7.- La prisión de la mente

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Harry estaba en la completa oscuridad. No podía ver ni sentir nada a su alrededor, era una sensación tan extraña; como no tener un cuerpo al que aferrarse. Sin sentidos que lo guiaran en ese lugar en penumbras. Lo único con lo que contaba era su mente, pero en ese momento estaba confusa y agitada. Tenía recuerdos vagos de cómo había llegado a ese sitio. Un vaso de cristal que se balanceaba, unos ojos grises que lo observaban con anhelo, unos labios suaves y luego una explosión.

De pronto un pequeño fulgor llamó su atención, venía de algún lugar cercano a donde él estaba. En cuanto se enfocó en aquel brillo se vio absorbido por el mismo; entonces algo extraño sucedió.

En aquel inquietante momento comenzó a experimentar que vagaba entre recuerdos, algo parecido a lo que sintió cuando practicó Oclumancia con Snape. Había muchas imágenes, algunas en movimiento y otras en completa quietud; pero ninguna que reconociera como propia. Pero lejos lo más exótico era que él vivía cada recuerdo.

Una soleada playa de arenas blancas, donde sus pies tocaban el agua tibia, mientras observaba el horizonte calmo y anaranjado. Luego, un pastel púrpura con velas plateadas que brillaban de colores y de su boca salía un soplo que extinguió las llamas. Una varita que lanzaba chispas doradas que parecían estrellas y se quedaban detenidas en el aire.

Volvió a envolverlo la oscuridad absoluta, haciendo a Harry jadear asombrado, pero de manera brusca se volvió a ver sumergido en un torrente de memorias; aunque esta vez tenían los bordes difuminados, además de ser grises y apagados, no como las luminosas visiones que había experimentado.

Un hombre gritaba de dolor en el piso mientras él miraba como se retorcía y su corazón latía fuerte con miedo; o tal vez con pánico de ser el siguiente. Unos ojos rojos de pupilas alargadas que al mirarlo le taladraban hasta el alma. Un ardor en su brazo izquierdo; era como si hierros ardientes se abrieran paso en su carne, donde al observar vio un tatuaje de serpiente retorcerse como si estuviera viva.

OoO

Al mismo tiempo, Draco recobraba la conciencia en una oscuridad aplastante que lo tenía comprimido a un estado de alerta. Cuando, de improviso vio que comenzaban a explotar fuegos artificiales sobre su cabeza. Draco los miró asombrado y sin saber como, una de las grandes manchas fulgurantes se acercó a él envolviéndose a su alrededor, para luego transportarlo a otro lugar.

Draco vio frente a él un pastel bastante extraño, que tenía once velas que flameaban en la penumbra y él pedía un solo deseo "ser libre". A Continuación, estaba en un callejón extraño, donde las personas vestían ropas antiguas y se sentía viviendo en un cuento que alguien le había narrado. Súbitamente, todo derredor tenía un resplandor rojizo y observaba a un hombre que le miraba con expresión perdida. El hombre le dio la espalda y de la parte posterior de su cabeza emergió un rostro horrible que le daba pavor. Draco cerró los ojos con fuerza intentando irse de aquel lugar y al abrirlos se encontraba en otro sitio. Una explanada en el bosque donde sentía que alguien caminaba cerca pero él sabía que no podían verle, escuchaba los pasos y veía a los hombres pero ellos no reparaban en su presencia. Luego caía en un agua congelada con un peso en el pecho que era insoportable, pataleaba con fuerza pero le era imposible abrirse paso a la superficie, hasta que unos brazos fuertes lo tomaron, sacándolo de ese abismo helado y salvándolo de la muerte.

Draco sabía que no eran sus memorias, pero no podía salir de ahí. Las veía sin parar desfilando frente a sus ojos; eran potentes y él las vivía como propias. Le hacían sentir miedo pero a la vez determinación. La situación era inexplicable, no sabía si había un arriba o un abajo, y todo sucedía de a poco pero a la misma vez.

OoO

Harry seguía navegando por aquellos recuerdos, algunos eran hermosos y felices, pero otros desgarradores. Lo llenaban de emociones, que en ese estado de su ser eran difíciles de controlar. Como no podía hacer nada para detener la reproducción que tenía lugar en ese espacio, tomó la decisión de dejarse llevar; quizá de esa forma encontrara su cordura y por fin descubriera de quién eran esos recuerdos. Sabía en el fondo de su sí mismo que conocía ese dato, pero su mente actuaba tan extraña como el entorno. Pasó un tiempo indeterminado, en que Harry comenzó a sentirse adormilado, si algo así fuese posible en su estado, cuando una imagen comenzó a formarse en una esquina de su visión. Era brumoso y se veía desdibujado en los contornos, pero Harry se afanó en poner toda su atención sobre la proyección. Algo ardía, en algún lugar; Harry podía oler a quemado y percibir el calor en el ambiente. Todo el lugar estaba bañado en una luz amarilla y titilante, él se encontraba arriba de una montaña, o un montículo formado por algo complejo de definir; parecían sillas o muebles. De pronto, algo raro sucedió, ahora no solo estaba sobre la colina, sino que también se acercaba a ella en el aire. ¿Cómo era posible estar en dos lugares al mismo tiempo? Pero cuando la parte de él que volaba por el aire, se acercó a la loma, algo hizo click en su mente. Ahí, afirmado con fuerza, un joven de dorados cabellos lo miraba con angustia. Y al mismo tiempo se veía a sí mismo montado en una escoba, la misma angustia plasmada en sus ojos tras sus anteojos.

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⏰ Última actualización: Apr 13, 2021 ⏰

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Temor a lo desconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora