Capítulo 3

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Sehrazat se perdió un momento en los ojos de Onur, le costaba trabajo hacerse a la idea de que el destino los hubiera vuelto a reunir...

-No puedo creer que volvamos a encontrarnos y aquí...- le dijo ella y él alzó las cejas.

-Has tenido muy mala suerte... Sehrazat...- le dijo y comenzó a bajar los escalones.

-¿Por qué? - le dijo ella bajando a su lado.

-Claramente porque planeabas no volver a verme y ahora tendrás que hacerlo...

-No... no... espera... puedo explicarte...- le dijo ella y él la miró al llegar al descanso de la escalera.

-¿Qué me dirás?

-Perdí el teléfono... al día siguiente... quise ubicarte... evidentemente el destino nos reunió...

-¿O fue el karma?

-El destino... escucha Onur...

-No... no hace falta... después de todo sólo fue una noche...

-Claro...- dijo ella y sintió que él estaba todavía muy enojado- ¿puedo invitarte a tomar algo?

-¿Alcohol? No tomo buenas decisiones cuando bebo...

-Una gaseosa, un jugo... un café... quiero verte... estoy feliz de haberte reencontrado ¿no lo entiendes?

-Sehrazat... ¿viste tu cara cuando te diste cuenta de que era yo al frente de la clase?

-Me dio miedo de esto... de lo que pudieras pensar... ¿podemos ir a otro lugar? Me exaspera no poder hablar contigo de mejor forma...

-Iré... pero sólo porque somos adultos y deberemos saber como manejar esto...

-Bien...- dijo ella y sonrió de costado cuando salieron de la facultad y se encaminaron hacia uno de los bares que estaba cerca, aunque no eligieron el más concurrido...

No bien se sentaron y pidieron un café para cada uno, ella buscó sus manos por sobre la mesa y él se quedó mirándola, algo incómodo...

-Necesito que entiendas que quería seguir viéndote... que incluso volví al bar en donde nos conocimos, con la esperanza de volver a verte...- dijo y él inspiró hondo.

-No volví allí... no quería cruzarme contigo...

-Estabas enojado... porque no sabías lo que había ocurrido... pero ahora lo sabes... me crees, ¿verdad?

-Quisiera creerte...

-Bueno... Onur... mírame...- le dijo y apretó sus manos y él se perdió en sus ojos- me encantaría que siguiéramos esto donde lo dejamos... pero no puedo obligarte a nada... y menos ahora que parece que tendrás que evaluarme...- dijo y alzó las cejas.

Onur miró sus labios y quiso dejarse llevar, pero no podía darse ese lujo, no quería hacerlo...

-Si me das tu teléfono te anoto mi número... quedará en ti si quieres llamarme o no...- le dijo ella y estiró la mano con la palma hacia arriba.

Él metió su mano en el bolsillo de su traje y le entregó el móvil. Ella anotó su número y lo agendó. Se lo devolvió con una sonrisa y se acomodó en su asiento justo cuando la camarera llegaba con sus cafés...

No hablaron mucho más, fue ella quien le contó lo que estaba haciendo y cuando se levantaron para irse, besó su mejilla con ternura y no le dijo nada más...

Sehrazat estuvo atenta a su móvil, pero él no la llamó. Lo vio de lejos en la facultad al día siguiente, pero no se animó a acercarse, evidentemente, o seguía enojado, o no quería saber nada con ella, lo cual era desalentador, porque ella realmente quería intentar algo con él...

Al día siguiente, ella se arregló especialmente porque lo vería, luego de dos días de no querer inventar excusas, no las necesitaría...

-Buenos días...- dijo él al entrar y la clase comenzó. Él apenas reparó en que ella estaba y donde, o al menos ella no lo notó.

Les dio un trabajo para hacer y les dejó tiempo mientras revisaba su móvil y de pronto Sehrazat sintió que su móvil vibraba y lo sacó con algo de cuidado, no le gustaba estar usándolo en medio de la clase.

"Estás demasiado hermosa hoy", leyó de un número anónimo y supo que se trataba de él. Sonrió sin poder evitarlo y tipeó la respuesta.

"Gracias", contestó.

"¿Nos vamos juntos hoy?", le preguntó directamente y ella sonrió y levantó la vista y se perdió en sus ojos, pero no le dijo nada...

La clase continuó y ella se concentró en el trabajo que debía hacer...

Cuando juntaba sus cosas, advirtió que él la observaba de lejos y sintió un estremecimiento, no quería que él la utilizara solamente para pasarla bien, pero la verdad era que él le gustaba demasiado...

Le sonrió apenas cuando salió del aula y él salió un momento después, ella se quedó conversando con una compañera y cuando él llegó, se despidió de ella.

Caminó a su lado sin decir nada y cuando llegaron a la esquina, recién lo miró...

-¿Adónde quieres ir?

-Creí que iríamos a tu casa... ¿para qué te molestarías en invertir dinero en mí?

-¿Qué te pasa? - le preguntó él sin comprender.

-Me encanta gustarte, Onur... pero seamos sinceros, podrías haberme llamado, podrías haberme enviado un mensaje en otro momento, pero elegiste ese, en medio de tu clase... claramente, lo único que te interesa es lo puramente físico... y está bien, lo tomaré... pero no finjas que te importa...

-Estás equivocada... no sabía como hacer, con qué excusa llamarte... me pareció más natural que fuera durante la clase, así vería si estabas enojada o te gustaba que te escribiera...

-Creí que había quedado claro que me interesas... en fin... esto se está poniendo raro...- dijo y sacudió la cabeza, ya habían caminado casi tres calles y él buscó su mano y entrelazó sus dedos...

-Tienes razón...- dijo y se detuvo en seco.

-Al menos estarnos de acuerdo...

-Sehrazat... ¿podemos empezar de nuevo? - le dijo y apretó su mano.

-¿De verdad quieres? Me dio la impresión de que no...- le dijo ella todavía algo molesta.

-Lo siento, me cuesta confiar... y digamos que no me gustó nada que no me llamaras... y cuando me explicaste...

-No me creíste...

-Lo siento... de verdad...- le dijo y perdió sus ojos en sus labios y se acercó instintivamente, pero se detuvo- lo siento, no es un buen lugar...

Ella sonrió apenas y se mordió el labio cuando él la tomó de la mano para seguir caminando...

Llegaron a la estación del metro y Onur sonrió al ver que no había mucha gente... Sehrazat jadeó placenteramente cuando sintió su cuerpo cálido sobre el de ella, contra la pared en un pequeño rincón que parecía no llevar a ninguna parte...

Onur la besó impetuosamente, y toda noción de realidad en ella perdió sentido. El metro llegó a la estación cuando se separaban casi sin poder respirar, agitados y sonrientes...

-¿Vamos al cine y a cenar? - le propuso y ella asintió con una sonrisa y se apoyó en el costado de su cuerpo para subir al metro. Empezar de cero era la opción más interesante y ella sabía que lo disfrutarían, por fin...

Bueno, parece que esto se encaminó un poco... veremos cómo sigue! Gracias por leerla!

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