A veces pensaba que su vida era demasiado gris y aburrida, y que le faltaba un poco de color. Era un pensamiento demasiado cursi, pero nadie podía leer su mente para saberlo. Error, ahora tampoco estaba a salvo ahí. Se arrepintió de haber pedido alguna vez que algo extravagante o divertido le pasara, pues ahora lo único que sentía era pánico. Respiró profundo. Cuando se dio cuenta que Fyn la estaba mirando fijamente.
-¿Tengo algo en la cara?-le dijo agresivamente.
-No te ves como todos los días.
-Tengo la misma cara de odio todos los días.
-Sí, pero en especial hoy. Siento que no es la usual. Creo que es más cara de miedo que de enojo. ¿Por qué? ¿Te pongo nerviosa?
Meryl se acercó y este se sorprendió.
-¿Cómo lo supiste?-dijo con sarcasmo, pero Fyn no era muy inteligente. Solo tenía una boba sonrisa en la cara.-Sí, siento nervios cuando estoy cerca. De esos nervios que te hacen dolor el estómago y mal digerir todo. En el peor caso ir al baño a devolver.
-¿Eso no es asco?
-Precisamente.
Puso una cara de no entender y Meryl siguió con su camino. Le tocaba salir una hora más tarde ese día. Fyn, aún con sus bromas, siempre la esperaba a la hora de la salida y la acompañaba a la estación sin decir una palabra. Siempre le había dicho que no era necesario y que no se molestara, pero él insistía en que él también tomaba el autobús de ese lado. Meryl sabía que era una completa mentira, ya que vivían hacia lados opuestos. Lo vio una vez en su solicitud de trabajo.
Al terminar la limpieza, ambos caminaron hacia la estación de autobuses. Había un aura extraña.
Al llegar ahí, estaba la misma persona de los sueños de Meryl. Ahora que recordaba, no sabía siquiera cómo se llamaba. Además ¿no había dicho que solo podía salir por poco tiempo?
-¡Hola Meryl!-saludó alegremente-Te estuve esperando.
-Hola...
Fyn la vio fijamente. Pensó que le recordaba a alguien.
-¿Yo te he visto?-preguntó.
-Ah, sí. Ayer en el restaurante. Fui a ver cómo estaba Meryl.
Ahora lo recordaba, pero por alguna razón, si ella no lo hubiera mencionado no lo recordaría.
-Bueno y Meryl...¿no es grosero que no nos presentes?
Meryl salió de su trance.
-Ah sí, él es Fyn y ella es...-Diablos. No sabía su nombre. Era su creación, pero no la conocía en lo absoluto.
-Me llamo Helena, con H. Espero llevarme bien contigo.
Meryl se estaba desesperando, era malo tenerlos juntos.
-Bueno, Fyn lo lamento mucho pero ya nos tenemos que ir. Ah, y una cosa más, ella no está disponible. Por si te lo preguntabas.
Ambas subieron rápidamente al autobus. Pero Meryl se veía muy nerviosa.
-No es malo que conozca a personas de tu mundo. Sus recuerdos son tan efímeros.
-Pero es que lo acabas de conocer hoy.
-Yo solo soy temporal en tu mundo, para mañana él no me recordará. El único recuerdo que tendrá será el de ustedes caminando. Como todos los días.
-Pero ¿qué dices? Eso parece irreal.
-Llevas pensando que todo es irreal. Sabes que estoy en tu mente. No sé porqué te sorprende. Además, es agradable salir de vez en cuando. Es aburrido estar sola.
Meryl lo pensó. Tenía razón. Por un momento sintió tristeza por Helena. Había pasado años sola sin nadie con quien hablar, ni platicar, ni jugar. Se preguntó porqué hasta ahora volvía a aparecer y se sintió mal de haberla abandonado. De todas formas, ella no había pedido que la crearan.
-Lo siento. Siento no ir a visitarte. Gracias por visitarme en mi mundo.
Helena sonrió. E hizo una mueca después.
-La verdad es que Helena no suena bien. Y tampoco me llamo así. De hecho, nunca me diste un nombre. Pero no lo siento necesario. Los conceptos, el tiempo y la edad son cosas muy distintos en nuestros mundos. En el mío ni siquiera importan esas cosas.
-No lo puedo imaginar, pero debe ser interesante.
Cuando iba a bajar del autobus, se dio cuenta de que Helena había desaparecido. Al parecer había llegado ya su límite de tiempo.
Creo que puse reglas muy estúpidas, pensó.
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Siempre estuviste ahí.
Ficción GeneralMeryl ha acabado su carrera, pero no ha tenido suerte. Trabaja de mesera. De un momento a otro, empieza a soñar cosas extrañas y tener encuentros misteriosos con una... ¿Persona? Pareciera que en vez de resolver las cosas, todo se vuelve más complic...