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Marzo 3 del 2018, Mazatlán, Sinaloa
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El jodido dolor de cabeza se presentaba en la cabeza del comisario y la oficial. Estaban de mal humor y no se había dirigido la palabra en la mayor parte de la mañana.
El rímel corrido junto con el cabello despeinado no le dejaba ver una buena apariencia a Robin.
Greco no estaba impecable como siempre, estaba aún en pijama y frotaba sus cienes intentando calmar las punzadas de cabeza que presentaba desde que se había levantado. Después de desayunar y tomar pastillas para el dolor de cabeza, se trasladaron a otro lugar de la casa.

Ambos estaban sentados en el patio mientras veían a los demás que aún seguían la fiesta en la piscina. Evidentemente el aguante al alcohol no era el mismo, ambos solo bebían una vez a la semana, y a veces ni eso.

-¿Estas enojada?- por fin rompió la ley del hielo-

Robin negó sin mirarlo, estaba perdida en sus pensamientos, uno en específico rondaba una y otra vez.
La confesión que le había hecho la noche anterior le había desagradado, le gustaba estar con él, se sentía tranquila estando con él y en lo más profundo de su mente habían pasado pensamientos indecorosos de la noche que había dormido abrazados.

-¿Entonces porque me respondes de tal forma?- comentó abrumado-

-No recuerdas nada de la noche anterior ¿no?-

El cuerpo de Greco se tensó, pensando en que había hecho algo malo con Robin y por esa causa ella estaba molesta con él.

-Siéndote sincero, no recuerdo nada, pero si te hice algo dímelo-

-No me hiciste nada- susurró-

-¿Entonces?-

-Solo olvídalo Rodríguez-

Robin no quería confesarle sus sentimientos, el miedo a perder lo que habían construido era lo principal, sabía que alguno de los dos podía fallar, terminando mal y con el corazón roto.
El silencio sería su carta bajo la manga, no decir nada y simplemente seguir con esa bonita amistad que llevaban.

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Greco se sentó en la sala esperando a que alguien conocido se le acercara, pero al parecer todos estaban en sus cosas, suspiro frustrado pero dejó de hacer ruido en el instante que escuchó la voz de su compañera de trabajo y de alguien más. Estas se encontraban sentadas afuera de la casa, platicando tranquilamente, se lograba escuchar su conversación por la ventana que conectaba del exterior a interior.

-¿Que te dijo anoche?- murmuró Raven-

-Me dijo que le gusto-

-¿No se lo habían confesado ya?-

-¿Qué? No-

-A kilómetros se nota su atracción Rob, es tonto que te pongas así por eso- rodo los ojos-

-No es eso, no me molesta saber que le gusto, me molesta saber que por nuestros sentimientos se puede acabar esa relación que tenemos-

-¿Entonces no te lo cogiste?- la chica abrió sus ojos sorprendida-

-Que no Raven, él y yo no hemos hecho nada de eso-

-Deberías, es un bombón- Greco sonrió escuchando eso- haber no tiene nada de malo que te quite lo virgen-

-Cállate ya-

-No, ósea eres mayor que yo y nadie te ha metido mano-

-No soy tu-

-Un buen agasajo estaría bien-

-Que no, entiéndelo, ¿acaso tú ya no eres virgen?

-Piensa lo que quieras, pero te aseguro que ese bombón te calienta más que el sol en pleno verano-

-Nuestra relación es sólo laboral, pero últimamente en estos meses atrás hemos comenzado una amistad, sabes que no me gusta relacionarme con personas-

-Si desde lo de Kevin, no desea relacionarte con personas, pero dime algo querida Rob-

-¿Qué?-

-¿Sientes algo por el?-

El silencio irritó a Greco, entendía que por eso la joven se había molestado con él, había dicho cosas que se había negado a sentir, le había confesado sus sentimientos que ni siquiera sabía que eran reales y no solo un salseo que le hacía Volkov. Él podía sentir algo por ella, pero ella por él no.

-No sé lo que siento por él, solo es eso, no me aclaro bien-

-Solo acepta que te gusta-

-¿Y qué más? Se lo suelto así como así-

-Dile, follame comisario- ambas comenzaron a reír-

-Desearía soltarlo así-

-No Robin, se una niña de bien, sólo dile que te gusta y ya está-

-¿Cómo? Si eres la que me está diciendo que me meta con el-

-No, no me hagas caso, sólo dile lo qué pasó anoche y después dile que tú también sientes algo por el-

-Creo que me agradaría más decirle, folleme señor comisario-

La puerta de la entrada principal se abrió, mostrando así la figura de las dos jóvenes que acababan de tener una plática privada. Rápidamente las mejillas de ambos comenzaron a tornarse rojas, sus ojos conectaron y sintieron una incomodidad inmensa.

-Oh no- susurró Raven- no mames- la vergüenza se apodero de ella- me pasó a retirar jóvenes-

Raven salió corriendo, directo a su habitación.
Robin miro a Greco quien se ponía de pie acercándose a ella.

-¿Folleme señor comisario?- pregunto cruzándose de brazos-

-Era broma, no lo decía en serio Greco- hablo avergonzada-

-¿No? Lo decías tan convencida, ahora sería yo el que tendría que estar indignado porque has dicho eso, por qué eso fue lo que hiciste después de que te dije que me gustabas-

-Greco-

-No, nada de Greco, joder debes ser sincera conmigo si quieres que esto funcione-

-¿Esto?-

-Me gustas, te gusto, que más necesitas saber para entender que tenemos algo-

-¿Si te gusto?- pregunto confundida-

-Piensa lo que quieras Robin-

-Ósea, también me gustas pero ambos sabemos que es complicado-

-¿Y no es complicado pedirme tener relaciones?-

-¿Qué?- una voz exterior se escuchó por la sala-

Giraron a ver de dónde provenía, percatándose que era la mamá de Robin quien preguntaba eso.

-¿Que acabas de decir Greco? ¿Robin te pidió tener relaciones?-

-No- alargó la "O" poniéndose aún más nerviosa-

-No se preocupe esto es entre nosotros dos- Robin miro a Greco sabiendo que había empeorado las cosas-

-Sí, evidentemente no voy a participar en su situación, Robin explícame-

-Solo es un mal entendido-

-Pues suban a hablar de sus cosas a su habitación- bufo molesta saliendo de la casa-

-Estúpido, eso es lo que eres-

Robin se alejó para después comenzar a subir las escaleras que llevaban al segundo piso.

𝙰𝚕𝚐𝚞𝚗𝚊 𝚟𝚎𝚣~𝙶𝚛𝚎𝚌𝚘 𝚁𝚘𝚍𝚛í𝚐𝚞𝚎𝚣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora