Capítulo 24

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Onur abrió los ojos de golpe y miró hacia el costado. Su corazón se llenó de alegría al ver a Sehrazat durmiendo, su cara hacia él, cerca, el calor de su cuerpo abrigándolo, haciéndolo sentir en casa...

Se inclinó hacia ella sonriendo, apoyó su mano para descansar allí su cabeza y se quedó contemplándola dormir. Ella no había cambiado nada... incluso los años habían acentuado sus rasgos y su belleza...

Sehrazat hizo un gesto con sus labios y Onur entrecerró los ojos recordando los besos que habían compartido esa noche, besos llenos de necesidad, de pasión... de total entrega...

Recorrió con su mirada todo el cuerpo de ella, deseó besar y acariciar la suavidad de su piel pero solo se inclinó y besó su hombro antes de levantarse, quería prepararle el desayuno...

No tardó demasiado en hacer café y unas tostadas, sabía que ella se cuidaba y seguramente no quería comer demasiado...

Dejó la bandeja en la mesa de noche, había conseguido una flor cuando había salido a buscar el periódico y la acomodó al lado de la taza...

Se recostó otra vez a su lado y recuperó la posición que tenía antes de irse. Se dio cuenta de que si seguía observándola, el café se enfriaría...

Se inclinó sobre ella y besó húmedamente su piel, Sehrazat, aún dormida se posicionó boca arriba y él se dejó llevar por el deseo que despertaba y que parecía no saciarse...

La escuchó suspirar varias veces mientras sus labios la acariciaban y al ver que seguía dormida, Onur optó por el plan B.

-Mi vida...- le dijo y se recostó a su lado, observándola- hey...- insistió y ella abrió los ojos con mucho trabajo.

Al principio se sintió perdida y luego se perdió más cuando lo miró a los ojos a él...

-Onur...- dijo en voz baja, adormilada aún.

-Buenos días...- dijo él y sonrió.

Sehrazat sintió que su respiración se agitaba y su corazón latía con fuerza. Tenía ganas de reír y llorar al mismo tiempo... eran tantas las emociones que no sabía cómo manejarlas... pero la emoción predominante era el miedo...

-Buenos días...- dijo y él pudo ver la duda en sus ojos.

-Te hice el desayuno...- le dijo y cuando se inclinó para besar sus labios, ella apartó un poco la cara, incómoda...

Onur giró para buscar la bandeja y ella se tapó con la sábana, con algo de pudor e hizo una mueca parecida a una sonrisa, en agradecimiento...

-¿Qué pasó? - le preguntó él.

-Nada...- dijo ella y se perdió en sus ojos, el miedo la sobrepasaba- no hacía falta esto...- le dijo mirando el desayuno, la flor, esos detalles la desarmaban- creo que sería mejor que me fuera- miró el reloj de la mesa de noche y dejó la bandeja a un costado.

-Sehrazat...- dijo él algo confundido.

-Tengo que estar temprano en la empresa...

Se inclinó y buscó su ropa. Onur la observó y agradeció al menos haberse puesto el boxer cuando se había levantado a preparar el desayuno....

-Sehrazat...- dijo y la tomó de ambos brazos, casi obligándola a mirarlo

-Onur... fue increíble... de verdad... hacía mucho tiempo que no me sentía así...

-Espera un poco... pero ¿quieres decir que no volvimos a estar juntos?

-Nos dejamos llevar... y fue increíble... pero no creo que haya oportunidad de nada más...

-¿Qué me estás diciendo... que...?

-Nosotros tuvimos nuestra chance hace años... y no funcionó... las segundas partes no son buenas.

-No estás hablando en serio... ¿verdad?

-Intento ser sensata... me costó muchísimo recuperarme cuando te fuiste... y cambié... mucho... ahora me preservo más y parte de esa preservación tiene que ver con no comprometerme en relaciones que sé que no funcionarán...

-Si no funcionó fue por circunstancias de la vida...

-Te fuiste y me dejaste...- dijo ella con sequedad.

-Tú me pediste que lo hiciera...

-Solo quise liberarte para que tomes tu decisión y lo hiciste, perfectamente...

-No puedo creerlo...

-Onur...- le dijo ahora ella tomándolo de la cara para que él la mirara- tenemos aún una química increíble... mi cuerpo no tiene memoria de nada similar a lo que siente cuando estoy contigo... creo que por eso no hemos podido reprimirnos... y estoy en paz con eso...

-De verdad pensé que habías comprendido que te amo... que sigo haciéndolo...

-Dime una sola cosa, Onur... ¿acaso Yasemin sabe que estás aquí?

-Yasemin no es nadie... nunca lo fue... solo ocupa un lugar en mi cama de vez en cuando... y lo hace sabiendo que no siento lo mismo que ella...

-Me da lástima por ella... pero no entiendo como es que permites algo así... bueno, tampoco es que tengo autoridad moral para reclamarte eso... pero hablas de reconciliación, de amor... y sigues atado a ella...

-Nunca lo estuve...

-Sin embargo, ella cree que sí...- dijo Sehrazat y sonrió con amargura.

-Sehrazat... ¿recuerdas cuando nos encontramos en la universidad, luego de que perdieras mi número de teléfono? Yo estaba enojado y me hablaste del destino... y volviste a nombrarlo cuando nos separamos... dijiste que, si era necesario, el destino nos volvería a reunir...

-Onur... entiéndeme... esto no funcionará... solo intento evitarme el sufrimiento...

-Bien...- dijo él, aunque sentía que quería gritar.

-Escúchame...- le dijo y lo tomó del brazo- no voy a ser necia, en algún momento, anoche, deseé que el tiempo volviera atrás, que volviéramos a ser los que fuimos... pero créeme, me entenderás en algún momento... te pido que seamos adultos y que podamos mantener este vínculo profesional... porque es necesario....

-No hay problema...- dijo él y bajando la vista y poniendo un gesto de despreocupación en su semblante.

-Gracias por todo...- dijo tomando su cartera y se volvió para inclinarse y besar su mejilla, apenas rozándolo con su cuerpo.

Sehrazat lo miró, de pie en medio del living, la cadena con "la llave de su corazón" sobre su pecho, inspiró y cerró la puerta... sintió lágrimas en los ojos con cada paso que la alejaba de él... cuando llegó al ascensor, la vista estaba nublada por el llanto y se apuró a salir de allí, necesitaba recuperarse, su sanidad mental y emocional lo requerían...

Llegó a su casa se duchó, quería quitarse todo el rastro de él y sus besos. Quería convencerse de que lo que le había dicho a él, era cierto... pero sabía que no era así, que lo que tenía era miedo... un miedo tan grande de no poder superarlo si luego de tanto sufrimiento, ese amor se había debilitado y no funcionaba más...

-¿Gracias por todo? - dijo con rabia y levantó su mano para tomar la llave. Sintió lágrimas en los ojos y una angustia repentina. No podía ser que ella no quisiera darles una segunda oportunidad a esos sentimientos que evidentemente ambos compartían...

Onur observó la llave y quiso reír ante la simpleza de lo que tenía en sus manos. Si efectivamente él tenía la llave de su corazón, intentaría usarla por el bien de ambos y del amor que, estaba clarísimo, aún se tenían...

Bueno, hasta aquí llegamos. Confíen en mí y en los consejos de Flor, mi socia y secuaz de las historias! Gracias por leer!

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