30 Days; Rebornplay

16. En la mañana

La primera persona que diga que he tardado en actualizar le como las patas cuando esté durmiendo.

[🍑] mini smut c:

Karmaland 4

Ya se había hecho de día, y lo había descubierto por las malas con la luz del sol que aparecía en la ventana dejándolo ciego. Respiró profundamente poniendo su antebrazo en su frente para que no le molestara tanto la luz, aunque le molestaba más el dolor de cabeza. Ya empezaba a recordar todo lo sucedido la noche anterior, toda la fiesta, los bailes, las canciones y el alcohol. Un infierno increíble.

Bufó con una sonrisa recordando al menos lo bien que se lo pasó con sus amigos, hiciera lo que hiciera con ellos se lo pasaba en grande. Tendrían que repetir alguna otra vez, eso sí, sin pasarse con las copas, que ahora le pasaban factura. Sorprendentemente, su cabeza no dolía tanto como otra vez que se despertó a la mañana siguiente de una fiesta.

Se retorció un poco moviendo sus piernas, notando al instante sus pantalones que lo incomodaban al estar bajados sin llegar a quitarlos del todo. Después de preguntarse por qué había dormido así, se los quitó y lanzó por la habitación. Volvió a acostarse poniendo su cabeza en la almohada de una cama que no era la suya, algo de lo que se acababa de dar cuenta.

— Hostia puta.— soltó quejándose al ver la persona a su lado. Se movió un poco para destapar la sábana para encontrarse el pecho descubierto de su pareja subiendo y bajando lentamente por su calmada respiración al dormir. Admiró el increíble cuerpo de Dios que se cargaba su novio y no pudo evitar sonreír.— Hostia putaaa...— se mordió el labio dejándose caer otra vez, esta vez poniendo su cabeza encima del pecho del mayor. Era una mejor almohada que la almohada.

Como si su tacto fuera una alarma, Reborn abrió sus ojos al despertarse repentinamente. Auron se dio cuenta de eso pero decidió seguir relajándose unos minutos más antes de levantarse o empezar a preocuparse por el dolor de cabeza que le estaba dando la resaca.

— Joder.— se quejó el mayor llevando su mano libre a su frente, él también estaba sufriendo las consecuencias de la borrachera de la noche anterior. Fatal despertarse así. Y más a su edad.

— Buenos días, viejoo.— empezó a hablar Auron aún sin moverse de su posición y con una extraña sonrisa en su cara. Empezó a acariciarlo suavemente con su mano derecha que reposaba también en el pecho del mayor.

— Buenos días y una mierda.— pasó su mano por sus ojos cansados para ver si de alguna forma ese dolor en su cabeza se esfumaba.— Dios, vaya mierda...— se quejó intentando recordar la última vez que quedó borracho después de una fiesta como la de anoche.

El castaño subió su cabeza para encontrarse con la incómoda de expresión del otro. Habían hecho mal bebiendo de esa manera en la fiesta, pero claramente era culpa de Rubius y los demás que verlos beber a ellos les incitaban a hacerlo. Claramente. Siempre era la culpa de Rubius, pensaba Auron.