Romance Santo (PAUSADA TEMPORALMENTE)

1. La aventura comienza.

Grecia año 2007

Ciudad ruidosa si las hay. No hay muchos crímenes pero los policías de esa ciudad no suelen estar inactivos.
Durante la noche, la central de emergencias recibió una misteriosa llamada telefónica.

—Operadora Buenas noches, ¿cuál es su emergencia?

XX —Hola, si emm hay un joven muy malherido en la calle. Está perdiendo mucha sangre pero no permite que lo llevemos al hospital. Tampoco quiere decirnos su nombre. Sería bueno que enviaran una ambulancia. Podría morir.

[Op] —De acuerdo. ¿Cuál es su ubicación?

XX —Estamos en las afueras de la ciudad. La dirección es calle mayne 2301. Es un lugar deshabitado.

[Op] —¿Podría decirme que heridas tiene el sujeto al que está asistiendo?

XX —No sabría contestar. Claramente está sangrando pero no presenta heridas de cuchillos ni disparos. Sin embargo está muy débil y dice cosas sin sentido.

[Op] —Una ambulancia va para allá. ¿Donde está sangrando?

XX —Al parecer tiene heridas en su cabeza y su abdomen. ¡Vengan rápido por favor!

[Op] —En minutos lo asistiremos. Cualquier cosa vuelva a llamar.

Los paramédicos hicieron todo lo posible por estabilizar al joven herido. Sin embargo estaba en estado crítico. Y no entendían porqué.

[Paramédico Dafne] —¿Tienen idea de que le pasó?

XX —Tal vez lo atropellaron. Y está sangrando internamente.

[P. Dafne] —Descuide nos encargaremos de él.

Antes de irse el joven alcanzó a decir algo: —Debo proteger a la diosa, está en peligro...

XX —¿A qué se referirá ese jovencito?

XX —Obviamente está desvariando. Está muy mal pobrecito. ¿Que le habrá pasado?

Las personas que se encontraban alrededor no entendieron nada de lo que el joven dijo. Por lo que supusieron que solo eran desvaríos de alguien a punto de morir.

A lo lejos una figura imponente se ocultaba para no llamar la atención.

—Maldita sea, si su ilustrisima descubre que no termine mí misión me destruirá con sus propias manos. — Decía un preocupado joven español.

—Estúpido Aioros, no tenía que ser así... Solo quería que entraras en razón.

Mientras tanto en la ambulancia el jovencito se estaba descompensando.

D —¡Por favor no te mueras, eres muy joven para morir!

A —Si claro, como si pudiera escucharte.

D —Hay que animarlo para que luche por su vida.

A —Dudo que en ese estado sobreviva.

Dicho eso el Joven Aioros tuvo un paro cardíaco

D —¿Eres paramédico o periodista? Ayúdame a traerlo de vuelta. — decía tomando el equipo de resucitación.