El otoño llegó un septiembre lleno de colores cálidos. Ya no sentía la opresión en el pecho, no sentía el peso en mis hombros ni la falta de aire en mis pulmones. Cada día avanzaba poco a poco aceptando mi nueva realidad.
Volví a la cima de la colina junto a la misma lápida de mi amado. Volvía con flores distintas para que las demás flores que los chicos venían a dejar estuvieran acompañadas, siempre reluciente, llenas de vida.
Me senté frente a él.
Nunca te olvidaré, siempre serás el ser más importante para mí, gracias por esta libertad, por amarme aunque nunca me los dijiste. Gracias por ponerme esta bufanda cada vez que quería estar cerca tuyo, por darme una voluntad y salvarme la vida en cada oportunidad que estaba en peligro, contra los contrabandistas cuando era pequeña, cuando venía el titán que mató a tu madre y por una guerra que no pudimos evitar... -Incliné un poco el rostro sintiendo como mis largos cabellos me acariciaban el rostro los la fresca brisa.- Estoy avanzando, trabajando nuevamente, tanto así que a veces no alcanzo a venir día a día, pero siempre estás presente en mí. Eren, debo seguir adelante ¿Verdad? Debo sobrevivir y vivir feliz.
No era una despedida, jamás podré olvidarlo, jamás dejaré de venir a visitarlo, siempre llevaré lo bueno y malo, las enseñanzas, sentimientos y recuerdos juntos. Pero, esto terminó acá. Un punto y aparte.
El viento sopló fuerte haciendo que las hojas que levantarán y revolotearan con vigor. Sonreí con alegría, las lágrimas eran casi inexistentes, estaba experimentando paz y libertad.
El tren está por partir, pensé que estabas terminando de empacar -Comentó Jean caminando por la colina hasta el árbol con las manos en la chaqueta que tenía puesta.- Tenemos que estar en Stohess mañana a las ocho para la organización de las próximas votaciones junto a Armin, Annie y Connie.
Me estaba despidiendo, serán semanas lejos de casa -Contesté mirando por última vez la lápida, las palabras grabadas y el año. Ya eran casi cinco años sin él. En un principio pensaba que no podía seguir respirando sin él, pero debía seguir viviendo.
Eren, me llevó a Mikasa, no la extrañes tanto, mantendré mi palabra y la cuidaré de los locos desquiciados y de nuestros demonios. -Dijo al tiempo que volvía a ofrecerme como tantas veces su mano para levantarme. Lo miré sorprendida, era primera vez que mencionaba aquello luego de tanto tiempo que compartimos en este lugar.
¿Por qué? ¿Qué te dijo Eren...-No alcancé a formular bien la pregunta porque él ya me había levantado al tomarme de la mano rápidamente. Me miró antes de despedirse de Eren y llevándome colina abajo con cuidado. Yo me dejé guiar mirando a Jean sin llegar a comprender del todo. Lo que sí sabía, era que comenzaba a sentirme segura de mi misma, me sentía acompañada, sentía este lugar como un hogar. La mano que me sostenía era una mano nueva pero conocida ligeramente, no me exigía nada, solo me daba apoyo y motivaciones para levantarme una y otra vez sin importar cuan difícil sea.
Avancé para alcanzar el paso, apreté mi mano junto a la de él sin miedo, sin ningún remordimiento o arrepentimiento. Iba por un camino el cual se fue haciendo repentinamente, sin dolor, sin presiones.
Un nuevo comienzo, un nuevo destino con una libertad apreciada y anhelada. Sin olvidar donde empezó todo.
Por fin comprendí que podía seguir avanzando sin él.
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Breathe
Fanfiction¿Desde cuando no sentía que me faltaba el aire por la presión del dolor? ¿Desde cuando dejé de llorar por las tardes? ¿Podré seguir sin él? - o - Post Final del Manga de Shingeki No Kyojin, todo derecho y propiedad de sus personajes a Hajime Isay...