Cinco

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Seonghwa nunca creyó que la gloria pudiera ser saboreada

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Seonghwa nunca creyó que la gloria pudiera ser saboreada.

Eso hasta que besó a Hongjoong .

Joder.

Los labios del castaño eran carnosos, finos, tan suaves como la seda, y tenían un sabor a sandía.

La gloria misma.

Hongjoong estaba en una especie de trance. No podía moverse, no sabía qué hacer. Sus ojos estaban fuertemente cerrados, tenía sujeto el ramo de tulipanes entre sus dedos con mucha fuerza, el corazón le palpitaba en la garganta y el cuerpo entero le temblaba preso de miles de sensaciones imposibles de describir.

Seonghwa se sentía flotar entre las nubes. Los labios de Hongjoong eran esponjosos a pesar de ser finos, encajaban perfectamente entre los suyos, y eso le jodía en el mejor de los sentidos.

Acariciarlos con los propios era como pasar el pétalo de una rosa delicadamente por sobre éstos. Tenía la sospecha de que besar a Hongjoong se volvería su adicción favorita. Su lengua cosquilleaba dentro de su boca, queriendo invadir la cavidad ajena. Su corazón estaba errático entre sus costillas, todo su ser hacía una fiesta al notar que Hongjoong le devolvía el beso. No era sólo que no se alejara, sino que movía sus labios en una misma danza, al compás de los de Seonghwa ; gustaba de succionar el inferior del azabache entre los suyos, y morder ligeramente, casi imperceptiblemente, el mismo.

Besar a Hongjoong era como tocar el cielo y pisar el infierno al mismo tiempo. Una mezcla entre pureza y tentación, inocencia y pecado.

Hongjoong es el primero en separarse. Los pulmones le queman por la falta de aire. Su respiración es agitada, igual que la de Seonghwa .

Ambos sienten sus labios punzantes. Están rojizos y brillosos por la saliva ajena, hinchados por las succiones.

El rostro de Hongjoong se pinta de un precioso carmín y Seonghwa sonríe por ello.

—Y-yo... yo...—Hongjoong no sabe qué decir.

—Interpretaré este beso como que aceptas tener esa cita conmigo.—el carmín aumenta y se expande hasta el cuello de Hongjoong . El castaño, cohibido, sonrojado, queriendo enterrar su cabeza en la tierra cual avestruz, baila su mirada por todas partes, no queriendo ni pudiendo mirar a los ojos directamente a Seonghwa . Pero asiente con una pequeña y apenas perceptible sonrisa en su rostro, sus manos aún sujetando el ramo, su mirada, cohibida y tímida, mirando el pecho del azabache, evitando mirarlo a los ojos.—Genial. Te veré después.—y como si no estuviera ya lo suficientemente avergonzado,Seonghwa decide besar la punta de su nariz.

El azabache se pierde de vista, y Hongjoong siente que desfallecerá en cualquier segundo.

¡Que se ha besado con Park Seonghwa, pues! ¡Y no sólo eso;Park Seonghwa fue quien le besó primero, fue él quien inició el beso, quien rompió la distancia entre ellos!

¡¿Quién puede sobrevivir a eso, con un demonio?!

El timbre suena, anunciando el inicio de la jornada escolar.

Hongjoong toma sus cosas y corre hasta su salón de clases.

El maestro le mira con mala cara cuando le interrumpe, pero le deja pasar.

Todos le miran.

¿Y cómo no? Si puede pasar desapercibido en un cultivo de tomates, y el ramo entre sus manos además es muy bonito.

Yunho alza la ceja en su dirección, interrogante (el chisme sobre el beso había corrido muy rápido por la escuela), y le da una sonrisa burlona.

—No digas nada.—le susurra Hongjoong antes de tomar asiento, dejando el ramo sobre el pupitre.

Quiere prestar atención a la clase, de verdad lo quiere.

Pero Park Seonghwa le dificulta mucho la tarea.

El celular vibra en su bolsillo, y cuidando que el maestro no le vea, mira la pantalla comprobando que tiene un nuevo mensaje.

Hablando del diablo, piensa Hongjoong .

Park Seonghwa :
Tus labios saben a sandía.
¿Cómo es eso posible?

Justo cuando apenas comenzaba a apaciguar el carmín de su rostro.

Yo:
Bálsamo labial.

Park Seonghwa:
Me gusta. Deberías ponértelo
para nuestra cita.

Yo:
¿Estás insinuando que
volveremos a besarnos?

Park Seonghwa:
No...

Yo:
Espera.

Park Seonghwa:
¿?

Yo:
Ya.
Estaba secándome el sarcasmo
que lograste salpicar hasta acá.

Park Seonghwa:
Ja-ja-ja
Eres tan gracioso, corazón

Yo:
...

Park Seonghwa:
¿Qué?

Yo:
No me llames "corazón"

Park Seonghwa:
¿Y por qué no?
Estoy imaginándote todo de
carmín ahora mismo y joder,
eres tan hermoso

Yo:
El maestro creyó que tenía
fiebre y me ha mandado
a enfermería
Gracias

Park Seonghwa:
Ahora quién es el que
salpica sarcasmo, hm

Yo:
Ugh, cierra la boca

Park Seonghwa:
Bueno, querrás decir que
deje de escribir
No estamos hablando oralmente

Yo:
Ugh

Park Seonghwa:
Entonces...

Yo:
¿Qué?

Park Seonghwa:
El maestro te sacó del salón...

Yo:
Sí, te lo dije

Park Seonghwa:
¿A dónde te diriges ahora mismo?

Yo:
Bueno, no iré a enfermería,
claramente. No tengo nada,
después de todo

Park Seonghwa:
Mhm, ¿entonces a dónde
te diriges, corazón?

Yo:
Gimnasio
¡Y no me llames corazón!

Park Seonghwa:
Hm...
El gimnasio...

Yo:
Me da miedo tu manera de
escribir ahora mismo
Seonghwa
¿Seonghwa?
¡Seonghwa !

Bueno, joder.

Nada bueno iba a resultar de eso, Hongjoong estaba seguro de ello.

Nada bueno iba a resultar de eso, Hongjoong estaba seguro de ello

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Cᴀʀᴍɪ́ɴ | 𝐏𝐒𝐇+𝐊𝐇𝐉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora