10. ¿Cena?.

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-Me gusto mucho venir aquí, es muy agradable el lugar y el café no era la gran cosa pero no estuvo mal. - Sonrió Matt hacia Javier una vez que se encontraban saliendo de aquel lugar.

-El café que tomé yo era riquísimo, te dije que no pidas el que especificaba extra amargo - Comenzó a reír levemente Javier negando con la cabeza y tapando su rostro un poco con su mano.

Matt quitó las manos de este y colocándose mas cerca murmuró. -No te tapes, eres aun mas lindo cuando te ríes-
Eso logró que Javier sonrojara a mas no poder y antes de poder hablar Matt preguntó. -¿Vamos a cenar juntos a mi departamento esta noche? No es por alardear pero cocino muy bien y tengo una buena botella de vino esperando a que alguien quiera tomarla. -

Javier se perdió en los hermosos ojos verdes del menor, realmente no podía creer la profundidad de estos y al darse cuenta de que se había quedado helado habló. -Me encantaría probar esa comida y ver si es mejor que la que puedo hacer yo, no te olvides que cocino para una niña desde que tengo memoria, tengo varios años de practica.- rió levemente.

-¿Eso es un si?- interrumpió el ojiverde emocionado. 

-Lamentablemente tengo que decir que no, prometí en casa que cenaría con ellos.- hizo una mueca dejando algo decepcionado al menor.

-Está bien, no pasa nada, ya les robe demasiado tiempo por hoy. - Matt sonrió en dirección al mayor. -Pero que quede en pie la invitación a mi edificio, me gustaría compartir ese vino contigo, solo llámame.-

Javier no podía dejar de observar su sonrisa. -Claro, en estos días será, dalo por hecho. - 

Comenzó a pensar en lo que seria ir a cenar a casa de Matt y ya imaginaba como terminaría aquello. Moría de ganas de terminar en una cama con el menor en brazos pero rápidamente se acordó de aquel lindo amigo de su hija y movió su cabeza para quitar la imagen del ojimarrón durmiendo en sus brazos la noche anterior. 

Se hizo un leve silencio, no incomodo, pero era momento de despedirse y ninguno de los quería hacerlo, o no sabían como. 

El primero en reaccionar a esto fue Matt y acerco su rostro al de Javier levemente. -Creo que es hora de irse, ¿no?- 

El mayor asintió suave y decidió que lo mejor era dejar un pequeño y tierno beso en la mejilla del mas bajo. -Gracias por esta tarde, me divertí mucho... -hizo una leve pausa para correr un cabello que caía por su propio rostro. -Me gusta hablar contigo, sos muy lindo. - No le dio tiempo a que Matt respondiera porque comenzó a caminar hacia su auto. Se dio vuelta para mirar al ojiverde y murmurar un Hasta luego moviendo su mano levemente en forma de saludo, una vez que este fue correspondido, volvió a su recorrido hasta el auto, dejando al menor un poco confundido porque todo había pasado rápido. 

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Abrió la puerta de su casa con las llaves y sonrió por dentro al escuchar la música que venía de arriba, pero dejo escapar una suave risa cuando las voces de los dos adolescentes, cantando, se hicieron presentes.

Rápidamente cerro la puerta para ir hasta el segundo piso y encontrarse, en la pieza de su hija, a Pedro, sentado en la cama, cantando con mucha intensidad, con una guitarra en la mano que no se escuchaba por el alto ruido del parlante y a Mía parada arriba de un pequeño sofá también cantando muy alto. 

Observó toda la escena con una gran sonrisa, amaba que ellos se diviertan simplemente escuchando música y una vez que terminó la canción se adentró en la habitación aplaudiendo lo que había presenciado. 

-Ustedes brindan un show increíble, me dejaron sin palabras. -Paró con los aplausos. -Estoy cansado de decirles que realmente deberían hacer música juntos y mostrársela al mundo, son muy buenos juntos.- No dejaba de sonreír. 

Pedro algo sonrosado, dejó la guitarra sobre la cama y se paro cerca del mayor observando su rostro, inspeccionando que se traía el mayor, realmente quería saber algo sobre Matt y su café juntos. -Recién llegas y ya estas echando en cara las mismas cosas de siempre, ya sabemos que no hacemos bien en encerrarnos a cantar en casa, pero es lo que- 

Fue interrumpido por Mía que corrió hacia los brazos de su padre y con una mirada esperanzadora hablo. -Contanos ya como te fue en tu cita, ¡por favor! otro día hablamos de nosotros.- 

Javier correspondió el abrazo de su hija y negó sin dejar de sonreir. -No fue una cita Mía, ¿cuantas veces tengo que decírtelo?-

-Todos sabemos que fue una cita, pero eso no es lo importante, ¿Como te fue? ¿Ya se besaron? ¿Ya son pareja? ¿Cuando lo voy a conocer? Yo no quiero que viva acá.- Confesó Mía sin soltar la respiración, terminando algo agitada. 

Soltaron su abrazo un poco y Javier dejo de sonreirle a su hija negando con la cabeza.- Nada de eso pasará, no nos besamos, no somos pareja y, ¿Por que lo invitaría a vivir con nosotros a nuestra casa? - Río un poco sarcástico. -Si tuviera pareja algún día no lo traería a vivir a nuestro hogar, es de los dos - hizo una pequeña pausa y miro al menor que había vuelto a la cama pero no les quitaba la mirada a su amiga y al mayor. -Y a veces un poco de Pedro también, ¿No?-

Pedro le sonrió en grande y rápidamente asintió. -Yo me siento parte de su pequeña familia y adoro que ustedes piensen lo mismo de mi.- Se puso de pie y los tres se unieron en un abrazo. 

-Sabes que hace años que te queremos acá, claro que sos parte de nuestra familia Pedrito.- Concluyó Mía separándose del abrazo. -Entonces, ¿No paso nada con Matt? ¿Tienen pensado volver a verse?- espero respuesta mirando a su padre que iba a sentarse en el pequeño sofá.

-No paso nada, lo juro. Él me cae muy bien y nos conocemos hace muchos años - Contesto el mayor. - Pero no se si pasará algo. Me invito a cenar a su edificio cuando yo quiera pero no le dije fecha, no se si iré.- junto sus manos observando a los menores que lo escuchaban atentamente desde la cama.

-Que te haya invitado a cenar es una buena propuesta supongo, ¿Por que no sabes si iras? - Hablo el menor por primera vez del tema. 

Javier le sonrió levemente. -No lo sé realmente, cuando me dijo que lo llame pensé en cuando podría ser, pero no se si tengo muchas ganas. - respondió simplemente alzando un poco sus hombros. Se hizo un pequeño silencio en la habitación y volvió a hablar. -Lo que si se es que tengo ganas de ir a cenar con dos de mis personas favoritas en el mundo, ¿Ustedes que dicen?-

Ambos sonrieron en respuesta y Mía hablo primero. -Esperen que me cambio y vamos, ¿Dale?-

-Yo también voy a cambiarme, tengo ropa en el bolso. -Pedro se paró y comenzó a buscar en su bolso.

-Pueden cambiarse, yo tengo que buscar algo de abrigo.- se puso de pie y salio de la habitación diciendo. -¡Los espero abajo!- 

El padre de mi amiga.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora