CAPITULO 20

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Naruto esperaba a Sakura fuera de su habitación. Ya se había cambiado, pues había tomado una ducha a tempranas horas de la mañana. Irían a dar un paseo, quién sabe a donde, lo importante era conocer junto a ella y la verdad… es que todo se tornaba divertido cuando ella estaba.

Quería llevarla a comer a un lugar nuevo. Uno que le gustara. Sakura amaba la pasta y odiaba la carne, también el pescado, por el sabor y el olor. La conocía como a la palma de su mano. Le gustaba la Coca-Cola y detestaba con el alma cualquier otra marca de cerveza que no fuera la Heineken. Fumaba poco. Solo una vez lo había hecho ante sus ojos, pues moría de frío… pero todo cambió cuando en vez de fumar, decidieron hacer el amor. Amaba las películas románticas, en especial las que le hacían llorar tan intensamente al final. Varias veces se había sentado, como nunca en su puñetera vida, a observar películas de ese tipo con ella, donde al final él terminaba igual de melancólico que ella. Ella lo tomaba de la mano… y la pregunta típica del final siempre era: "¿Tú crees que eso pase en la vida real?" Y entonces él contestaba un "No solo eso mi amor, miles de cosas más si estás conmigo" esas jodidas películas de amor siempre funcionaban. También odiaba que las cosas le salieran mal. Y amaba con toda su alma el color rojo. Y sí… le quedaba de lujo, en los labios, en la ropa, en los zapatos, en las braguitas…

"Hay Sakura...Cuanto me gustas". Mucho a decir verdad. ¿Y ella? ¿También lo aceptaba con todos y cada uno de sus defectos? Yo sé que sí… se dijo a sí mismo. Pero… ¿Qué pasaría si se enteraba de todo eso que aún no le decía? ¿Qué pasaría si de un día para otro ya no lo quería más? Si de un día para otro…empezaba a aborrecerlo… "Y todo por esos estúpidos secretos… ¡JODER! Se lo tengo que decir… Es ahora…ahora…" Ella le había contado absolutamente todo sobre sus máximos secretos. Su lugar en la secundaria y universidad. Sus citas y esos hijos de puta que la habían hecho llorar muchísimas veces y que Narutp, ya había hecho ciertos planes para ellos. Le había contado sobre la fría relación con su madre, sobre lo poca comunicación con su padre. Le había hablado sobre las infinitas veces que había salido de su casa sin ropa interior, sobre lo caliente que le ponía el vecino, pero no… no ahora claro, por que ahora lo prefería a él, prefería a Narutos. Sobre las veces que se había escapado de la escuela o las veces que había copiado en los exámenes. Le había contado sobre la vez que vio por primera vez una absurda película porno con su mejor amiga. Sobre las fiestas, la primera vez que había tenido sexo…, la vez que quiso ponerse un preservativo pero no veía por donde, su pequeñísimo tatuaje bajo la oreja que últimamente había descubierto, la vez en la que había tomado hasta perder la conciencia, sus miedos, los golpes que le habían dado la vida, las buenas y malas experiencias, él… lo que significaba ahora en su vida… lo mucho que le había gustado desde la primera vez, y Naruto, ¿Por qué no se atrevía a contarle su verdad? Tal vez era momento de acabar con tantos secretos.

Alguien tocó la puerta principal de su casa, interrumpiendo sus pensamientos. Observó por la ventanilla un conservado "Mazda 6" del 2010 estacionado fuera de su casa, que le llamó la atención. Sin embargo, abrió la cerradura de la puerta.

- Sasuke… - Naruto abrió bien los ojos. No se creía lo que acababa de ver. Sasuke le sonrió. Una sonrisa no del todo feliz. Una sonrisa que demostraba muchas cosas. Cosas, que Naruto pronto estaría por descubrir.

- Ven y dame un abrazo, hijo de puta.

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