Siete. Cinco

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Así que

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Así que...—dice la señora Kim.—Tú eres el que casi le rompe la nariz a mi bebé de un balonazo.

—Mamá.—bufa Hongjoong rodando los ojos.

Esta mujer, en serio.

Seonghwa se sonroja y hace una reverencia, apenado.

—No era mi intención golpearle, señora Kim. Le juro que fue un accidente.

—Claro, eso dicen todos.—escupe la mujer frunciendo el ceño.—¿Qué planes tienes para mi bebé hoy?

—Oh, uhm, en realidad esperaba que fuera una sorpresa para él.

—O sea que hablas de sexo.

Seonghwa y Hongjoong casi se tragan la lengua de la sorpresa.

—¿Di-disculpe?

—Quieres tener sexo con mi bebé.

—¡Mamá!—bueno, que Hongjoong estaba tan rojo como la lava. Pero entonces cae en la cuenta de un detalle que lo hace fruncir el ceño en confusión.—¿Por qué acaricias ese cojín?

—No tenemos gato, y mi revólver se lo llevó tu abuelo para limpiarlo.

—¿Tiene un revólver?

—Por supuesto.

Bueno,Seonghwa sentía que se haría pipí en los pantalones.

¡Era ridículo!

¡La mujer era minúscula, con un demonio!

Aunque, bueno... tenía un revólver, así que era obvio que le tendría miedo, ¿cierto?

—Puede estar segura de que mis intenciones con Hongjoong son las mejores, señora Kim.

—Hm.—la mujer se pone de pie y comienza a caminar alrededor del par de jóvenes.

Seonghwa aprieta sus manos en puños para que no note que están temblando.

Entonces ella comienza a reír fuerte.

—Mamá, ¿qué rayos-

—¡Debieron ver sus caras!—grita aún riéndose.

—¡¿Todo este tiempo fingías?!—pregunta Hongjoong.

La mujer sigue riendo, sin responder nada. Minutos después logra recuperar el aire y calmarse, tomando asiento en su lugar.

—Como madre soltera es mi deber darle un susto a tu pretendiente, cariño. Ya que no hay una figura paterna que lo haga, como debería ser.

—Tú realmente eres-

—Una gran actriz. Lo sé.—dice mirando sus uñas.—Pero hablando en serio—mira fijamente a Seonghwa.—, ese chico a tu lado es todo para mí, el hombre de mi vida,Seonghwa. Si él sufre, tú sufres, ¿vale? Una lágrima, un semblante triste por causa tuya y considérate chico muerto.

—Mamá-

—Por el contrario—continúa ella.—, si veo que mi hijo es feliz a tu lado, puedes comenzar a llamarme Taeyeon. Pero eso sí—le apunta.—, si vas en serio con él necesito que formalicen la relación. Porque eso de besarse sin ser nada es de muy mal gusto, en mi opinión.

—Puede estar segura de eso, señora Kim.

—Bueno, creo que he cumplido con mis papeles aquí.—dice poniéndose de pie.—No llegues muy tarde, y si se les pasa el tiempo avísame por mensaje. Vayan con cuidado y nada de sexo.

—Sí, ma- ¡Taeyeon!—le reclama Hongjoong mientras el carmín sube a sus mejillas.

—Nos vemos después, señora Kim. Fue un gusto conocerla.—dice Seonghwa tomando la mano de Hongjoong mientras se alejan de la sala, camino a la puerta principal.

—Lo mismo digo, Seonghwa.—la mujer le guiña un ojo divertida y cómplice antes de que ambos jóvenes salgan de la casa.

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El viaje es silencioso, pero no incómodo.

Hongjoong mira por la ventana mientras Seonghwa conduce.

Había tenido que rogarle a sus padres para que le prestaran el auto, y ellos habían aceptado finalmente, con la condición de que lo regresara intacto.

El viaje es largo, y cuando finalmente llegan, el atardecer comienza a hacer su espectacular aparición.

Seonghwa comienza a maniobrar el volante hasta que se estaciona de reversa, lo que provoca la confusión en Hongjoong.

—Hemos llegado.—informa Seonghwa desabrochándose el cinturón.Hongjoong hace lo mismo.

—¿Dónde estamos?—pregunta al notar la nada a su alrededor.

—Bueno, en un cine.

—¿Eh?

—Sí. Te mostraré.

Ambos bajan del auto, y Seonghwa guía hacia la parte trasera del auto al castaño, mostrándole una enorme ¿sábana?

—Seonghwa, ¿qué es eso?

—Ya te lo dije. Un cine.

—¿Cómo demo-

—La película será transmitida a través de un proyector a esa enorme sábana.—dice apuntando a la misma.—Es como un cine al aire libre, sin personas, ni bullicio, sólo nosotros dos. Estaremos cómodos aquí.—señala la cajuela del auto mientras abre la puerta.

La respiración de Hongjoong se corta abruptamente.

El lugar está condicionado para ser cómodo, con mantas, almohadas, cojines, comida y muchas golosinas.

—Seonghwa...—susurra.—Es... un gesto muy lindo de tu parte.

—Mi plan era que disfrutaras. Supuse que exponerte a las multitudes y bullicio no sería agradable para ti en lo absoluto. Y luego se me ocurrió esto. Lamento que sea tan lejos de la sociedad, pero aquí podemos subir el volumen y estar toda la noche así sin temor a que manden a la policía. Además es muy seguro.

—Me encanta.—voltea a verlo, con una sonrisa enorme en los labios, y un precioso carmín en las mejillas que alborota los latidos de Seonghwa.—Gracias.

Y por primera vez, es Hongjoong quien rompe la distancia entre ambos y une sus labios en un beso.

La cita apenas daba inicio y el castaño ya sospechaba que sería la mejor noche de su vida.

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Cᴀʀᴍɪ́ɴ | 𝐏𝐒𝐇+𝐊𝐇𝐉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora