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Diciembre 30 del 2021, Mazatlán Sinaloa
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Mire por una vez más aquella lápida donde se encontraba el nombre de mi padre no biológico. Tenía muchas emociones encontradas ahora mismo y es que las cosas no habían salido como yo quería desde hace unos meses atrás.

Por un momento me mentalice que hablaría con Bruno acerca de todos mis planes para el futuro de mi familia pues no tenía con quien compartir mis pensamientos ahora mismo. Me senté sobre el piso en posición indio y solté un gran suspiro sin saber cómo empezar. Era totalmente estúpido lo que estaba por hacer, pero quería liberarme ahora mismo.

-Hola papá- susurré esperando que nadie me viera y pensara que estaba loca por hablarle a una tumba- hace muchísimo tiempo que no vengo a visitarte y realmente me siento mal por ello, seguro pensaras que te olvide pero eso jamás pasara.

Posiblemente estés algo decepcionado de mi, pero yo no lo estoy. Ahora tengo una familia y moriría para que conocieras a Bloom, ella es tan linda y amable. Ahora que conocí a Nasiff muchas cosas cambiaron en casa, mamá me tiene rencor y se que está sanando pero aun no lo hace por completo.

Greco nos ama muchísimo y ahora tenemos la posibilidad de vivir en Texas con nuestra pequeña, él es increíble, es muy dedicado y es un ejemplo a seguir. Tengo miedo de que algo salga mal y todo se arruine, ahora una niña depende de nosotros, nunca tuve miedo de ser abatida en un tiroteo o ser asesinada por un mafioso bastardo obsesionado con su papá y los policías, joder que me salgo del tema- reí recordando a Jacob- Nasiff me dio la propuesta de quedarnos con ellos y que Greco tenga un mejor trabajo, su familia me recibió muy bien entendiendo que el error era de su padre y no mío, se han encariñado muchísimo con mi hija y se me hace egoísta irme así como así, aún más cuando ella también les tiene cariño- suspire mirando al cielo al percibir la primeras gotas de agua que caía- siempre me dijiste que no me detuviera por los demás, es una buena oportunidad para irnos.

Vendré nuevamente, te lo prometo y traeré flores, haré las cosas bien papá, gracias por criarme y por no dejarme sola con Valeria, te extraño- me coloque de pie y deje las flores blancas que había comprado algunas horas atrás- te amo-

Sin decir más me aleje para dirigirme a la camioneta donde me esperaba Greco y Bloom. Abrí la puerta y entre para mirar a mis dos amores.

-¿A tiempo mi amor?- levante mis cejas para mirar con atención a Rodríguez-

-Justo a tiempo, recogeremos nuestras cosas y Lucy nos llevará al aeropuerto-

Encendió el motor y giré a ver a Bloom, miraba atenta la ventana mientras chupaba de su chupón, apenas cumplía los 5 meses y no podía creer el parecido que tenía con Rodríguez, mamá insistía en que ella se parecería a mi pero las cosas se nos voltearon y ahora es una maldita copia de Greco.

-¿Segura que no quieres pasar el fin de año con tu familia?- pregunto mirándome de reojo-

-Lo pasaré con mi familia, ustedes lo son- colocó su palma en mi muslo y no dude en colocar la mía sobre la de el-

-¿Te das cuenta en lo precioso que se ha convertido nuestras vidas?- sonrió mirándome por algunos segundos-

-Es increíble y agradezco muchísimo que seas tú quien esta conmigo-

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Enero 01 del 2022, Houston Texas
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Sus brazos estaban adoloridos por llevar tanto tiempo a Bloom sobre ellos, dormía plácidamente aún teniendo su chupón entre sus labios, sus mejillas estaba enrojecidas y ligeramente temblaba de frío aún así teniendo a su mamá cerca. Robin observó sus pestañas y sonrió al notar nuevamente lo largo que eran.

-¿Tienes frío?- murmuró el ex comisario levantando su cuello de tortuga para tapar la mitad de su rostro-

-Ella me da calor, pero siento como tiembla- susurró besando su mejilla-

Greco extendió su saco para ponerlo encima de su hija, se acercó a ellas y pasó sus brazos abrazando de ambas, Robin recargó su cabeza en su pecho y suspiro con tranquilidad.

