☆27- Un ramo de cien corazones.☆

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C A P Í T U L O  V E I N T I S I E T E.

Al día siguiente.

De acuerdo.

Supongo que tengo preparado como revelaré esto. Estuve hablando un poco por chat y llamada y Nick y Adeline me ayudaron un poco. Pero aún estoy nervioso.

El día de ayer, aunque me dolió tuve que ignorar a Charlotte. Esto por que necesito saber si al menos está interesada un poco por mí, o no.

Y también porque necesito prepararme mentalmente para lo que diré. Estoy de nervios.

Termino de vestirme para salir y recoger a Shenara. La condenada dijo que me ayudaría a cambio de que la llevara a la peluquería porque no sé qué.

Llego a la dirección dada y efectivamente, estaba afuera esperando.

—Ya era hora, llegaré tarde a la cita y todo por tu culpa —sube al auto y lo primero que hace es bajar el vidrio delantero para revisar su maquillaje.

—Shenara, el cinturón.

—Sí, sí, lo sé.

Se lo coloca a como le dije y aprovecho para arrancar, provocando que se haga un manchón de labial en el rostro.

Río a carcajadas.

—Eres un idiota. ¡No entiendo como Charlotte te soporta! —me hago el ofendido.

Ella saca una toallita húmeda de su bolso para limpiarse.

Volteo a verla de reojo y luego a las calles repetidamente. Es raro que se mantenga en silencio. Hasta para maquillarse habla. Ah no, olvidado. Está tomando historias en Instagram.

—Entonces me ayudarás para...

—Qué sí, Noa. Desesperado. Solo espera a que termine mi cita con la peluquería y luego hacemos lo tuyo.

Frunzo el entrecejo.

—Pero, ¿porqué justamente tienes cita hoy? Es un día común y...

—Porque se acerca la graduación. Y ese día probablemente todo esté lleno. Me gusta adelantarme.

—Ah.

Ok, no tengo nada más que decir.

Por fin llego a dicha dirección. Shenara se baja apresurada y por suerte la dejan pasar. Reclino el asiento y ahora solo me queda esperar a que salga. No puedo parar de pensar en lo que haré y de verdad estoy muy pero muy nervioso. No es la gran cosa, pero hasta escribí un guión de lo que diré. No vaya a ser que me quede sin palabras y al final no pueda decirle la confesión.

Nunca estuve tan nervioso como el día en el que tuve que competir contra otros candidatos para ganar cupones gratis por un mes. Ni era para mí, Adeline me obligó a hacerlo. El reto consistía en comer la pizza más grande del mundo en diez minutos. Tuve que hacer ejercicio el resto de mi vida para bajar todo eso, me gusta mantenerme en forma. Tampoco tengo idea del porqué le hice caso pero ya no lo recuerdo. Adeline es Adeline.

Saco mi celular de mi bolsillo para jugar algo entretenido mientras.

Por el retrovisor observo una figura cruzar la calle apresuradamente. Enfoco mi vista hacia esa persona. Resulta que es el famosísimo Asher Down. Camina rápido por la acera, peinando sus rulos rubios, está agitado y parece buscar a alguien. A pesar de que tiene un aire misterioso decido seguir mi juego, ya que lo que sea que esté haciendo no me incumbe.

Claro que no es como si me importara todo lo que hay a mi alrededor. Simplemente que al observar, sentí inquieta curiosidad por él. En la fiesta de Jean, de la nada Charlotte se hizo muy cercana a ellos. Lo extraño es que Cameron y Shenara no. Como si en realidad cada quien fue por su lado.

A book behind you: A Star. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora