Ramen. (Shoto Todoroki y tú)

Siete.

Metí un gran trozo de pollo a mi boca sin saber que otra cosa hacer, agaché la mirada a mi plato y empezé a contar los pequeños cuadritos de tomate en la ensalada, como si fuera tan interesante.

—Kacchan cambió mucho, Todoroki.—dijo Deku.

—Eso es imposible.—contesté después de tragar lo que tenía en la boca.

—Pues créelo.—interrumpió Mineta.—Después de que te fuiste, él cambió mucho su humor.

Giré otra vez la cabeza hacia ellos, casi me atoro al ver como ahora se acercaban a nuestra mesa, ella dejó de sonreír y Katsuki frunció su ceño.

—Hey...—yo no sabía como responder a eso.—¿Cómo están?

Me quedé quieto viendo como ella los saludaba con un beso en la mejilla (menos a Mineta), Katsuki chocaba puños con ellos.

—Buenas noches.—musité ignorando mi tono de voz.

Bakugu apretó su puño, y sin mirarme, me tendió la mano en saludo.

¿Se va a acabar el mundo?

Actuando como si no me hubiera sorprendido -algo que fue difícil-  agarré su mano y la estrechó.—Un gusto, Bakugou.

No respondió nada, su mirada seguía seria. No esperé tampoco respuesta.

¿Ahora qué?

Ella forzó una sonrisa y me tendió la mano.—¿Cómo te va, Todoroki?

¡¿Qué hago?!

Miles de sensaciones pasaron por mi estómago, como si estuvieran haciendo una carrera para ver a que hora vomito.

Tragué pesado y acepté su saludo, separamos nuestras manos tan rápido como hicieron contacto, no dije nada porque seguramente vomitaría, Katsuki agarró su brazo y se la llevó con ellos.

Podía ver como sus bocas se movían mientras murmuraban cosas, ahora su especialidad era ignorar todo.

Podía sentir la mirada de Midriya en mí, yo seguí comiendo y observé como él se levantaba se su asiento porque Kirishima lo llamó.

Abrí los ojos con sorpresa y me levanté con prisa hacia al baño, me quedé como treinta minutos,  lavé mi cara y su risa hacia eco en mi cabeza, no la escuchaba desde hace cuatro jodidos años.

No es justo.

No la veo desde hace cuatro años, terminó conmigo de la forma más miserable y cuando la veo otra vez, ella viene como si nada y empieza a seducirme con su estúpida pero hermosa risa.

O solo me olvidó y siguió con su vida.

Bufé ahora con enojo en pensar que ella me amaba aún.

—Pareces un loco, bastardo.

Me tensé con sus palabras llenas de odio, dudo que venga a golpearme en los baños de un local. Me mordí la mejilla cuando se acercó a mi, me tragué el suspiro de alivio cuando abrió la llave y mojó su cabello.

La música se volvió más fuerte al punto de ser lo único que se escuchaba, salí a paso de robot, me tapé los oídos, sin duda en el baño no era tan fuerte el ruido.

Denki bailaba como loco y todos lo apoyaban.

—¡Denki, has el paso!

No...

Todos reímos al ver el gran paso de baile, aunque no parecía. Se trataba de echarse al suelo y hacer como un gusano, sin embargo Denki parecía tener un ataque al hacerlo.