Capitulo 10

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~Capitulo 10

- Seguro habrás hecho ejercicio... - Hinata le acarició el brazo derecho. Era tan incomodo tenerla a su lado de esa forma. Tan apegada a él, y con intenciones de seguir hablando sobre su aspecto corporal. Sakura solo miró.

- No mucho. – respondió Naruto. A su otro lado tenía a Sakura. Intentó fijarse en lo que hacía, y aunque comía el ramen al igual que él, sabía que algo le molestaba. Y no dudaba qué.

- ¡No mientas! – se rio sola, golpeando el hombro de Naruto con amabilidad. Como si este hubiera hecho o dicho algo gracioso. La madre de Hinata volvió a la mesa, después de a ver colocado más ramen en el plato de su esposo. - si te vez muy bien...

- ¿Tú crees? – Naruto le sonrió. En un intento por seguir la conversación.

- Por supuesto... - le respondió Hinata. Al igual que él esbozó una bonita sonrisa.

- Mi hija tiene razón. – sentenció la anciana codeó a Hiashi, queriendo que este también diera su opinión al respecto. Pero él solo siguió comiendo. – pero aquí la única que nos puede afirmar si eso es cierto es Sakura.

Ella la miró con una sonrisa pícara, mientras que Hinata se aguantaba las ganas de pedirle a Sakura que se fuera de su casa. Ya mucho era con saber que era la novia de Naruto, Las bonitas mejillas de Sakura enrojecieron.

- En realidad no hace mucho ejercicio... - mintió ella. Pues él podía pasarse todo el día haciendo barras o planchas. Y además... por otras cosas...

- ¿Perdona? – Naruto enarcó una ceja, mirando a Naruto.

- Eso, que no haces mucho ejercicio. – volvió a decir ella. Esta vez mirándolo divertida. Naruto amaba sentir esa bonita química entre los dos.

"¿Y quién es el que te lleva por las noches en sus brazos cuando te quedas dormida en el diván?" Pensó él...

Hinata se puso de pie. Observó que el plato de Naruto ya no tenía ni un rastro de Ramen por lo que se inclinó en su lado para recogerlo.

- Yo pienso que estás muy bien... - le dijo al estar cerca de él. Joder...pensó; Que bonitos senos. Redondos y provocativos. Intentó no fijarse en ellos mientras ella recogía el plato de su sitio. No podía dejar de admitir que Hinata se había vuelto realmente buena.

- ¿De veras? – fue lo único que se le ocurrió preguntar. Esta vez mirándola completamente. ¡NO LO HAGAS! Se dijo así mismo, intentando desviar la mirada. Pero para su pésima mala suerte, Sakura sí había notado lo que había atraído la atención de Naruto. Hinata se fue hasta la cocina.
Sakura se puso de pie.

- Muchas gracias por la cena. – agradeció una vez puesta en pie, sonriendo levemente. – a sido un gusto... - observó a los ancianos. "Pero a ti no, zorra" – conocerlos.

Y de esa forma salió de la casa de los Hyuga Cabreada. Sí, oh sí. Por supuesto. Esto le costaría muy caro a Naruto.



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