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Coraline era la típica chica que se interesaba solo por sus estudios, ella no le daba una oportunidad al amor, no de nuevo, desde aquel día en que su ex novio de la preparatoria Ben, la dejo sin decir nada, tras ilusionarla y dejarla sin decir nada, o eso es lo que ella recuerda y dice; pero puede que las cosas cambien de ahora en adelante.

Su apariencia era única, una piel más blanca que la nieve, un cabello corto y rubio a punto de ser blanco, unos ojos azules como el cielo, con unas grandes pestañas blanquecinas, al igual que sus cejas, de 1.68, Coraline era como un personaje ficticio en la vida real.

A sus 20 años, se convirtió en una de las mejores estudiantes en su facultad, que era Conservación y Restauración en Seesa University, una de las mejores de todo Nueva York, pero eso no quitaba el hecho de que no le estuviera pasando bien en cuestión económica, y era claro, ella no provenía de una familia adinerada, era más bien de clase media, nunca le faltó nada, pero una vez que entro a la universidad todo se vino abajo, el sueldo de su padre solo podría cubrir la matrícula, más no su renta.

Señorita Jones, solo tiene una semana para cubrir los 4 meses que debe de renta- se escuchaba tras la otra línea.

— Si, lo entiendo, pero ¿no crees que me puedas dar un poco más de tiempo? - trato de convencer a la casera.

Ya te di suficiente tiempo. - dijo seria.

— Pero, Lucia tú sabes bien que no tengo todo ese dinero- trato de decir.

Eso no me importa Coraline, ya te dije o pagas o te mando a la calle- dijo entre seriedad y enojo, para después colgar.

— Genial, ya me quedé sin casa- dijo dejando caer su cara contra la mesa.

— ¿Qué te dijo la anciana? - preguntó a su lado su mejor amiga.

— Que si no pago en una semana me manda a la calle- explicó para luego soltar un chillido- Natalie no sé qué hacer, hace unos días me corrieron del maldito trabajo y ya no tengo dinero.

Natalie es la mejor amiga que Coraline ha tenido desde la secundaria, para ella Natalie era como la hermana que nunca tuvo, era una completa chiflada, a comparación con ella; Natalie Miller, una joven estudiante de medicina, de grandes ojos cafés, melena rizada castaña, de piel blanca y con pecas en su rostro, un poco más pequeña que Coraline, ella era su amiga y confidente.

— Pídele a tu papá- propuso Natalie antes de darle un mordisco a su cupcake.

—No quiero darle molestias.

— Si quieres te presto, tengo unos ahorros- dijo dándole una palmadita en la cabeza.

— No, no te preocupes Nath, encontraré una solución.

— Oh, oh y si le dices a Zack, capaz y te da una parte- dijo entusiasmada.

— No, ya te dije que encontraré una solución a todo esto.

Zack era el típico chico guapo e inteligente de la universidad, era amigo y vecino de la infancia de Coraline, un joven, de cabellos dorados semi largos, con una mirada tierna pero penetrante a la vez, de ojos verdes, de 1.78, delgado y tanto musculoso, estudiante de conservación y restauración y compañero de la ojiazul.

— ¡Tengo una gran idea! - gritó con una gran sonrisa, haciendo que Coraline levantara la cara y la mirara- ¿por qué no te buscas un sugar daddy?

— Ahh, porque no soy como tu- dijo tratando ser obvia.

— Ay, vamos... mira, busca uno que solo quiera salir a cenar y eso, nada de sexo- propuso la castaña, haciendo que la pálida negara.

— No lo sé, no me sentiría cómoda. - siseo

¿Amor o Deseo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora