Secretos~

Capitulo 24

~ Capitulo 24



- Sakura. – Naruto la llamó. Ella accedió a ponerse de pie una vez que lo vio entrar con brutalidad hacia la casa. Karin también lo hizo, limpiándose las lágrimas. – necesitamos hablar...

Ella asintió. Aún afligida por lo que acababa de escuchar de los labios de su mejor amiga. Se le separó. Naruto abrió la puerta de su habitación y la hizo pasar a ella primero, para luego seguirla por detrás. Cerró la puerta una vez los dos adentro.

- Ya lo sabes... ¿cierto? – murmuró él.

- Sí. – contestó Sakura, con la voz en un hilo. Se limpió la nariz y los ojos. – no puedo creerlo...

- Shh... - Naruto la cogió de las manos, haciendo que lo abrace fuertemente. Ella se escondió entre su torso, en ese momento las lágrimas empezaron a salir descontroladas por sí solas.

- Ella...ella está muy mal...

- Sasuke y yo vamos a encargarnos. – le dijo él, pensando que con esa frase calmaría sus nervios. Pero fue todo lo contrario. Sakura se le separó.

- ¿A que te refieres?

- Él cree saber quién pudo a ver abusado de Karin y...

- No. - Sakura negó con la cabeza. – no Naruto, no... no me digas que vas ir a...

- Sasuke también está muy mal. – le aclaró. – le duele verla así... y yo... me pongo en su lugar. – la miró fijamente a los ojos. Quería que le entendiera al menos un poco de esa inmensa rabia que traía. – yo no podría soportar que algo te sucediera a ti.

- Solo empeorarás las cosas... - le dijo.

- Tú no me conoces.

- Por supuesto que sí. – Sakura hizo que lo mirara esta vez. – sé que pierdes el control por la más mínima cosa. Y que ahora quieres perderlo de nuevo...

- No es eso. Solo quiero ayudarlo.

- ¿Y como? Ni siquiera tienen pruebas de quien ha podido ser...

- Sasuke las tienes. – insistió él.

- ¿Y que harás? ¿vas a matarlo? ¿y si esa persona es inocente? – ambos se miraron. Naruto respiró entrecortado. Endureció los pómulos. Ella lo conocía tanto y en tan poco tiempo, sabía cada cosa de él, cada intención. Se volteó, cruzando sus brazos. Sakura pensó que tal vez había sido muy duro con él. Lo quería. Lo amaba muchísimo. Y no soportaba ni un segundo verlo así. – Naruto...

- Déjame ¿sí?

- Perdóname... - le acarició el hombro derecho, sin querer el cuerpo de Naruto sufrió de un intenso remesón. Se resistió para no voltear hacia ella. – yo... lo único que quiero que estés bien... - delicadamente sus pequeñas manos pudieron con la resistencia de Naruto, le volteó el rostro, ambos se miraron, él no pudo controlar ni un segundo el hecho de mirar sus bonitos labios. – que no te pase nada...

- Solo déjame ayudar a Sasuke en esto. – le susurró. - ¿crees que me voy a quedar con los brazos cruzados sabiendo que ese imbécil que abusó de Karin también podría hacerte algo a ti? - Sakura se quedó callada. – no, y tú me conoces.

Y sí. Ella lo conocía. Sabía que podía hablarle más de un día seguido, explicarle lo mucho que le dolería si algo llegaba a pasarle, pero él seguiría igual. Amaba la estúpida adrenalina. Amaba ser él. Así que solo decidió acercarse un poco más a su boca y besársela. Naruto le correspondió el beso abriendo sus labios y dejando entrar el aliento de Sakura en su acogedora boca. Sus manos la cogieron silenciosamente, acogiéndole la cintura, apoderándose de ella, poco a poco los dos estaban tan abrazados que ninguno de los dos quería soltarse del otro.

- Te amo. – le dijo ella. – te amo tanto... y...y solo quiero que me prometas que no harás nada de lo que luego puedas arrepentirte. – lo miró a los ojos.

- Estaré bien, princesa. – se volvió a acercar a sus labios. Un beso pequeño. Suave. Tuvo que esforzarse para soltar el cuerpo de su novia y colocarlo de nuevo sobre el suelo. – vengo en unas horas y escúchame bien Sakura Haruno no quiero que te preocupes por mí ¿vale? – ella respiró hondo. – ve y distráete con Karin , que yo voy a estar bien.

Y así salió de su habitación, cerrando la puerta tras él.

Se había abstenido a prometer algo que no cumpliría. Ese día tenía que acabar con su pasado, con sus secretos...antes de que Sakura pudiera llegar a enterarse de alguno. Lo que no sabía, era que eso estaba más cerca que nunca.