☆10- ¿Tienes celos?☆

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C A P Í T U L O   D I E Z.

Luego de que Shenara me haiga llamado para salir del aula vacía, fuimos a la cafetería para almorzar. Y ya saben lo que sucedió, pues nada importante.

<<¡ME DARÁ UN ATAQUE OCULAR! haya Charlotte, ¡HAYA!>>

U, como sea. Déjame terminar.

Las clases continuaron aburridas y, para las mayores de mis suertes, cancelaron las clases por falta de agua.

¡Aleluya!

Así que me encuentro pensativa, caminando rumbo a mi casa. A Cameron se le presentó una reunión importante de sus padres a la que tenía que asistir de inmediato, así que me tocó tomar el tren y, para milagros, ya me encuentro entrando a mi casa.

<<¿Por qué no narras de tu ida en tren y de cuando saliste de clase?>>

Porque a nadie le va a importar una chica sentada en el tren leyendo y escuchando su conversación estúpida con su mente, como en este momento.

<<Pero ya lo has narrado antes...>>

¡Cuando era importante! Ahora déjame llegar a mi casa en paz.

<<Pero...>>

UG, OKAY. En el tren solo leí, leí y leí. No escuché música porque olvidé los audífonos en la casa y Noa tampoco fue en tren ya que se quedó en el aula de español a reclamar no sé qué cosa. Shenara se fue caminado. ¿Feliz?

<<Ahora que lo pienso, sí. No era importante.>>

A veces me odio a mí misma.

—¡YA LLEGUE FAMILIA! —grité al abrir la puerta, recordando que en este momento solo mi madre y yo estamos y mi padre estaba trabajando de nuevo.

Qué estúpida.

Me giro y cierro suavemente la puerta.

—¿Ca-cariño? —escucho a mi madre hablar con dificultad, desde la planta de arriba.

Últimamente sus habilidades diarias se están debilitando poco a poco y eso nos preocupa a mí, a mi padre y a mis amigos.

—¿Madre? No hables, ya subo —hablo fuerte para que me escuche.

Rápidamente camino y subo los cientos de escalones. Pero por mirar arriba en vez de mirar en donde piso, me tropiezo con el último escalón de arriba cayendo de boca y provocando un estruendoso ruido. Escucho la mini risita de mi mamá y ruedo los ojos.

Desde pequeña ya es costumbre caerme en cualquier escalera. Este es mi don, mi maldición.

Me levanto y me limpio las rodillas, camino por el pasillo blanco hasta llegar a mi habitación. Me sigo perdiendo en la casa, ya que aparte de las habitaciones que juntó mi padre para hacer la mía espaciosa, sobran otras dos medianas. Creo que es para visitas o algo por el estilo. También está la de mis padres y otras dos más que son las del baño con ducha.

No estoy mucho tiempo en la casa por ir a la universidad. Tampoco me he dado el tiempo de conocer los demás lugares de la casa en la planta baja.

A book behind you: A Star. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora