C A S I O P E A [Jasper Hale]

10 ▪︎ Q U I L E U T E S

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Para cuando Cassie abrió los ojos esta ya no estaba en su habitación, si no en el medio de un bosque. Se incorporó con lentitud para mirar a su alrededor y no tardó en reconocer el bosque de Forks. El frío viento de la mañana removió su cabello, erizándole la piel.

Se puso en pie y empezó a caminar sin un rumbo fijo. Los hojas secas crujían bajo sus pies, y las plantas se enredaban en sus tobillos como si quisieran evitarle avanzar. Maldijo en voz baja cuando una de ellas rasgó su pantalón, dejándole un pequeño corte. No tuvo tiempo de preocuparse por el mismo, pues pronto percibió unos pasos a sus espaldas.

Se giró justo a tiempo para ver como una mujer de alborotado cabello pelirroja se detenía frente a ella con una sonrisa que no le inspiraba nada de confianza.

Quiso abrir la boca para decir algo, pero ningún sonido salió de su garganta. Quiso hacer uso de sus poderes, pero estos parecían haberse esfumado.

Cuando la mujer dio un paso en su dirección, ella dio uno hacia atrás.  Fue retrocediendo hasta tropezar con un tronco caído, lo que la hizo caer al suelo.

- Es una pena que te hayan metido en esta lucha - susurró la mujer - Pero no pasa nada. Estoy segura de que serás una poderosa inmortal.

Alzó los brazos cuando se abalanzó sobre ella, pero el temido contacto no llegó, pues un gran lobo negro había salido de no sabe donde para defenderla.

Lo último que vio antes de que todo se volviera negro fue a ambas criaturas sumidas en una lucha en la que no tenía nada claro quien podía salir vencedora.

Mientras tanto Casiopea se revolvía nerviosa en los brazos de Jasper, que se tensó al ser consciente de que la pelirroja parecía estar teniendo un mal sueño. Había palidecido de golpe, su respiración estaba acelerada y pequeñas gotas de sudor caían por su frente de modo que los mechones se adherían a la misma. Sacudió su hombro suavemente con la intención de despertarla, y pronto fue recibido por una mirada llena de terror y desconcierto.

Se separó de ella para dejarle su espacio, y esperó a que su respiración se normalizada. Casiopea, agradeciendo que en ese momento no le hiciera ninguna pregunta, se encogió sobre si misma sin dejar de darle vueltas a ese sueño tan real. Lo primero que pensó fue en que tenía que salir de la cama e ir a hablar con Geralt, pero al ver la mirada de preocupación que el vampiro le estaba dirigiendo en ese momento, supo que eso tendría que esperad.