Una linda imagen

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4 chicas se encontraban en la entrada de la finca mariposa.

Ayudaban a una de las trillizas, ésta estaba sentada frente a la puerta, respiraba agitada con los ojos cerrados.

-Aoi-san me duele la cabeza— Se quejaba Kiyo con los ojos cerrados.

-La trajimos apenas lo notamos— Naho aportó preocupada

Las 3 habían ido a comprar, pero el que una de ellas haya estado tambaleándose, las hizo regresar.

-¿Se pondrá bien?— Preguntó Sumi.

-Sí, lamento haberlas enviado, debí haber ido yo— La ojiazul estaba con su conocido ceño fruncido, y su mano en la frente de la chica mareada— Ahora, ayúdenme a llevarla a su habitación

Y se dirigieron en dirección a la cama, por suerte la finca estaba vacía, así que no había que preocuparse de que faltara gente ayudando.

Después de acostarla, Kanzaki le dijo a Naho y Sumi que salieran para que no se enfermaran.

Aunque ambas no tenían la intención de hacerlo.

-Pero... no queremos dejarla

-Puede sentirse sola sin nosotras...

-Lo sé, pero será por poco tiempo— Aoi entendía que quisiesen cuidarla, ya que al criarse juntas, sentían un vacío cuando se separaban.

-Está bien/Está bien

Ambas salieron de la habitación desanimadas.

Después de escuchar la puerta cerrarse, la mayor acomodó un paño húmedo en la frente de la chica con broches rosados.

Se sentó a su lado y le habló despacio.

-Necesito que duermas, no te levantes a menos que quieras ir al baño, llámame si te sientes peor ¿Entiendes?

-Sí— Contestó con un hilo de voz.

-Bien, descansa

Al finalizar salió de la habitación, apenas cerró la puerta por fuera se apoyó en ésta y dejó el aire salir.

Estaba frustrada, había notado algo raro en Kiyo esa mañana, pero le restó importancia, así que en parte era su culpa.

Shinobu-san no volverá en unos días, Kanao acaba de irse, Kiyo está enferma, no sé si vendrán heridos, y no puedo dejarlas solas... ¿Esto puede empeorar?

Un fuerte ruido sonó, la puerta de la entrada se deslizó con fuerza.

-¡Llegué!— Gritó una voz masculina, una grave y ruidosa— ¡Yoai! ¡¿Hay comida?!

Kanzaki dio un golpe a la puerta con su nuca, su día acababa de empeorar.

(...)

-... después tienes que ir a la tienda de enfrente, una de color café, ahí debes comprar puerro, dile al dueño que yo te envío, sabrá cuánto darte, ¿Entendiste?

Aoi trató de explicarle a Inosuke todo lo que debía ir a comprar afuera, no quería ir ella, sintió que la pequeña Kiyo podría necesitarla en lo que saliera.

-Inosuke, ¿Tienes alguna duda?

-¿De qué color era el lugar?— Preguntó confundido, no sabía qué era el puerro, cuánto dinero debía entregar, a quiénes debía comprarles y por qué no podía simplemente llevarse las medicinas sin pagar.

La ojiazul se dio una palmada en la cara, su plan no funcionaría.

Mientras tanto, el chico frente a él, dio un pequeño movimiento de sorpresa al verla golpearse a sí misma, ¿Era una nueva técnica de ejercicio?

Kimetsu No Yaiba | Mis One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora