Alternativo 6

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Había sido una noche muy larga y también dolorosa, nada de lo que sufrí alguna vez en mi servicio como policía se comparaban con lo que sentí esta tarde. Todo mi interior dolía y moría por poder dormir como si no hubiera mañana, pero mi mente no me permitía quitarle los ojos encima a la pequeña criatura que me acompañaba.

Jacob se encontraba recostado de lado pasando sus dedos sobre sus mejillas regordetas, sonrió con ternura y dejó de observarla para mirarme a mi.

Me dedico toda su atención por un día completo, no me dejó en ningún momento y estaba muy agradecida por ello. Su mano sostuvo la mía hasta que la bebe estuvo en nuestros brazos, la expresión de su rostro no tenía precio y me había encantado ver cómo la miraba con maravilla.

—¿Estás segura de ese nombre?

—¿Tu estás seguro de dejar a Jacob Smith atrás?— cuestione alzando mis cejas.

—¿Bloom Conway? Créeme que odio ese apellido pero necesito tener algo legal por el bien de ella.

—¿Tengo que repetir lo de Jacob?— una sonrisa traviesa apareció en su cara y negó apartando su mirada.

—Los negocios de Roy que mantuve por años deben terminar Rob, necesito ser una persona normal por mi pequeña.

—Suenas bastante tierno pero no entiendo porque quieres dejar algo que amas.

—La venganza no es amar— torció su boca con desagrado— y dejarlo todo por alguien tampoco, quiero hacerlo para mantenerla a salvo.

—Admiro tu amor de padre.

—Jamás seré como Jack Conway, quiero ser ese padre que jamás tuve.

—Bueno, con que tu amor no incluya armas u ventas ilegales me parece bien cariño— comenzó a reír con amargura mientras negaba con la cabeza.

Este proceso será muy interesante.

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•Jacob Smith•

Toque su refinada nariz con una pequeña flor amarilla que había cortado en nuestra caminata por la tarde, sus ojos azules se cerraron y su boca se abrió mostrando sus pequeños dientes.

—Para ti.

El proceso de padre me resultaba complicado. Me era difícil no explotar cuando la niña que tenía enfrente me sacaba de mis casillas, era una diablilla andante y simplemente controlarla no estaba en mi nivel. Robin la dejaba en mis manos sin problema alguno, pero estos venían cuando la casa terminaba hecha un desorden por culpa de mi hija, pero no podía negar lo increíble que era tenerla a mi lado.

—Llevemos una para mami.

Apenas cumplía los 5 años, su crecimiento e imaginación me volvía loco. Parecía que el tiempo transcurría con lentitud pero era cuestión de parpadear y ella ya estaba portando su uniforme para asistir al colegio, era increíble todo este proceso.

Residíamos en Mazatlán por unos meses después de su nacimiento pensamos muchos lugares en los cuales podíamos vivir pero ninguno fue suficiente agradable, el único que Robin me había insistido fue Malibú. Aquel precioso lugar donde habíamos tenido nuestro último encuentro antes de volver a encontrarnos, llegamos al penthause y fue ahí donde creció la pequeña Bloom hasta que cumplió su primer año.

Salir de los negocios ilícitos resultó más difícil de lo pensado, aun cuando mi hija tenía 5 años yo seguía traficando drogas y armas. Calavera era el tipo más codiciado y la cabecilla de The Unión, los chicos seguían a mi lado y como no teníamos a un puto Jack Conway atrás de nosotros, todo transcurría con facilidad.

Robin estaba bien con eso. Las mantenía a salvo lejos de la ciudad en un lugar difícil de localizar, el dinero comenzaba a sumarse a grandes cantidades pero eso ya no llegaba a interesarme. El peso de los enemigos era lo único que me importaba, ya no era solo yo, había dos personas más detrás de mi y el miedo a repetir la historia de mamá me aterraba.

Después de mucho tiempo regresamos a Los Santos y las cosas parecían ir con normalidad, mi nombre desapareció de las calles y no sabía si eso podría ser bueno. La muerte de Conway no logró satisfacción en mi, tampoco libero todo el odio que creció por años, pero podía vivir con ello.

—Te hemos traído una flor— Bloom extendió su mano y la entregó con una sonrisa.

—Que bonito detalle cariño.

Tome su mano para levantarla del asiento público, entrelace mis dedos con los suyos y comencé a caminar no sin antes también tomar la mano de Bloom.

—Las llevaré a casa tengo que revisar algunos pendientes— susurre a su oído y torció su boca.

—Quisiera echar un vistazo a la ciudad si no te importa, compraré las cosas para la cena de mañana.

Mañana.

Recordé que al día siguiente cumplíamos un año más en nuestro aniversario como pareja, seguía siendo mi novia y no habíamos planeado algo más a futuro; pero es no quiere decir que yo no piense en algo más con ella.

—Ahora que lo dices tengo que comprar un obsequio para ti.

—No es necesario Mathias— apartó su mirada y sus mejillas se enrojecieron.

—Eso no quita que quiero mi noche contigo preciosa.

—Esto resulta algo imprudente cuando estamos con nuestra hija— levante mis hombros con desinterés y seguimos caminando.

•Robin Walker•

El atardecer caía en Los Santos indicándole que debía regresar a casa antes de que anocheciera, Bloom me ayudó con las compras y venía muy feliz por su recorrido por la ciudad. Tome mi teléfono para mandarle in mensaje a Mathias pidiéndole que pasara por nosotros si es que no estaba en alguno de sus asuntos.

Me detuve de golpe cuando un cuerpo masculino chocó conmigo, respiré hondo para no gritarle alguna tontería y fue así como levante mi vista para encarar al susodicho. Sentí mi cuerpo helar rápidamente, la respiración se me entrecortó y pronto todo dejó de tener sentido cuando sus ojos cafés conectaron con los míos.

Se veía más viejo además que su cabello negro estaba tomando un tono grisáceo, tenía ojeras y sus mejillas eran cubiertas por bellos que apenas crecían. No podía decir si estaba viendo un fantasma o solo se trataba de una equivocación, tal vez él sobrevivió aquella explosión y haberlo dado por muerto fue erróneo.

Jack Conway estaba frente a mi, me miraba con asombro así como yo lo miraba.

No sabría como describir lo que sentí en el preciso momento en que sus brazos rodearon mi cuerpo pegándome con fuerza al suyo, definitivamente mi estancia en Los Santos no era lo que estaba pensando que sería.

𝙰𝚕𝚐𝚞𝚗𝚊 𝚟𝚎𝚣~𝙶𝚛𝚎𝚌𝚘 𝚁𝚘𝚍𝚛í𝚐𝚞𝚎𝚣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora