Ocho

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A Hongjoong se le ha hecho tarde para ir a la escuela

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A Hongjoong se le ha hecho tarde para ir a la escuela.

El maestro le ha mirado mal y todas las miradas recayeron en él.

No iba a mentir, estaba incómodo, avergonzado, y pintado de carmín.

Después de su cita con Seonghwa(que se prolongó toda la noche), llegó a su casa directo a dormir. Para el domingo que despertó, se aseó, comió hasta reventar y volvió a la cama, olvidando activar sus alarmas.

Su madre se iba mucho antes que él así que había sido un milagro que despertara "a tiempo" para llegar con un "ligero retraso" a la clase.

Yunho le miraba interrogante, con una de sus cejas alzadas y esos enormes ojos escrudiñándole de pies a cabeza.

Él sólo había negado con la cabeza mientras se ponía más carmín de lo que ya estaba.

Cuando el descanso llegó, ambos fueron a la banca debajo de aquel árbol, donde siempre compartían tiempo de calidad.

Platicaban amenamente sobre la cita del castaño (Hongjoong había preferido omitir ciertos detalles) y sobre las prácticas de fútbol de Yunho. Eso hasta que una tercera presencia les sacó de su mundo.

—¿Es cierto que golpeaste a Seonghwa?—le pregunta una chica, mirándole fijamente con el ceño fruncido.

—¿Qué?—él estaba tan confundido.

—No te hagas. Toda la escuela sabíamos que él estaba insistiéndote para tener una cita con él. ¿Te hartó al punto de tener que golpearle?

—¿De qué demonios hablas?— Yunho ya estaba a la defensiva; siempre lo estaba cuando se trataba de su mejor amigo.

—Vimos a Seonghwa llegar con el labio partido.

Los ojos de Yunho se abren de más.

—Hongjoong no golpearía a Seonghwa. Él no golpearía a nadie.

—Pues los rumores dicen que fue él quien le hizo eso a Seonghwa.

—Eso es cierto.—dice Seonghwa detrás de la chica. De repente todos los que caminaban por ahí se han quedado quietos, observando la escena.—Fue Hongjoong quien me partió el labio.

—¿Qué carajos...?—susurra Yunho.

Y cuando las miradas de Hongjoong y Seonghwa se cruzan, el castaño se sonroja y sus mejillas se tornan de un lindo carmín al reconocer esa mirada en Seonghwa.

Ay, joder.

—Aunque, no fue precisamente con su puño.—la sonrisa de Seonghwa parece la de un bastardo satisfecho.

—¿Qu-qué quieres decir?—pregunta la chica.

—¿Sabías que si aplicas la suficiente fuerza en una mordida puedes partir el labio? Yo recién lo descubrí el sábado.—dice Seonghwa, riendo encantado por la reacción de la chica (y todos los demás espectadores), incluyendo el carmín incrementando en el rostro y cuello de Hongjoong.

—¡¿Qué?!—gritan Yunho y la chica a la par.

El asombro se lee en el rostro de todos los demás.

Seonghwa camina hasta llegar a Hongjoong, quien se había puesto de pie con la idea de marcharse, quedándose estático en su lugar al escuchar al azabache hablar.

Ambos se miran fijamente, hasta que Hongjoong no puede soportar más la penetrante (sin mencionar hermosa) mirada del azabache y desvía la mirada hacia un costado, justo sobre el césped.Seonghwa corta la distancia entre ellos y, frente a las miradas de todos ahí, lleva sus manos a las mejillas carmín de Hongjoong, acariciando también el cuello con sus palmas. Le mira fijamente aún si Hongjoong no le devuelve la mirada, y su corazón late demasiado fuerte al ver esa hermosa y tímida sonrisa del castaño tirando de sus labios.

Hongjoong sabe que Seonghwa está dándole tiempo. Sólo un movimiento, una discreta negación y el azabache dejará las cosas como están.

Pero Hongjoong por primera vez está harto de huir, está harto de tener miedo, y de ser objeto de murmullos en la escuela.

Quizás por eso traza un camino ascendente desde el abdomen hasta el pecho de Seonghwa, dejando sus palmas en ambos pectorales, y al alzar la mirada y conectarla con la hermosa y brillante de Seonghwa, pronuncia con una sonrisa de perlas finas y mejillas carmín:

—Buenos días, amor.

El grito de todos casi es a la par

Y la sonrisa de Seonghwa logra que su corazón se derrita; sobre todo cuando esos tiernos colmillos hacen su espectacular aparición.

Con el carmín incrementando en sus mejillas y viajando a su cuello,Hongjoong ve a Seonghwa acercarse más y más a él.

Deja que sus párpados desciendan y dos segundos después tiene los labios de Seonghwa sobre los suyos.

Dios, así sabe la gloria, piensan ambos.

Dios, así sabe la gloria, piensan ambos

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Cᴀʀᴍɪ́ɴ | 𝐏𝐒𝐇+𝐊𝐇𝐉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora