, ya no quiero seguir aquí... -

Esou iba a hablar pero Choso lo miro y negó en señal que te dejara continuar hablando.

-Perdí...la vista por cobarde, estúpida y egoísta... Se que esto es un castigo por lo mala que fui pero preferiría estar muerta... Pero ni siquiera pude quitarme la vida - hable entre sollozos - me dio miedo y termine pidiendo ayuda... -

Choso sujeto tu mano - Esta bien... Desahógate, no todo el tiempo tienes que sonreír -

-Es lo único que puedo hacer, sonreír y fingir que todo esta bien - limpie mis lagrimas con la mano que tenia libre -

Kin se alejo de Esou y volvió con su dueña apoyándose en las rodillas de la chica para alcanzar su rostro lamio la mejilla de su dueña, para calmarla no le gustaba verla llorar.

-Yo fui una mala persona - dije una vez que me calme - en un intento de volverme popular y no sufrir como los demás marginados... -

Hace dos años atrás~

Primer año de preparatoria - Prefectura de Miyagi

-Oye (...), escuchamos que eres buena en matemáticas porque no vienes con nosotros - dijo una chica -

Esta era mi oportunidad, quizá así dejaría de ser parte de los rechazados, sin pensarlo dos veces respondí.

-Si -

Ellos son los más populares, deje a mis verdaderos amigos para formar parte de ellos, cuando ellos molestaban a mis antiguos amigos yo solo me limitaba a escuchar fue una buena idea quedarme de este lado, no?... Ellos pueden ser realmente pesados cuando se proponen molestar a alguien.

-Bien, chicos tengan mucho cuidado - hablo la maestra - estaremos trabajando con ácido nítrico, recuerden usar lentes y guantes -

-Esto es realmente aburrido, (...) porque no vienes con nosotros esta tarde iremos de compras -

-Claro, estoy disponible - me quite los lentes un momento para limpiarlos -

-Traidora... -

Lo último que vi fue la cara mi antigua amiga, me lanzó el ácido en la cara, el dolor que sentí fue indescriptible, desde que me lanzó el ácido hasta que llegue al hospital estuve consciente en todo momento.

Mi familia fue marginada por mi culpa, la presión que la gente ejerció sobre nosotros era excesiva mis padres se divorciaron y a mi me hecharon la culpa dijeron que yo era quien los acosaba.

-Todo es tu culpa, por tu culpa tuve que buscar un nuevo trabajo y mudarme -

-Lo siento... - repetí mientras me abrazaba a mi misma -

...

-Mis ojos fueron los más afectados y mi familia quedó casi en la ruina después de tantos tratamientos y sumado a los trámites de divorcio y mudanza - suspire ya un poco más tranquila - por eso intente suicidarme... -

Ninguno se atrevió a hablar.

-Lose... Soy horrible, porfavor solo no le digan a nadie más... Si nos hechan de aquí, nose que haré -

-Todos cometemos errores... Lo importante es que has decidido cambiar - hablo Choso mientras miraba el cielo - Es una pena que hayas tenido que perder la vista para poder darte cuenta de eso - se balanceo un poco -

-Hermano... Tus palabras realmente me han llegado al corazón - pensó Esou mientras veía la escena -

Respire hondo y suspire - Tienes razón, me siento mejor ahora... Es como si me quitara un gran peso de encima - sonrei  - Gracias por escucharme -

-No vuelvas a hacerte daño, mis hermanos y yo te tenemos algo de aprecio - dijo Choso algo avergonzado - y no nos gustaría ver mal a una persona tan amable -

-No lo volveré a hacer... Te lo prometo -

Esou lo miro con una sonrisa mientras levantaba las cejas - Bien hecho, hermano - pensó contento -

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Sueños Rotos (Choso y Tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora