C A S I O P E A [Jasper Hale]

13 ▪︎ P E R S O N A S

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Eso es físicamente imposible, Jasper, son especies completamente distintas.

- Te estoy diciendo que es verdad, la historia es así. A mi también me pareció extraño, pero Cassie dijo que era fruto de una "romántica relación que rompe con todas las barreras".

- ¿He oído mi nombre? – la pelirroja, que acababa de entrar en la cafetería con una bandeja llena de alimentos nada saludables, se sentó entre Emmet y Jasper, cortando de ese modo la conversación que estaban teniendo en ese momento. Ambos la recibieron con una amplia sonrisa, siendo el último de ellos quien besó su frente con cariño. Últimamente, tras lo sucedido en Phoenix, la presencia de Isabella a la hora del almuerzo minaba la moral de la mayor parte de los hermanos Cullen – Hale, por lo que la presencia de la pelirroja era lo único que aligeraba el ambiente, brindándole a esos momentos un poco de alegría.

- Le estaba explicando a Emmet lo que sucede en una de las películas de Shrek – habló Jasper mientras observaba como esta empezaba a devorar la comida como si no se hubiera alimentado en siglos. Cassie tenía que reconocer que ese día se había levantado con más hambre de la acostumbrada – Pero no cree que un asno y una dragona puedan tener hijos.

- ¡Porque no es posible! – Rosalie rió ligeramente ante la indignación que su pareja estaba mostrando en esos momentos – Es biológicamente imposible. Es como si... Un metamorfo y un vampiro trataran de concebir.

- Dejando a un lado el hecho de que los vampiros no podemos concebir – masculló la rubia en un susurro.

- Pero el amor puede con todo, Emmet – replicó la pelirroja tras darle un segundo mordisco a su hamburguesa. Justo en ese instante Isabella llegó en compañía de Edward, y no dudó en lanzarle una mirada reprobatoria tras ver como la chica comía carne con tanta tranquilidad – Además, no es más que una película, déjame disfrutar de ese maravilloso momento – golpeó el hombro de Emmet sin demasiada fuerza antes de percibir la mirada de la chica Swan todavía sobre ella - ¿Ocurre algo, Isabella?- encarnó una ceja en su dirección haciendo que la mirada de los presentes en aquella mesa se clavaran sobre la castaña, generándole incomodidad.