Capítulo 30

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Sehrazat se acomodó del cuello de la camisa y sintió el tintineo de los dos dijes, el corazón y la llave, sobre su pecho. Tragó saliva tratando de pasar el nudo que tenía en la garganta, finalmente Onur se había ido hacía diez días y ella no podía superar la tristeza que eso le había producido...

Golpeó la puerta de presidencia de Binyapi y entró. Por un momento, esperó verlo allí sentado a él, su mirada tan profunda en la de ella, desafiante por momentos y tan cristalina, plena de amor en otros...

-Buenos días, doña Feride...- dijo y sonrió con cortesía.

-Sehrazat... querida... pasa...- dijo y ella vio que Zafer ya había llegado.

-Bueno... aquí estamos...- dijo el hombre mirándola- ¿qué querías decirnos?

-Yo... quería decirles que estoy contemplando la idea de dejar el proyecto en que trabajábamos con Binyapi... me siento algo perdida... todas las modificaciones me disgustan...

-Es por Onur, ¿verdad? - dijo doña Feride y Sehrazat sintió que los ojos se le nublaban por las lágrimas.

-Bueno...

-Querida... no había conocido a nadie tan cabeza dura como ustedes...

-Es algo que no pudo ser...

-Podría no ser tan definitivo... he hablado con mi hijo últimamente... está igual que tú... ¿con qué necesidad?

-Bueno... yo no dudo de sus sentimientos... pero él finalmente se fue con Yasemin...

-¿Yasemin? ¿quién te dijo eso? Ellos terminaron antes de que él se fuera...- dijo doña Feride y la vio sonreír.

-Por un lado me alegra... no me caía bien ella...- dijo y se acomodó en su asiento.

-A mí tampoco...- dijo doña Feride y le sonrió.

-Pero él se fue igual... eso significa que tomó una decisión...

-La tomó... y lo hizo porque no podía seguir viéndote y trabajando contigo si quería olvidarse de ti...

-Sehrazat...- intervino Zafer que se había mantenido en silencio.

-Dígame...

-No me gusta verte así... me preocupa que esto afecte tu trabajo... no solo por la empresa, sino por ti...

-Le prometo que...

-No hace falta que lo hagas...- dijo Zafer y doña Feride intervino.

-Escucha, querida... yo entiendo lo del proyecto, esa es una decisión tuya, pero no puedes seguir así, tienes que encontrar una salida...

-Hagamos una cosa...- dijo Zafer- tómate una semana... dedícate a descansar... a olvidarte de todo... y luego tomarás una decisión... ¿qué te parece?

-Bien... si usted cree que puedo hacerlo, sería de una gran ayuda...- dijo un poco más aliviada.

La reunión terminó y cuando Sehrazat volvió a casa, se distendió un poco y salió a correr...

Mientras tanto, en Milán, Onur había decidido hacer lo mismo, corriendo por las hermosas calles de su nuevo y pintoresco barrio, Navigli...

Habían sido días de mucho trabajo, sobre todo porque estaba haciendo un curso para aprender italiano y así no forzar a todos a hablar en inglés...

Habían querido presentarle infinidad de mujeres, los italianos eran tan distintos a ellos, tan simpáticos y entradores, nada reservados en su cortesía... pero él ya se acostumbraría a eso... sabía que las intenciones siempre eran buenas...

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