Día viernes, por fin, y Pedro se encuentra saliendo de su última clase.
Se sentía muy cansado y realmente hambriento.
¿Cuando fue la última vez que comí? se preguntó.Comenzó a caminar hasta la parada del autobus para poder volver a su casa, luego de un pesado día, pero un inesperado mensaje llega a su celular.
Rápidamente mira el texto sobre su pantalla y no puede creer lo que dice.
"Nene, cómo estás? necesito de tu ayuda en el día de hoy, puede ser?" - Javier.
¿Qué necesitaba Javier y por qué tenía que ser hoy con tanta urgencia? Se preguntaba el menor mientras dejaba de caminar para poder contestar correctamente el mensaje que aún permanecía en su pantalla.
"Jav, hola! estoy bien y libre en el día de hoy, para qué me necesitas?" - Pedro.
Luego de apretar en donde dice enviar retomó su rumbo.
Una vez que se encuentra en la parada de autobuses, reconoce a varios de sus compañeros de clase allí, se sienta y vuelve a tomar su celular, que estaba en su bolsillo, para leer la respuesta del padre de su mejor amiga.
"Necesito que me ayudes a comprar algunas cosas para Mía, falta poco para su cumpleaños y como todos los años quiero que me ayudes un poco, te parece? decime por donde te paso a buscar, ya almorzaste? podemos hacerlo por el centro antes de irnos de compras, si?" -Javier.
Sabía que faltaba poco para el cumpleaños de la menor, pero pensó que el padre de ésta se olvidaría de aquello que hicieron los últimos años.
Sonrío para él mismo, pasaría el dia y la tarde completas con aquel encantador hombre.Contestó el mensaje confirmando toda propuesta y al final especifico en que parada de autobuses se encontraba, para que Javier pueda ir a buscarlo.
Guardó su telefono en uno de sus bolsillos y miró a su alrededor. A su lado se encontraba sentado un chico que era nuevo en su clase, llevaba varios días presentandose frente a cada profesor pero no podía recordar su nombre. '¿James tal vez? ¿Jackson?'
Intentaba recordarlo pero no se daba cuenta que aquel chico estaba saludandolo.-Hola, ¿Pedro, cierto?- Le sonrió ampliamente confiado. -Soy Jason, empecé esta semana en tu clase-
El nombrado sonrió victorioso y dejo escapar un. -¡Jason, ese era!-
El nuevo compañero ojiazul lo observaba algo confundido. -¿Ese era qué?-
Rapidamente Pedro sintió algo de verguenza y negó rápido con la cabeza. -Nada, nada, estaba pensando en otra cosa.- se tranquilizó y le brindó una sonrisa. -Si, soy Pedro, un gusto Jason.-
Estrecharon sus manos en forma de saludo y Pedro pudo notar al ojiazul bajar un poco la mirada.
'Oh, es algo vergonzoso, se ve tierno' pensó.-Cuéntame- continuó- ¿Por qué entraste al instituto a esta altura del año? Falta apenas un mes para vacaciones, generalmente la gente espera a que pasen esas para ingresar- Preguntó curioso.
-Oh, si..- hizo una corta pausa. -Se que es raro, pero mis padres se separaron y mi madre decidió que vengamos a vivir por aquí cerca, que es donde ella nació- explicó sin dejar de mirar a su nuevo compañero. -Así que me anotó en el instituto al que ella iba.- río por lo bajo algo ironico. -No tiene mucho sentido, pero acá estoy.-
Pedro contento al obtener la respuesta completa que esperaba respondió. -Lamento lo de tus padres y que hayas tenido que dejar tu vida en otro lado.. pero mira el lado bueno, ahora podes conocer gente nueva y hacer más amigos- Le mostró una pequeña sonrisa. -Yo puedo ser uno, podemos sentarnos juntos en clase, si queres-
Jason intentó mostrar una sonrisa sincera y murmuró. -No tenía muchos amigos en donde vivía, gracias por preocuparte pero no tenes que ser mi amigo porque estoy so-
Pedro interrumpió al ojiazul rápidamente. -No, no, no.- Negaba con la cabeza. -No quiero ser tu amigo porque te veo solo, yo no soy asi.- Intentó poner su cara más amigable. -Pareces buen chico, solo debemos conocernos y tal vez tengamos muchas cosas en común.-
Aquel nuevo chico estaba por responderle pero un auto tocando bocina lo interrumpió.
-Pedro, ¿Vamos?- Habló alto por la ventanilla del coche.
El nombrado sonrió ampliamente al ser nombrado por aquel hermoso hombre y rápidamente se paró de su lugar. Le sonrió al mayor y, antes de empezar a caminar, dirigió su mirada al castaño de ojos claros que lo miraba algo confundido por la nueva aparición, y le murmuró.
-Podemos intentar ser amigos, hasta el lunes!-El ojiazul no pudo responderle porque Pedro ya se encontraba en el auto con aquel hombre mayor.
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Javier observaba al conocido menor hablar con un castaño que nunca había visto, y podía darse cuenta de que aquel miraba a su niño con una gran sonrisa que lo incomodaba a él.
Una vez que Pedro subió al auto, besó su mejilla y lo miró con una gran sonrisa.
-Vamos a comer.- Habló el menor. -Muero de hambre.-
El mayor comenzó a conducir y preguntó. -¿Quién era aquel castaño que estaba hablandote y no dejaba de mirarte?-
Pedro sonrojó ante sus palabras, ¿Javier estaba celoso? Por lo bajo habló. -Es un compañero de clase nuevo, estaba preguntandole algo sobre su vida, pero si no dejaba de mirarme seguro era por algo, ¿No?- Repreguntó con una pizca de encanto.
-Y..- Empezó Javier lentamente. -Nadie puede resistirse a mirar tu lindo rostro.. lo entiendo a, ¿Como se llama?-
El menor, algo nervioso ante las palabras de aquel hombre, respondió. -Jason, se llama Jason.-
Javier asintió a sus palabras, tendría que preguntarle a Mía sobre aquel nuevo compañero del chico a su lado. Luego de un corto tiempo murmuró. -Interesante..-
Y así terminó su conversación por ese viaje hasta el restaurante a donde Javier los llevaría a almorzar.
Una vez que el coche estuvo estacionado, ambos bajaron y caminaron en dirección a la gran puerta de entrada.
Pedro estaba algo sorprendido ante la elección del lugar, era algo elegante, serio, pero no tan formal, se sentía a gusto con eso.Ambos entran y Javier pida una mesa para dos. Que linda sensación pedir una mesa para dos, para compartir con aquel joven tan lindo y arreglado. pensó.
Una vez ambos sentados comienzan a leer las cartas para elegir qué comer hasta que Pedro pregunta. -¿Mía en donde está?-
Javier quita la mirada de aquel corto libro y responde. -Fue con su abuela a visitar a unas tías mías, que viven algo lejos.. llegará bastante tarde, así que tenemos tiempo para nosotros.-
Pedro asintió con un leve sonrojo, no podía creer que eso sea real. El mayor parecía sentir lo mismo que él pero.. ¿Por qué era tan difícil demostrarlo?
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El padre de mi amiga.
Roman d'amourPedro y Mia son mejores amigos hace muchos años, comparten las clases y la musica. A Pedro le encanta ir a casa de Mia, pero no solo va por ella. Pedro- 19 años. Mía- 18 años. Javier- 33 años.