Pasaron varias semanas desde aquella noticia que había hecho que el moreno pasara incesantes noches temblando ante la idea de no saber que le depararía su futuro, o que le llegaría a suceder si rechazaba a aquel joven misterioso que se había interesado en el.La noticia no solo lo había shockeado a el, sino también a su "mejor amigo", y es que a ambos les frustraba de cierta forma, pero el punto no era ese, si no que el quería pasar a sentir algo más que amistad hacia su amado "amigo".
Aquellos pensamientos hacían que perdiera la noción del tiempo tal y como una persona que no se decide en que gastar su tiempo libre hasta notar que desperdicio todo ese valioso periodo.
Finalmente varios toques en su puerta lo sacaron de sus pensamientos, diciendo un fuerte y claro "adelante" solo para que su hermana proceda a entrar, realmente se veía radiante, pero el tampoco no se quedaba atrás. Ambos lucían fantásticos y es que la mezcla de colores que representaban a su reino, los cuales eran el dorado y el blanco, realmente los harían resaltar del resto, y es que nadie podría ignorarlos porque llamaban la atención a simple vista, la joven de ojos claros tenía un vestido bastante ostentoso pero eso definitivamente no definía la clase de persona que eran ambos, eran amables y humildes, menos es mejor era su lema de hermanos. Mientras el joven de ojos oscuros se encontraba vistiendo un traje que portaba los colores de su reino, simplemente lucía espectacular y nadie podría negarlo.
-Luces bien, hermanito -menciona la joven en un intento de calmar la incesante angustia que atormentaba a su hermano, y es que a ella le dolía en el alma verlo así, tan demacrado por la falta de sueño que sufría, y más el estrés que mantenía bajo una fachada de "estoy bien, no sucede nada".
-Um... gracias, supongo? Tu también luces bien, Charlotte -dijo algo desanimado, como si toda la vitalidad hubiera abandonado su cuerpo.
-Estas bien? -preguntó la joven de ojos verdosos con algo de intriga, algo definitivamente estaba mal.
El silencio reinó durante unos segundos antes de que el joven respondiera, y aunque solo pasaron unos segundos, su hermana menor sintió que pasaron varias horas.
-Estoy bien, tontita, te preocupas de más, son cosas que me angustian pero pronto pasarán -respondió con una sonrisa volteando a ver a su hermana
-Tiene que ver con el idiota de Siren? -Kappa solo se sonrojó y la vio confundido mientras de sus labios escapó un "ehhhhhh?" mostrando su clara confusión.
-"Tu amor" para que entiendas -hizo comillas con los dedos. Sin duda, su hermano se encontraba enamorado de aquel príncipe de ojos azules. Y es que no era algo que no pudiera evitar notar, la forma en la cual el castaño observaba con atención cada movimiento del joven de tez pálida, simplemente estaba perdidamente enamorado y no podía hacer algo al respecto.
-Charlotte, ese no es el vocabulario de una dama, y dos, no, no tiene que ver con... -su rostro mostraba toda especie de tonalidades rojizas- con el!
-Finjamos que te creo, mejor apurémonos porque nuestros padres ya nos esperan -respondió con cierta burla la joven haciendo que el moreno se sonrojara al tope.
-S-si, creo que es mejor que nos apuremos -añadió Kappa saliendo apresuradamente de su cuarto dejando atrás a su hermana, la cual solo se encontraba burlándose
Que divertido llega a ser el amor a veces...
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Finalmente habían llegado al reino del joven que se había adueñado de corazón, alma y mente del moreno. El joven de ojos claros solo podía pensar en lo hermoso que se veía su amigo y es que el siempre había resaltado del resto, sea por su increíble personalidad o su deslumbrante belleza.
Sin embargo, lo que había llamado la atención de Kappa, era simplemente la inocencia con la que Siren lo miraba, como si fueran un par de niños que apenas se estaban conociendo, y aunque pareciera que no, el ya había notado que Siren lo miraba de pies a cabeza mientras sus mejillas se tornaban de colores rojizos, mordiendo su labio inferior de manera inconsciente.
El castaño simplemente amaba ese tipo de reacciones por parte del de ojos azulados...
Finalmente Siren junto todo su valor y decidió acercarse al joven de ojos color miel, definitivamente se veía asombroso, y el pequeño suspiro que escapó de sus labios, juraba que no había sido a propósito, o eso creía el. Sin pensarlo, sus manos se posicionaron en las caderas del moreno haciendo que este pegara un pequeño brinco acompañado de un agudo grito por la impresión que causo el ojiazulado, causando que varios de los invitados que ya habían llegado los miren con sorpresa y notable confusión, haciendo que ambos se sonrojen.
- Imbécil, eso no se hace! -reclamó el joven de tez morena, mientras sus mejillas enrojecían por ver de pies a cabeza a aquel joven que robaba sus suspiros como un ágil ladrón con años de práctica.
- Lo siento... oye, luces bien, has pensado en vestirte así siempre? -respondió Siren con una sonrisa un tanto pícara haciendo que por reflejo, el castaño le pegara un golpe en la cabeza. Sin duda eran un par de idiotas enamorados.
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Después de que el joven de tez pálida se disculpara con Kappa por haber actuado de forma tan atrevida, y hubieran saludado de forma cortes y respetuosa a la mayoría de invitados, decidieron que sería mejor que cada uno estuviera con su familia para evitar cualquier especie de conflicto por la cercanía que mantenían.
Pero había algo que se encontraba atormentando de manera intensa a Siren, y es que no podía tolerar ver a su pobre amante sentado, aburrido, intercambiando una que otra palabra con sus padres, pero en algunos momentos, ambos hacían contacto visual haciendo que los labios de ambos mostraran una pequeña sonrisa.
El no pudo contra sus impulsos así que le pidió permiso a su madre para poder invitar a su futuro prometido a bailar una suave y delicada melodía, y de aquella forma salvar a su amado del aburrimiento que lo atormentaban, y si es que bien cuando eran unos niños, era visto de forma adorable y tierna, ahora que eran un par de adultos jóvenes, podría ser visto de forma grotesca que dos chicos estuvieran a solas y más si se encontraban atraídos el uno por el otro.
Así que... que mejor forma de pasar tiempo juntos de manera aceptable que con un baile?
Así que con el debido permiso de su madre, se levantó y fue a invitar al joven de ojos color miel haciendo que este soltará una delicada risa, aceptando la gentil invitación del príncipe de cabellos celestes.
Y así es como por varios minutos, apegados al cuerpo del otro, escuchando aquella dulce melodía soltando uno que otro comentario sobre el contrario, realmente estaban disfrutando aquel momento.
Cuando aquella canción cesó y una nueva comenzó, un joven tomó al moreno por la espalda haciendo que voltee algo confundido mostrando la clara molestia de su acompañante. Aquel joven desconocido era bastante alto, tenía unos ojos verdes más claros que los de su hermana y un cabello café oscuro que lucia hermoso bajo aquella iluminación artificial
-Mi nombre es Evan, es un placer conocerte -exclamó aquel joven besando el suave dorsal de la mano del moreno.
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Perdónenme x tremendo error que cometí :(