-Solo esperemos a que llegue el Uber que pedimos para irnos a casa- susurró a su oído- No pensé en lo horarios, una disculpa-

-No te preocupes-

Al paso de algunos minutos después el Uber había pasado por la familia para llevarlos a la casa donde Greco se había quedado meses atrás por algún tiempo. Robin trataba de que sus ojos no se cerraran pero le era casi imposible, estaba muy cansada y haber llevado a Bloom la mayor parte del viaje en brazos.

Sus ojos se abrieron con asombro cuando vio que llegaron a su destino, una casa de madera no tan grande pero era muy bonita por fuera. Al bajar las maletas y pagarle al chofer, Greco abrió la puerta y el olor a polvo invadió las fosas nasales de la chica.

-Tendremos que limpiar- encendió las luces y observó los muebles que eran cubiertos por sábanas-

-¿Donde dormiremos?- murmuró cerrando la puerta con uno de sus pies-

-Mi habitación estaba aquí abajo, pero no crees ¿que deberíamos dormir arriba?-

-No lo se, pero llévame quiero dejarla-

Greco sacudió el colchón, después colocó unas cobijas que tenía guardadas. Robin recostó con cuidado a Bloom y la arrullo para que volviera a dormir, ambos salieron de la habitación no sin antes arroparla bien y dejarle un beso en sus gordas mejillas. Salieron por sus cosas y regresaron nuevamente para ponerse sus respectivas pijamas.

-Vamos a dormir preciosa- tomó su brazo jalando de él para atraerla a su cuerpo abrazándolo-

-Falto algo- recostó su cabeza en su pecho y cerró los ojos-

-¿Qué?-

-Feliz Año Nuevo mi amor- beso sus labios dándose amor antes de volver a la cama-

Al amanecer lo primero que hicieron a primera hora fue ir a revisar la casa, después la limpiaron y reacomodaron los muebles. Algunas horas después su pequeña hija despertó llorando pues desconocía el lugar donde había despertado. La atendieron y salieron de su casa para recorrer el lugar.

-No puedo creer que tu hicieras crecer todo esto- Robin sonrió observando las grandes parcelas que el chico se había encargado de plantar-

-Necesite ayuda, los vecinos son increíbles- caminaron entre las hierbas tomados de la mano-

Pararon algunos segundos morándose y sonriéndose mutuamente, sus bocas se volvieron a conectar sin pegar sus cuerpo con totalidad, debido a que Bloom estaba entre ellos dos, sostenida en un porta bebé con su chupón entre sus labios, miraba con atención el nuevo lugar donde sus papás la habían traído.

Sus lenguas dejaron de jugar cuando escucharon las hierbas crujir, Robin apretó la chamarra típica del joven y se acercó a él temiendo de quien podría ser. El se giro con cautela sintiendo paz al observar quien tenía enfrente.

-¿Greco? ¿Volviste?- sonrió y se cruzó de brazos-

Robin asomó su cabeza y observó de pies a cabeza la figura femenina, una chica con botas, camisa y sombrero, tenía un peinado de dos trenzas y llevaba una cuba de metal. Su sonrisa se desvaneció cuando vio a una mujer con el chico.

-Geraldin que bueno verte- rasco su nuca incomodo frunciendo su ceño-

-¿Ella?- señaló a la mujer que estaba detrás de él-

-Ella es...-

Los ojos de Robin miraron con atención a Greco, esperando su respuesta. Él no sabía cómo llamar a la madre de su hija, no le había pedido nuevamente que fuera su novia, ni su esposa.

-Es mi mujer, la madre de mi hija-

Una pequeña sonrisa apareció en el rostro blanco de Robin, sintiendo sus mejillas arder al ver la expresión que la chica había tenido al recibir tal respuesta. Le había restregado en la cara que ella era su mujer y no algo más.

𝙰𝚕𝚐𝚞𝚗𝚊 𝚟𝚎𝚣~𝙶𝚛𝚎𝚌𝚘 𝚁𝚘𝚍𝚛í𝚐𝚞𝚎𝚣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora