Capítulo 8 (Hasta En Tú Sueños)

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Klaus se removía inquieto, en la cama. Trataba de despertarse pero no podía, o más bien, algo no lo dejaba. Se sentó aún dormido, mientras luchaba, gritaba, abatido por el dolor.

Caroline se despertó asustada,  al escucharlo. Se acerco a klaus, quien temblaba. Sus gritos eran de dolor.

 ¿Algo lo atacaba? Se preguntó.

Sin comprender lo que ocurría en la mente del Híbrido, Caroline atrajo su cara, en busca de su mirada. Sus ojos estaban abiertos, pero su mirada ausente. Desesperada por ayudarlo a despertar. Sujeto su rostro con esfuerzo, pues se zafaba inquieto.

—¡Ey! ¡Tranquilízate klaus! Escuchaba mi voz, soy yo Caroline. —Intento hablar, para sacarlo de la pesadilla, pero el Híbrido parecía aún más sumergido cada instante. —Mírame, estoy aquí, Se que puedes escucharme. —Grito segura, zangoloteándolo,  con la voz quebrada.

 
lucia aterrado, contraído, dolido. Jamás lo había visto así, sin pensarlo se pegó a su cuerpo y lo beso. Al principio klaus siguió removiéndose.  Pero de pronto rodeo, su cintura poco a poco. Lo que al inicio fue un rose  para hacerlo reaccionar, se convirtió en una invasión de la dependía su bienestar. Caroline noto como poco a poco todo iba pasando.

Cómo el miedo iba desapareciendo, como el deseo lo iba reemplazando. Aliviada, enrolló sus manos en el cuello del híbrido, dejándolo llevar el momento como él quisiera. Jamás había visto esa expresión en nadie, parecía estar presenciando algo abominable, espantoso. Sabía que las pesadillas ocasionaban eso, pero jamás imagino que klaus sufriera de ellas. En todo lo que llevaban juntos, jamás había tenido una. Agradecía que ya estuviera saliendo de ella.  Verlo sufrir así, solo le partía el corazón.

Klaus en medio de todo aquello, pudo seguir su aroma. Que se adentro hasta el centro de su mente, de su cerebro. Dándole señales de alerta. Todo lo que sentía, no era real. Nada más que ella, su ancla hacia la realidad era ella, Caroline. Con todas sus fuerzas lucho, por regresar, Cuando volvió abrir los ojos, fue consiente de como Caroline lo abrazaba, fuertemente.

La rubia, frágil y delicada, que el juro cuidaría hasta el final de los días. Se aferraba a él, como si su vida dependiera de ello. Caroline sonrió alegre cuando noto klaus por sin había despertado. El híbrido llevo una mano a la mejilla de la rubia, y la otra al vientre.

—Gracias, me trajiste de vuelta. —Confeso uniendo sus frentes.

—No supe que más hacer. —Admitió con una pequeña sonrisa.

—Mejor que tus labios nada amor. —Aseguro volviéndola a besar.

Caroline sonrió y lo abrazo, Feliz porque ya estuviera bien. Luego lo miro un tanto curiosa, deseaba saber que había pasado. Klaus aún se recuperada del mal sueño que había tenido. Ni Muerto lo dejaba de atormentar..

—¿Te gustaría hablar de tú sueño? —Cuestiono curiosa. El Híbrido no estaba convencido, pero necesitaba desahogarse.  

—Soñé con mi padre, me apuñalaba, antes que pudiera cargar a mis hijos. El quería destruir lo que más amo. Intentaba detenerlo, pero fallaba, a cada intento, me alejaba más de conseguirlo. —Se sincero. Caroline lo escucho atentan. Luego le dio un beso en la mejilla.

—Creo qué estás preocupado por ser un buen padre. Pero debes saber. Lo harás bien, lo sé. —Aseguro

—¿Cómo estás tan segura de ello?

—Porque ya sabes lo que es ser padre. Y siendo un padre soltero, educaste a Marcel, con principios, tal vez no los mejores pero al fin principios. Estoy segura que lo harás mejor esta vez, con dos madres perfectamente capaces a tu lado. —Klaus no pudo evitar sonreír, Caroline tenía una forma peculiar de decir las cosas. Jamás se catálogo como un padre soltero, hasta ahora.

Dónde Dejaste tú corazón -Klaroline- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora