9. Encuentro cercano

28 5 2
                                    

Mientras Erika iba de regreso a su casa, uno de sus compañeros de jefatura la encontró y se ofreció a llevarla hasta la casa. En el camino intentó convencerla de asistir a una fiesta ese fin de semana, pero Érika no estaba interesada, antes de bajar del auto se disculpó y respondió que no asistiría, su compañero le volvió a mencionar que la llamaría al día siguiente para ver si cambiaba de opinión, a lo que ella solo sonrió y se despidió. Demasiadas emociones para un solo día.
Ingresó a su apartamento incrédula de lo que había vivido, se duchó, cenó y se disponía a dormir cuando recordó el pedido del caballero.

«Si dejo mí ventana abierta estaría cometiendo una locura»

Pero la curiosidad le pudo más y fue a abrirla. Salió al balcón para inspeccionar que no anduviera ningún maleante y volvió a entrar. Se sentó en la cama y esperó con las luces apagadas.

La espera se le hacía eterna, pero no quería abandonar la idea de volver a verlo. Era una locura, pero y si funcionaba ¿que haría?
¿Y si ese caballero solo jugaba con ella? La duda le hizo desesperarse, miró la hora y vio que era más de medianoche.

—Él no vendrá. Es obvio que solo juega conmigo.

Se puso de pie y cerró la ventana de su cuarto y las puertas que daban al balcón.

—Que ilusa soy. ¿Porqué siempre confío en la gente?

Con decepción se dispuso a dormir, eran las 01 de la madrugada. Empezó a soñar con un bosque lejano en otra época, se veía a si misma cabalgando persiguiendo a alguien en un hermoso caballo blanco. Cuándo por fin lo alcanzó vio que era ese caballero ladino.

—Sabía que vendrías a buscarme. No te puedes resistir a mis encantos.

Despertó. Un golpe en la ventana la hizo sobresaltarse, observó su reloj de pared: eran las 3.30 AM.

Tomó su arma de debajo de la almohada y fue a inspeccionar el sonido. Abrió el ventanal que daba al balcón, y preguntó:

—¿Quien anda ahí? Tengo un arma y no dudaré en usarla. Sal de dónde quiera que estés.

Con un rápido movimiento la derribaron, y le quitaron su arma.

Aún en el suelo, vió a un ser horrible y oscuro que salió de entre las sombras. Éste colocó sus afiladas garras alrededor de su cuello, impidiendo que pudiera zafarse.

—¿Porqué andas tras nosotros?

—A quien te refieres con nosotros? Ando tras muchos delincuentes— dijo hablando con dificultad.

—No hablo de humanos, ¿Porqué andas tras los espectros? Solo lograrás que te asesinemos.

—No sé de qué me hablas, solo investigo a esa mujer, a Pandora. Ella no es un espectro es real.

—Aléjate de ella o vendré por tu alma y no será agradable— le interrumpió el ser.

Erika sentía sofocada, con una fuerza extraordinaria golpeó al demonio y este salió huyendo por la ventana donde entró.

—Linda y peligrosa. Pero no más que yo.

—Conozco esa voz. ¿Que haces aquí?— le contestó mientras tosía por la asfixia.

—Te dije que vendría, tengo palabra.

—Hace horas que estoy esperando, creí que ya no vendrías. Además ese horrible ser vino a amenazarme.

—Si, pude ver qué te las arreglaste bastante bien tu sola.

—Si y no gracias a ti.

—Ah sí. Tuve algunos contratiempos en el camino. Nada importante. Me disculpo por llegar tarde. Aunque de hecho no te dí un horario en el que vendría, asi que no llegué tarde

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 24, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Romance Santo (PAUSADA TEMPORALMENTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora