Ramen. (Shoto Todoroki y tú)

Uno

Shoto Todoroki

El canto de los pájaros y las caricias que me brindaba mi novia eran una de las mejores sensaciones.

Ella descansaba en mi pecho acariciando suavemente mi mano, está es de esas situaciones de las que no quieres que acabe nunca.

Estábamos en la azotea de la academia, ella estaba sentada en medio de mis piernas mientras yo solo me limitaba a dar pequeños toques en su cabello.

—Shoto.— llamó mirándome.

—¿Qué pasa?

Me sonrojé cuando ella dió un beso en mis labios, escondí mi rostro en su cuello  y escuché su hermosa risa.

Dí pequeños besos por todo su cuello y sentí como toda su piel se erizaba ante mi contacto.

Ella iba a decir algo pero la campana sonó dando a entender que el receso se había acabado. Caminamos juntos hacia el salón recibiendo muchas mirdas por parte de todos, si bien estábamos a punto de cumplir año y medio juntos, todos nos veían como si fuera la primera vez. Ella agarró mi mano y se pegó más a mí.

—¿Qué tienes?—miré curioso hacia mi novia, ella agarró mi brazo y señaló hacia Kaminari quién tenía un plato de ramen en sus manos. Saludó e hizo una seña para que vayamos hacia él.

—¿Puedo ir?—preguntó mirándome con un pequeño puchero. Suspiré y negué con la cabeza, no podíamos faltar a clases por un plato de ramen.

Bufó y corrió hacia Denki, se dió la vuelta y me mandó un beso,ganando cumplidos por parte de las chicas y silbidos por los otros.

Miré el suelo apenado mientras sonreía como tonto. Alzé mi vista viendo como ______ caminaba sonriente a lado de Denki quienes comían ramen como si fuera la cosa más deliciosa del mundo.

El soba frío es mejor.

—¡Ven Todoroki!—gritó y volvió hacia mí.

—No voy a faltar a clases por ver como comes ramen.—me cruzé de brazos.

—No vamos a faltar a clases Shoto. Denki ha dicho que Present Mic ha tenido que salir un rato, por lo tanto no tendremos clases.—hizo un pequeño baile.

—¿Cómo sabemos qué Kaminari no miente?— ella dejó de bailar y asintió con la cabeza.

—Voy a preguntar a alguien más.—y antes de que pudiera decir algo empezó a gritar.—¡Katsuki! ¡Bakugou!

Caminó hacia el salón y yo la seguía unos pasos atrás, los estudiantes sonreían mientras ella seguía gritando.

—¡¿Qué quieres, estúpida?! ¡¿Por qué gritas como desquiciada?!—Bakugou salió como un demonio del salón, una vena marcaba toda su frente.

—¿Tenemos clases, estúpido Katsuki?

—No estúpida, no tenemos clases.—se veía algo calmado pero nunca dejó de fruncir el ceño.

Siempre me sorprendía el hecho de que nunca la hubiera insultado de la forma en la que insultaba a Izuku o al resto del mundo.

Es como si hubieran hecho un trato.

—Gracias, estúpido Katsuki.

—De nada, estúpida ______.

Bakugou volvió  a entrar al salón y nosotros volvimos a la cafetería.

Denki nos dió un plato de ramen.—Vamos, coman. Este es el mejor ramen que comerás en tu vida ______ lo ha hecho mi madre.

No tenía apetito, más bien, no me gustaba el ramen.