Vas a caer por mí || Levi Y Tú

17

Levi

Tomé de la taza con cuidado de no quemarme mientras a la par, insepccionaba los papeles.

<<Lo quiero>> volvió a resonar su voz en mi cabeza.

¡Mis malditod pensamientos!

—¡Ah! —exclamé al dejar caer el líquido en mi regazo. Maldije en voz baja y empecé a limpiarlo.

Maldita sea. Maldita sea. Maldita sea.

¿Por qué no deja de sonar su voz en mi cabeza una y otra vez en bucle?

Hace calor.
Me dispuse a abrir las ventanas pero al ver mi reflejo lo entendí. No hacía calor. ¡Tenia mi cara roja debido a la vergüenza!

Que patético soy. Soy Levi Ackerman y ¿estoy nervioso por las palabras de una, literalmente, idiota? ¡¿pero que me pasa?!

Revolví mi cabello con frustración. No puede ser que me esté pasando esto a mi. Aunque sea la primera vez que lo haya oído y sea tan directo, no significa que deba reaccionar así. ¡Despierta Ackerman no tienes trece años! ¡eres todo un adulto ya!

Empecé a tirar de mi ropa en un movimiento de que entre aire dentro de mi pecho y así calme mi calor corporal y el ritmo cardíaco.
¿Es normal que esté en este estado por oír esa conversación a escondidas? ¡ya es demasiado conque nunca sepa cómo reaccionar con las cosas que me dice que debo huir!

<<huyes porque eres un cobarde. Huyes porque tienes miedo.>>

—¡Silencio! —callé a mi voz interna o subconsciente o lo que sea que no me deja de molestar.

No necesito lecciones. Necesito parar de ponerme nervioso cuando ella me habla tan directamente. Necesito calmarme. Necesito recuperar el control de mis reacciones como siempre.

Por otro lado...

No voy a negar el hecho de que esa idiota mocosa sea agradable. Es agradable todo lo que me dice y como actúa conmigo. Las cosas que me dice, intentando ganar mi confianza, intentando avanzar aunque sea un poco... es divertido. Es divertido y cálido. Me gusta...

Es agradable ver a la otra persona esforzarse tanto por estar contigo o siquiera que la notes. Te genera un bienestar único. Siento como si...

¡No, dios! ¡no, no, no de nuevo!

Odio el estado en que me encuentro. Tan patético. Estoy teniendo controversias internas y externas, claramente. Si Erwin o Hange me mirasen ahora estoy seguro que se burlarian de mi. Más la cuatro ojos.

Tengo que recomponer mi compostura.

Pasé una mano por mi cara hasta mis cabellos, suspirando mirando el techo pensativo.

—Yo puedo. Mato titanes. Esto no es nada peligroso. Esto comparado a eso, es nada.

La puerta sonó.

—Adelante.

Justo a la persona que no quería ver.

—¿Mal momento? ¿Tú hora feliz?

—¿Mi... hora feliz? —repetí confundido.

Se rió corta y me señaló.

—Despeinado, desarreglado y acalorado. Tu camisa está muy abierta y sin agregar que tienes una mancha en tu-

—¡No es eso! ¡No es! ¡no es eso, Hange! —corté rápido.

Esta estalló en carcajadas.

—¿Que ocurre para que el gran capitán Levi reaccione de esta manera? Conociéndote no te hubiera importado solo hubieras dicho un "Callate, cuatro ojos. ¿Que quieres?" —me imitó seria.

Suspiré mientras apoyaba ambas manos en el escritorio.

—Solo... agh. Dilemas internos. Eso es todo.

—No te creo. Algo te está afectando mucho para que saques una parte humana y no siempre la robótica de ti. Ya sabes... siempre serio... y serio y tal vez un poco serio.

—Tú.

—¿Yo?

—Estoy así por tú culpa. Es tú culpa que hayas traído a tu amiga aquí y es tú culpa que me pase esto a mi y es tú culpa que no la detienes.

—Espera... ¿entonces es mi culpa o no?

—Sal de aquí.

•••
¡hola y adiós!