Capítulo I
"No importa lo difícil que sea el pasado, siempre puedes comenzar de nuevo."
BudaMikasa
Aún recuerdo la pesadez de aquel vuelo que me llevo a las orillas del mar; las horas en el avión habían sido largas y pesadas como las ojeras que se habían plasmado en mi rostro después de aquel trágico suceso. Tarde en acostumbrarme a la arena remolinándose entre los dedos de mis pies y a la sensación de ardor al estar bajo los rayos incandescentes del Dios anaranjado, pero sobreviví a las diferencias climáticas y al abandono de mis orígenes con el paso del tiempo.
Fue difícil buscar una forma de sustento en aquel nuevo lugar, ya que con anterioridad acostumbraba a mantenerme atendiendo el bar de mi padre, lo cual no había dejado una sola carta de referencia justificando mis años de experiencia, eso tenía como resultado a una joven de 24 años que a plena vista pareciese no saber nada del mundo ni del dinero.
Pero tuve suerte y pese a mi seriedad y mi cara poco expresiva, fui motivo de "caridad" de una joven de la misma edad que yo, pero de una personalidad totalmente diferente. Aun dudo de su raciocinio y temo por su exceso de bondad, desde que me vio buscando techo en unos recintos departamentales e inmediatamente se ofreció a darme asilo por la mitad de la renta mensual. No sabía ni siquiera mi nombre, ni yo el de ella y pese a eso me impulso a firmar aquel papel amarillo en donde estipulaba que me haría cargo de la mitad de la deuda.
Mi compañía arisca y extraña le parecía divertida y con el paso de los días aprendí a encariñarme con la suya. Sasha era alegre, divertida y poseía un sentido de positivismo hacia la vida que hacía que de cierta forma la envidiara. Su gran ayuda por conseguirme techo parecía no serle suficiente, así que también me recomendó en el "Sunny days" lugar donde eventualmente trabajaba de recamarera.
Gracias a su esfuerzo y a su ayuda hoy me encuentro aquí, con el cabello oliéndome a una combinación de pollo rostizado y alcohol, rodeada de mesas circulares adornadas con banderillas pequeñas de playa.
- Mikasa - escucho a la más alta hablarme e inmediatamente doy vuelta para encontrarme con la mano de mi jefa "Hange", quien me indica que me dirija hasta donde ella.
- ¿Sí? - respondo apenas y llego a la mesa en donde también se encuentra Sasha y Pieck.
- La temporada ha empezado, y como han escuchado en las noticias el entrenamiento de los jóvenes inicio. Eso quiere decir que la playa estará infestada de personas ya que el campo de entrenamiento no está lejos de la costa. - nos explica con un tono lleno de lo que parece entusiasmo.
- Eso quiere decir que tendremos más personas de lo normal - Sasha dice con desgano y no puedo evitar esbozar una sonrisa. - ¡Más chicos! . - Eleva su voz con alegría y solo cierro los ojos al verme expuesta al tono de su voz elevado.
- Bueno, tendremos más mujeres en la barra - Pieck rompe sus ilusiones de pronto y sin remedio alguno asiento con la cabeza dándole la razón.
- Es verdad, el público de mujeres ira en aumento, ellas querrán venir a ver a los futuros soldados en pleno entrenamiento. - Comienzo a limpiar las mesas mientras sigo escuchando los suspiros desilusionados de mi "roomie".
- Sea lo que sea, por favor atiéndalos bien, no queremos perder esta oportunidad de hacer dinero - Veo el brillo de Hange abrirse paso por sus ojos y por un momento mi imaginación me juega tan chueco que una fajilla de billetes se dibuja en sus pupilas.
*
La noche a continuado mas tranquila de lo esperado, al menos en el "Sunny days" así lo es. He visto pasar una cantidad excesiva de mujeres de todas las edades correr de un lado a otro sobre la arena que comienza a enfriarse por la hora. Se supone que las horas nocturnas son las de mayor movimiento en el local, sin embargo, pareciere que aquel campo abierto de entrenamiento esta obteniendo toda la atención.
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Olvidarte jamás
RomanceDespués de un trágico accidente, el destino a llevado a Mikasa a vivir a la orilla del mar en donde conocerá a un hombre perteneciente a las fuerzas armadas. Pero en tiempos de guerra el destino es aún más incierto y cruel, y a veces nos obliga a o...