1. Agarrados de las mano

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Among Us

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Among Us

— Ay, ay, ay, ay...— decía Aurelio, viendo cómo uno de sus compañeros de la nave dejaba de seguirlo, entrando ahora en navegación.

Suspiró aliviado. Siguió bajando por el largo pasillo hasta llegar a escudos, donde tenía una tarea asignada. Se acercó al aparato que tenía que usar y empezó. Consistía en darle a los botones rojos para que pasaran a ser blancos, una de las tareas más fáciles, sin duda.

Iba observando ambas entradas y salidas de la sala donde se encontraba, quería controlar todo lo que pasaba por ahí en el caso que pasara algo horroroso delante de sus ojos, y tener controlado todo el mundo que pasara por su lado. Pero, de momento, no pasaba nada. Había más silencio de lo normal.

Tranquilamente, se alejó del lugar de la tarea. Le dio unas palmaditas en la cabeza a su pequeña mascota y esta se removió en su mano en agradecimiento. Unos segundos después, las luces empezaron a parpadear, Auron miró hacia arriba, donde estaba el problema. Empezó a ponerse nervioso. Si las luces se apagaban, el impostor podría acercarse a él sin que nadie le viese, matarlo y nunca nadie saber quién fue el puto asesino del pobre Aurelio.

— Joder...— dijo alargando ambas vocales. Antes de que pudiera comprobar que su mascota le seguía, las luces se apagaron, dejándolo en completa oscuridad.— Ostia puta.— fue lo único que pudo decir.

Intentó acercarse a la pared metálica del pasillo, al sentirla en la palma de su mano intentó llamar a su mascota varias veces, pero no escuchaba sus pasitos. Quería pensar que seguía ahí o solamente se había ido al apagarse las luces, pero por otro lado, no dejaba de pensar en la posibilidad de que el asesino lo haya atrapado y ahora quiera ir a por él, para matarlo.

Empezó a temblar y se abrazó a si mismo por los brazos, era inútil mover la cabeza en ambos lados, pues no podía ver nada de nada, no tenía ni idea de si el asesino estaba detrás de él ahora mismo. Cerró los ojos con fuerza, rezando para que ese momento terminara de una vez. Logró escuchar unos pasos lentos acercandose cada vez más a él. Su corazón no dudó en latir como loco y su nerviosismo no bajaba, quería huir pero sus piernas ya no le funcionaban. Sentía esa presencia cada vez más cerca, sus pasos cesaban, pues ya había encontrado a su victima. Auron no pudo evitar unas lágrimas que ahora caían por apretar tanto sus párpados, estaba ahí plantado a su lado, y sabía que en menos de dos segundos ya tendría un cuchillo clavado en su estómago, o un tiro en la frente.

Ya había aceptado su triste destino de morir en un sucio pasillo de una nave espacial, cuando una mano llegó a su hombro. Pasaron unos segundos y no sentía que había muerto.

— ¿Auron?— Preguntó esa voz, esa voz grave que siempre había amado escuchar decir su nombre.

— ¿Eh...?— Auron giró su cabeza para seguir sin ver nada, intentando seguir la voz.

De pronto, una pequeña luz, que pudo distinguir que era de una linterna, le dio en toda la cara. Ahora pudo ver perfectamente el portador de esa voz cuando la luz le dio en su rostro, reconoció su traje naranja con otro traje encima de color negro.

— ¡Reborn!— llamó al hombre delante de él. No dudó ni un segundo en lanzarse a sus fuertes brazos.— J-Joder... Pensaba que eras un asesino...— jadeaba, intentando tranquilizarse en el pecho del mayor.

— Ya, ya... — ahora era él, intentaba tranquilizar al más bajo, rodeándolo con sus brazos y acariciando su espalda. Podía sentir la respiración entrecortada del más bajo y su corazón latiendo a mil.— Perdón por asustarte.— se disculpó, aumentando su agarre en su espalda.

Los nervios del más bajo parecieron bajar, ya no temblaba y su corazón ya iba a un ritmo más normal. El calor del castaño lo había tranquilizado por completo.

Auron tomó la iniciativa de separarse del cuerpo del mayor, pero antes de que pudiera dar un paso hacia atrás, las grandes manos en su cintura seguían sin dejarlo moverse. Se detuvo para verlo. Este soltó una de sus manos y se la tendió.

— Dame la mano— por cómo lo dijo con su voz, más bien pareció una orden, pero era una orden que Auron iba a cumplir sin pensarlo.— No te vas a separar de mí.

Al menor se le subieron los colores e intentó esconderlo poniendo su brazo delante de su rostro y tosiendo falsamente. Aunque tampoco rechazó al mayor, le dio su mano y así empezaron a andar por el pasillo. Ahora Auron se sentía más seguro. Se acercó un poco más, hasta que sus brazos se tocaban. Esperaba que al menos, el cristal de su casco escondiera lo rojo que estaba. Vio de reojo cómo se había formado una pequeña sonrisa en el rostro del mayor, contagiándole también una a Auron.

En un momento tropezó con algo mal colocado en el suelo, rio con Reborn y le aseguró que estaba bien. Aurelio soltó una risita baja, escondiendo un poco más el cuchillo en su bolsillo, casi se le había caído.

 Aurelio soltó una risita baja, escondiendo un poco más el cuchillo en su bolsillo, casi se le había caído

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dibujo del principio por @/____srstars en twitter!

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