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Marzo 9 del 2018, Los Santos
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Robin miraba con desesperación la llegada de Leonardo, esperaba que llegara antes que el comisario y así poder patrullar con él, un gran alivio salió en forma de suspiro cuando el chico entró por la puerta.

-¿Patrullamos?- pregunto en cuanto la vio-

-Obvio- la chica sonrió y camino detrás de el-

-¿Qué paso con el comisario?- ella levanto los hombros-

Leo entre cerró los ojos, observando a la chica, ella soltó una risita y jalo de su mano.

-Vamos, vamos- el asintió terminando de tomar sus cosas-

Greco aventó el cigarro que acababa de fumarse y entró a comisaría, observando cómo su chica tomaba la mano del alumno de un día atrás, ambos mirándose con sonrisitas traviesas. Frunció el ceño sin entender que hacía Robin.

-Vamos Leo, eres muy lento- el nombrado se detuvo viendo la mirada matadora del comisario-

La chica miro la cara pálida del alumno quien miraba a unos centímetros encima de ella, Robin maldijo a sus adentros suponiendo quién estaría atrás de ellos.

-¿Vamos a patrullar juntos?- pregunto Greco mirándola con celo-

-No, patrullare con Leonardo- tomo con aún más fuerza la mano del chico-

-Suéltala- indicó mirando con aún más odio al chico-

-Yo...-

-Es una orden, no quiero afecto personal mientras yo esté a cargo-

Ese típico tono que mostraba autoridad fue usado por el comisario, quien se le notaba los celos al tope.

-Cuide donde pise Leonardo, que está caminando en tierras ajenas-

El comisario se dio la vuelta para salir de comisaría, ambos quedando en shock por la respuesta posesiva que había tomado.

-Vaya tóxico tía- murmuró con burla-

-Vámonos-

El transcurso del día, fue tranquilo, al parecer la gente no le apetecía hacer atracos, ningún aviso fue previsto por algunos de los oficiales.
Robin estaba tranquila y esperaba que así fuera la parte faltante del día.

-¿De dónde eres?- pregunto Leonardo mirando al frente mientras conducía-

-Soy de Sinaloa- el asintió pensando en donde se encontraba esa ubicación- pero desde pequeña nos trasladamos aquí a Los Santos-

-¿Tu familia vive aquí?- ella negó-

-Después del fallecimiento de mi padre mi hermana y mi madre se regresaron a Sinaloa, donde estaba la familia de mi mamá, yo me quede aquí me apetecía independizarme y pues desde los 18 estoy sola-

-Lo lamentó-

-No te preocupes son procesos de la vida-

-A veces no estamos preparados para esos procesos- Robin suspiro-

-Lo sé, es complicado perder a personas importantes en tu vida, yo tarde demasiado en asimilarlo, pero me enfoque tanto en el trabajo que logre llevarlo con tranquilidad-

-Yo perdí a mis padres cuando aún era peque-

Las crudas palabras salieron de la boca del joven, Robin observó la mirada cristalizada de Leonardo.

𝙰𝚕𝚐𝚞𝚗𝚊 𝚟𝚎𝚣~𝙶𝚛𝚎𝚌𝚘 𝚁𝚘𝚍𝚛í𝚐𝚞𝚎𝚣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora