Todo comenzó cuando se topó con seres que parecían dioses, pero eso no podía ser posible, los dioses no caminan entre nosotros.
Su curiosidad la llevó a investigar y dar con algo que pondría la vida de cualquier mortal de cabeza.
Una investigación d...
Dafne subió a su vehículo para descansar de su jornada laboral. En eso vio a lo lejos un hombre que conocía muy bien, Shura.
Detuvo su auto un poco lejos, y se ocultó para poder observar lo que iba a acontecer.
S —Debemos solucionar esto de una forma civilizada. Sin víctimas civiles.
A —Coincido. ¿Será uno contra uno o me atacarán todos a la vez?
S —Seremos tu y yo.
A —Perfecto. ¿Que esperas? Acaba conmigo.
A lo lejos Dafne observaba la batalla de ambos caballeros sin poder creer lo que veía.
Shura sacaba ventaja ya que Aioros aún estaba convaleciente. Inesperadamente la armadura de Sagitario se hizo presente y puso las cosas a favor del caballero herido.
En un arranque de furia Shura fue derrotado por un muy malherido Aioros. El momento fue aprovechado por los caballeros de plata que atacaron al Sagitario todos a la vez, dejándolo por muerto. La armadura sagrada emitió una onda poderosa que hirió e hizo volar por los cielos a todos los santos de plata.
Dafne aprovechó la distracción para asistir a Aioros y llevárselo consigo.
—¿Que rayos fue eso?
A —No lo entenderías. Estoy muriendo por favor llévame lejos de aquí.
D —Debemos volver al hospital.
A —Es tarde, llévame contigo. Si te encuentran conmigo te harán daño.
D —Está bien. Es una locura pero lo haré.
La paramédica se dirigió a su casa llevando al santo de Athena. Buscó en su hogar algo para poder curarlo.
A —Déjame morir.
D —Claro que no. No morirás aquí.
A —Estoy muy mal herido. Perdí mucha sangre, no sobreviviré.
D —¡Por favor no te mueras! Déjame ayudarte.
A —Si vamos al hospital me hallarán y me matarán.
D —Entonces te mantendré aquí conmigo. Una ambulancia viene en camino. Vivirás. Pero no dejes de luchar.
Aioros se desmayó y no pudo seguir hablando.
«No abandonaré está lucha, vivirás»
En cuestión de segundos una unidad médica llego al lugar.
D —Gracias por venir. No podemos llevarlo al hospital porque su vida corre peligro. Por favor ayúdame a mantenerlo con vida.
Sara —Es un riesgo tenerlo aquí. Además hay que volver a operarlo. ¿Estás segura? Nos meteremos en problemas si lo ocultamos aquí.
Alex —¿Que les parece si mientras parlotean le salvan la vida? Luego veremos qué hacer.
Hicieron todo lo posible para que el santo viva. Pero estaba en las manos del destino si viviría o no.
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