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Levi

—Cuatro ojos —hablé entrando en la habitación, sin tocar la puerta—. Tengo cosas que discutir contigo.

Levantó su mirada junto con una de sus cejas, intrigada pero con diversión.

—¿Cosas...? ¿Te refieres a __(tn)? ¿Y ahora que pasa?

—Estoy harto de la situación —respiré hondo. Es ahora o nunca, Ackerman. Es tú amiga, puedes sincerarte—. No sé que hacer y me tiene harto. Además de que me irrita estar cerca de ella y no sabes cómo actuar. Me irrita ser tan... imbecil.

—¡Levi! —gritó con felicidad— ¡¿Te gusta __(tn)?! ¡al fin, te estabas tardando!

—¡No me gusta...! No dije eso...

—No lo dijiste directamente. Como sea, te gusta.

—Olvidalo —corté la conversación, tomando el pomo de la puerta y volviendo a cerrarla pero un libro arrojado cerca de mi cara, frenó mi acción. La miré.

—No te vayas, quédate. Traeme el libro y te escucharé. Soy tu amiga, estoy para ti.

Suspiré levantando el libro que me aventó.

—Yo... Me pone nervioso. Me pone nervioso las cosas que hace o dice. Y en cierto punto, me irrita porque no sé que hacer o responderle. Me enojo conmigo mismo por ser tan... adolescente; dejar que unos sentimientos me controlen.

La castaña sonrió ampliamente.

—Dejalo libre. Date la oportunidad de sentir y de experimentar. No lo reprimas.

—No quiero hacerlo. ¿Si sale mal? Ya he tenido demasiadas mue-

—Ackerman. Debes darte una oportunidad. Una sola. Nunca te lo haz dado, ¿cierto? Intenta esta vez, prometo que saldrá todo bien. Lo prometo —extendió su meñique.—. Promesa de meñique.

—No estoy seguro de hacerlo, Hanji. Estoy harto de ver sangre. Estoy harto de ver cómo empiezo a ser un poco feliz y luego todo es sangre y muerte. Es agotador ver que todos a tu alrededor mueren.

—Yo no lo estoy. Erwin tampoco. Los soldados recientes tampoco. Si Erwin y yo seguimos aquí, ¿que te hace pensar que ella no lo estaría para ti? En verdad te quiere, no va a morir tan fácil y menos cuando le des la oportunidad.

Seguí con la mirada en el suelo.

—Anda, toma mi promesa. Prometo que, serás feliz con ella si tan solo te dieras la oportunidad...

No sé porqué, ni tampoco quería encontrarle el sentido o la respuesta, solo quería dejar de darle vueltas a mi cabeza y por una vez, no pensar las cosas. Como si estuviera en un río y la corriente me llevara y dejara de nadar en contra por esta sola vez. Dejar de pelear. Solo... dejarse llevar, cerrar los ojos y estar en tranquilidad, sintiendo el viento como aquella vez en el techo con __(tn)... Tomé el meñique de Hanji. Tomé su promesa.

Voy a intentar darme una oportunidad. Intentar darnos una oportunidad, si es que llegásemos a esas instancias...

Aún tengo mis dudas. Estoy entre un "la vida es corta, demasiado, y más en la legión. Merezco dar el intento" y un "No quiero seguir teniendo que presenciar muertes. Tener que vivirlas y llorarlas en silencio. Estoy harto. Prefiero ahorrarme el sufrimiento".

Arima llegó, literalmente, a hacerme la vida imposible. Pero quizá, era algo que necesitaba. Alguien que me quite de mi rutina... que me muestre otros sentimientos más allá del dolor y frustración.

Verla trabajar e intentar tan duro por siquiera una mirada o palabra mía me hace sentir... especial. Como si valiera la pena. Como si fuera notable de entre tantos chicos... no soy guapo, sé que las mujeres no me consideran hermoso pero, ¿por qué ella sí? ¿Por qué quiere perder el tiempo conmigo? No es que tuviera las mejores de las personalidades o estados de ánimo...

Al salir y caminar por el pasillo oí la voz de ella. Miré en la dirección, se encontraba afuera y abajo. La ventana era pequeña, pero podía verla. Estaba limpiando pero, por lo que puedo ver, rompió la escoba.

<<cosa que voy a tener que regañar la después y asesinarla en el proceso>>

Un suspiro de ¿ternura? Salió de mis pulmones.

¿Caí, cierto?

•••
¡hola y adiós!

Vas a caer por mí || Levi Y Tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora