-Definitivamente creo que es mejor que te pongas el vestido negro que compraste en Pull & Bear -recomendó Elizabeth. Katherine le había llamado para un consejo vía celular sobre que debía ponerse para el funeral de su tía abuela Rose, quién había muerto tristemente de un infarto.
-¿Estás segura? -preguntó insegura-. Beth, ése vestido me da el SMVS. Además -agregó-, quiero parecer alguien que se encuentra de luto, pero aún quiero verme lo suficientemente guapa, recuerda que mi primo político Max-culo-sensual-well seguramente va a estar ahí, y un polvo no me caería mal pero ni en la sopa.
-¿Que demonios es el SMVS? -preguntó somnolienta.
-Síndrome de mojigata virgen y sola, Beth. No puedo creer que no lo sepas, eso es tan décimo grado -dijo resaltando lo obvio.
-Ajá, lo que sea -rodó los ojos, irritada-, ¿debo recordarte que vas a un funeral? -dijo impaciente la chica desde el otro lado de la línea ahogando un bostezo. Katie la había despertado y cómo no le había dado tiempo de despertarse bien aún estaba bastante atontada.
-Oh Beth, Beth, Beth -suspiró-, ¿conoces a Max-culo-sensual-well? Además, recuerda que mi tía abuela Rose no era nada cercana, y también era una solterona, ¿crees que murió virgen?
-Imaginaré que no te oí decir eso. Colocate entonces el vestido color negro de Bershka, el de tela de encaje -recomendó agotada.
-¡Pero no tiene escote! -replicó chillona. Parecía una pequeña de cuatro años pidiéndole un helado a sus padres.
-¡Es un funeral, Katherine Rose! -exclamó.
¿Cómo podía ser amiga de alguien tan rubia? pensó.
-Oh vamos, recuerda que la última vez que Max estuvo aquí lo encontré viendo mis pechos -comentó. Elizabeth la conocía tan bien que sabía que mordía su labio inferior. Siempre hacía eso cuando las palabras «chicos» y «testosterona» eran el tema de conversación.
-¿No tenías trece años?
-Sabes que siempre fui muy precoz y... -Elizabeth la interrumpió. Siempre solía darle todos los detalles de su vida, TODOS.
-No quiero oirte hablar de lo precoz que eres, Katie -Ya era suficiente saber que le había dicho adiós a su virginidad a los catorce y con otro primo político, Peter, quién tenía diecinueve en ése entonces. Estúpidos primos políticos, pensó-. Sabes, suelo creer que de verdad eres una completa zorra -le dijo sin poder reprimir un bostezo.
Katie soltó una larga carcajada.
-Lo soy, amiga, lo soy. Entonces, quedamos con el vestido de encaje ¿cierto? -preguntó inquieta. Elizabeth sonrió.
Aunque Katherine era de ésas chicas seguras, con el autoestima por los cielos, siempre solía recurrir a su amiga para saber su opinión acerca de su vestuario, lo cual a Elizabeth le resultaba divertido ya que no se consideraba una experta en modas.
-Sí, y suerte con lo de Max, besos -colgó.
Elizabeth se estiró para luego ver la hora en su teléfono. Eran las siete de la mañana. Y, además, era sábado.
-Maldita seas, Katherine-gruñó para sí misma.
Intentó volver a conciliar el sueño pero era perder el tiempo, ya se había despertado. Decidió levantarse, y, después de cepillarse y lavarse la cara, fue a la cocina. Iba a hacer el desayuno para ella y para su mamá.
Quizá no era Ferran Adrià en la cocina pero había que aceptar que Elizabeth cocinaba muy bien. Tanto así que había ganado el primer lugar en un concurso de cocina de su escuela en sexto grado llevándose el orgullo a su casa y el odio de Tiffanny también.
Preparó revoltillo de huevos con tostadas, había mermelada de fresas también, en otras palabras se trataba del típico desayuno americano.
Justo estaba colocando la comida para llevársela a su madre en un plato cuando sonó un timbre. No reconocía ese timbre, no era del teléfono de la casa y mucho menos de su celular el cual tenía de tono Wannabe de las Spice girls. ¿De dónde provenía ése tono?
¡Cierto! ¿cómo podía ser tan idiota?, pensó. había olvidado por completo el tono del teléfono que había comprado para el servicio de niñeras. Se emocionó al instante. Sólo esperó que ésta vez se tratara de un verdadero cliente, rogó mientras contestaba.
-¿Hola? -contestó con voz ronca, casi inaudible-¿Hola? -repitió algo nerviosa.
-¿Servicio de niñera «La niñera está llegando»?
*Ferran Andrià es un cocinero español considerado por muchos como el mejor chef del mundo(Wikipedia).
En galeria una imagen de Katherine.
-Sofíaisabel.
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Propuesta tentadora(CANCELADA).
RomanceLa pobre Elizabeth se sintió aturdida. Lo que Andrew le había pedido la noche anterior era, sin duda alguna, un completo y absurdo disparate. Y es que ¿cómo podría pedirle tal cosa? No era razonable. No era lógico. De todas las mujeres que existían...