Día de Acción de Gracias
-¡Chicos, hoy os toca cocinar! -anunció mi padre mientras comíamos.
-No es verdad. ¿Vas a hacernos cocinar hoy?
-Sí, y espero que la cena os salga deliciosa.
-Pero pa...
-Silvia, déjalo, podemos cocinar los dos juntos.
-¡No lo ves! Harry está de acuerdo.
-No es ningún problema, ¿verdad, Silvia?
-Vale, lo intentaremos.-Ahora le tienes que echar dos cucharadas de azúcar.
-¿Azúcar? ¡Si es un pavo!
-Aquí pone eso, Silvia.
-¡Chicos, ahora vuelvo! -dijo mi padre entrando en la cocina.
-¿Adónde vas?
-A comprar algunas cosas de postre. Tardaré media hora.
-¡Adiós, Santi!
-Adiós, chicos.
-¡Hasta luego, papá! -se oyó el ruido de la puerta cerrándose.
-¿Qué más, Harry?
-Tienes que cortar las verduras y meterlas en la olla.
Cogí el cuchillo y corté las zanahorias y las patatas. Cuando iba a dejarlo en el lavavajillas, me corté el dedo índice y no pude evitar gemir de dolor.
-¿Estás bien?
-Sí, solo es un arañazo.
De repente, se escuchó el timbre de la puerta.
-¿Puedes ir a abrir, Harry?
Se dirigió al salón y abrió la puerta. Segundos después regresó a la cocina.
-Silvia, hay una señora que pregunta por tu padre.
-¿Una señora?
-Sí, de unos cincuenta años y con el pelo rubio, liso.
-No puede ser.
Salí por la puerta de la cocina que daba al salón y fui a la entrada. Allí estaba ella: Ruth, la chica por la que mi padre y mi hermano se distanciaron, la chica que nos insultaba cada vez que veníamos a casa de mi padre. ¿Qué está haciendo aquí?
-¡Silvia, cariño, cuanto tiempo! -dijo abrazándome.
-¿Tú eras...? -pregunté intentando librarme de su agarre. Sabía perfectamente quién era, pero seguía sin creérmelo.
-Ruth. ¿No te acuerdas de mí?
-Mmm...
-Hola, soy Harry -saludó él desde detrás de mí.
-¡Encantada, soy Ruth!
-¿Quién es? -susurró Harry en mi oído.
-Luego te cuento. ¿Qué querías, Ruth?
-¿No os lo ha dicho tu padre? Vengo a cenar. -¡¿Qué?!
-Pues, pasa, supongo.
Entró y se sentó en el sofá.
-¡Harry, a la cocina, ahora! -le ordené y me siguió.
Cerré la puerta y empezó a preguntar.
-¿Quién es esa?
-¿Recuerdas la ex de mi padre que nos insultaba a mí y a Ryan?
-¿Con la que tu padre siguió y por eso ahora Ryan no le habla?
-Esa misma. Pues esa es la que está sentada ahora en el sofá.
-¿Y qué hace aquí?
-No tengo ni idea. Necesito hablar con mi padre.
-¿Qué vas a hacer?
-Aguantar las ganas de darle una hostia e intentar ser mínimamente amable.
-Buena suerte.
-Necesitaré tu ayuda.
-Ahora sigamos con el pavo, así te calmarás un poco.Alguien entró por la puerta y yo salí de la cocina.
-¡Ruth, cariño, ya has llegado!
-Sí, ya...
-Papá, ¿podemos ir arriba a hablar?
-Pero, cariño...
-¡Papá, ahora!
Subimos las escaleras y llegamos a mi cuarto.
-¡¿Cariño?! ¡¿Qué coño hace ella aquí?! Habíais roto y ahora...
-Silvia, cálmate. Solo hemos decidido volver a intentarlo.
-¿Volver a intentarlo?¿Sabes lo que nos hizo a Ryan y a mí y quieres volver a intentarlo?
-Silvia, ha cambiado.
-¿Sabes qué? No me importa. Bajaré ahí, no diré nada y mañana me iré. Pero si sigues con ella, no solo habrás perdido a Ryan, también me habrás perdido a mí.
-¡Silvia!
No quise seguir escuchando, bajé las escaleras y me dirigí al sofá.Nos sentamos en la mesa del comedor, yo al lado de Harry. Mi padre sirvió el pavo y empezamos a comer.
-¿Qué has hecho estos días, Silvia? -preguntó mi padre.
-Ha venido Ryan.
-¿Sí?
-Sí.
-¿Te ha dicho algo sobre mí?
-Que ni de coña iba a venir a visitarte
Sentí la mano de Harry sobre mi muslo, algo que, increíblemente, me tranquilizó.
-¿Qué tal está Ryan? -dijo Ruth.
-Bien.
-No seas tan borde, Silvia.
-¿Perdona?
-No te cuesta nada ser un poco amable. Antes lo eras.
-¿Disculpa?
-Yo no te he hecho nada para que me trates así.
-¿No? ¿Estás segura?
-Silvia... -intentó calmarme Harry.
-Si no recuerdo mal, tú eres la razón por la que Ryan y papá no se hablan. Y la que nos estuvo insultando diariamente durante medio año.
-Oh, por favor, no fue para tanto.
-¿Qué no fue para tanto?¡¿Qué no fue para tanto?! -grité levantándome de la silla.
-Fue un simple error.
-¡¿Un simple error?! ¿Me estás tomando el pelo, verdad? Sólo quieres aprovecharte de mi padre.
-¡Eso no es verdad! Yo quiero a tu padre y él me quiere a mí. Además, tú solo eres una niña, no sabes lo que dices.
-¡Una niña! Mira, lo único que sé es que tú no pintas nada aquí.
-¡Silvia! -chilló mi padre.
-¡Ha empezado ella!¡Mirad, si no queréis que esté aquí, me voy! -fui al salón, subí las escaleras hasta mi habitación y cerré la puerta.No me podía creer que mi padre me hubiera hecho eso. Me hubiese ido a mi casa, pero para eso tendría que coger un avión y no podía dejar a Harry solo. Las lágrimas caían por mi cara y se me estaba corriendo el maquillaje.
-¡Silvia!¡Silvia! -dijo Harry golpeando la puerta y abriéndola de golpe.
-¡Harry! -entró, se paró delante mía y me envolvió entre sus brazos.
-¿Estás bien?
-No, no lo estoy. No me puedo creer que mi padre me haya hecho esto.
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~Say Something~ || h.s. [ACABADA]
FanfictionSilvia es una chica de diecinueve años amante de las boybands. Todo va bien hasta que un día se encuentra con su amor platónico en el tren. ¿Qué pasará? Sigue leyendo...