30 Days; Rebornplay

14. Genderbend

High School AU

Habían pasado dos horas y ahora mismo debería estar en casa tranquila jugando a algo en su play station 4 o viendo vídeos en youtube, pero no, se había quedado en clase de repaso después de las clases por culpa de sus malas calificaciones. Iba fatal en varias materias y ya había recibido avisos tanto de los profesores como de su madre. Odiaba todo en ese momento.

Suspiró pesadamente dejando caer su cabeza y esconderla entre sus brazos cruzados. A su lado, por una de las ventanas, entraba los últimos rayos de luz solar que ahora eran anaranjados y en poco pasarían a un tono más rosado.

Observaba a través de la ventana el exterior que hasta hace unos minutos lo ansiaba, pero sabiendo que al llegar a casa le caerían gritos de cualquier familiar con un examen suspendido como motivo, lo único que quería hacer ahora era seguir sentada en su pupitre y disfrutar de la compañía de la soledad.

Levantó su cabeza y topándose directamente con la pizarra que había delante de toda la clase en la que había escrito con tiza lo que habían hecho en la anterior clase con tiza blanca, algo de lo que claramente no había tomado apuntes. No era verdad que no le importaban sus clases o sus estudios, solamente no se sentía animada para hacer nada.

Escuchó la única puerta de entrada y salida de la clase y automáticamente volvió a esconderse entre sus brazos, cerrando sus ojos y esperando que esa persona que seguramente sería un profesor la echara de ahí. Escuchó cómo la llamaba en forma de pregunta y su cansancio aumentó, juntó más sus brazos y esperó a esa persona.

— Aurora.— Otra vez escuchó su nombre pronunciado por esa voz que ahora escuchaba más cerca. Estaba acercándose a ella.

Se quejó soltando una maldición que la otra persona pudo llegar a escuchar, pero antes de que pudiera levantar la mirada para ver al intruso una mano llegó a posarse en su cabeza. Iba a volver a quejarse por eso cuando esta empezó a moverse dándole pequeñas caricias, lo que hizo que se quedara sin moverse. Por algún motivo le calmaba el toque de esa mano desconocida, tal vez porque tenía sueño y eso le relajaba un poquito.

¿Quién era esa persona? Ya se cansaba de no poder responder esa pregunta, así que despegó su rostro de la mesa de madera y fue levantando poco a poco su cabeza. Sus ojos color miel pasaron por sus pantalones oscuros y subieron por su camisa blanca y su corbata, era una alumna, llevaba el uniforme escolar. Igual que el suyo, la diferencia era que Aurora llevaba la camisa con una falda, mientras que la otra chica llevaba los pantalones y una corbata. Tenían suerte que el centro dejara a los alumnos decidir cuál de los dos uniformes llevar.

Sus ojos chocaron, iniciando el contacto visual. Miel con chocolate se observaban en la lejanía pero tan cerca la una de la otra. La castaña empezó a ponerse nerviosa aún sintiendo la fina mano en su cabeza y viendo a esa belleza de mujer inclinándose hacia ella.