☆。*゚+Mi nombre es Charlotte. He pasado
toda mi vida con la cabeza metida en los libros.Al menos no soy gélida de corazón.
A veces deseo sopor, pero mi rostro denota mis inefables ojeras por el no parar de leer en las madrugadas.
Esa es mi veracidad.
¡Sólo un capítulo más!
Qué gran mentira.
Todo comenzó en una navidad. Yo estaba chica, aproximadamente tenía diez años.
Mi familia siempre celebra navidad y noche buena en casa de mis abuelos, ya que es grande y decoran muy bello - mi abuela dice que tengo un terreno por heredar - estaba ansiosa por descubrir cuál sería mi regalo en esa navidad; toda la mañana me sentaba en frente del árbol decorado de navidad a observar los regalos y me preguntaba, ¿cuál será el mío? ¿Qué será lo que contiene?
Estaba muy emocionada.
Ya en la noche, me dejaron de última a entregarme el regalo.
Cuando el regalo llegó por fin a mis manos, no espere más y destrocé con todas mis fuerzas el bello envoltorio navideño que contenía, hasta destruirlo por completo y llegar a lo que me importaba; un libro. Mis padres entre mis abuelos me habían comprado un libro, era romance y con numerosos dibujos e imágenes.
Yo quedé extrañada.
¿Un libro? ¿Qué hará una niña de diez años con un libro? Mis padres solo miraban mi expresión silenciosamente, así que, intenté leerlo. Leí su bibliografía, su prólogo y su capítulo uno. He de admitir que me interesó bastante para mi corta edad.
Toda la noche navideña pasé leyendo el libro, también al acostarme en mi habitación y dormir. Así continúe todas las noches y de esta manera, podría explicar el porqué mi enganche con los libros, simplemente me enamore de ellas, me enamore de las palabras; es como un libro en cada respirar.
Con forme pasaban los años, mi enganche a la literatura crecía, hasta hoy, me convertí en una experta en la ortografía y el enriquecimiento de nuevas palabras. Cada vez que pasaba de hoja, mi mente se iluminaba de escenarios llenos de personajes recreando las acciones que leía en la hoja.
Es como televisión en tu propia cabeza.
Siempre en los recesos de la escuela, leía un libro diferente, leía muy rápido así que era de esperarse. He tenido muy pocos amigos, digamos que era siempre la "rara" del grupo. Por leer, decían que me perdía, o que era bipolar, o que siempre mi mente estaba en las nubes, ya saben el típico dicho.
Pero no era mi problema el que me guste leer y tener apenas amigos, es el problema de ellos el que no les guste leer y tener amigos hipócritas.
Pero, a pesar de que los libros son mi nuevo mundo y, me transformen en la persona más feliz y creativa, me falta algo, algo por el que reía y lloraba, algo que los libros siempre tenían y yo no.
No eran amigos, ya que al entrar a la universidad conocí a los mejores amigos que pude a ver tenido, esa es Shenara y ese es Cameron, que nunca me han dejado de lado y además hemos pasado momentos y días maravillosos, como malos.
Pero hay algo que quiero y es conocer el amor.
La mayoría de libros que leía eran de romance. Al leer lloraba o reía por los acontecimientos de cada personaje, lo que expresaban era lo que me hacía sentir viva. Pero siempre al terminar uno de estos libros, quedaba vacía, con la mente en blanco observando el techo.
¿Algún día tendré un amor como el de un libro?
Mírenme, puede que sea bonita pero no lo suficiente, ni mucho menos nerd. No soy inteligente en clase, pero tampoco soy la peor. Me siento de última fila. Y queda más que claro que todos los chicos quieren una cara bonita y un cuerpo perfecto, al menos un cuerpo bien lindo. Y digamos que ese nunca será mi caso. Tengo kilos demás pero no soy gorda, solo no tengo un cuerpo lindo. Tengo ojeras que me hacen parecer mapache. No tuve mucha suerte con el acné en mi adolescencia y, cuando me bajó la regla, ni siquiera tuve un poco de algo bueno, solo sangre.
Así que me maquillo lo más posible.
Y sí, ya lo sé. Hay chicos que realmente son un sol brillante y ellos realmente se enamoran de tus sentimientos y su forma de ser. ¿Pero dónde están?
Ni si quiera alguno de ellos ha notado que existo, o simplemente ellos se extinguieron. No pienso ser anciana con más de cincuenta gatos en la casa.
De verdad quiero sentir las famosas mariposas en el estómago, de verdad quiero sentirme enamorada.
Talvez sea estólido, pero esta es mi historia. Sé que soy flébil y tengo baja autoestima, pero no me culpo, todo lo que digo referente a mí es cierto. Por ello los libros se han convertido en mis mejores amigos, mis confidentes. Y algún día, solo algún día; espero encontrar a alguien, sea quien sea, que me haga sentir lo que un día un libro me hizo sentir a mí y, poder expresarlo en letras inefables.
Poder escribir mi historia, para que el resto de las personas, puedan sentir lo que yo sentí.
Y eliminar el gélido corazón.
C O N T I N U A R Á.
Lo que ella no sabe, es que si bajara el libro, encontraría a un chico del otro lado que la observaba cada día con ternura, y sostenía el libro que ella había leído el día anterior.
Rubie Lie.
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A book behind you: A Star. ©
Romance☆ título antiguo: Detrás de un libro: Una estrella. Ella era lectora. Todos los días iba a la universidad con la cabeza metida en un libro diferente. A veces, sin querer, la encontrabas llorando en el tren, o riendo embobada mientras pasaba de hoja...