Jupiter

Capítulo 11 (Mi jupiter)

Un mes después...

Todo había vuelto a la normalidad, mi tía y yo regresamos de la cabaña Montain a nuestro hogar, mientras que mi padre tuvo que viajar por unos negocios.

Me dijo que no podía quedarse quieto, que en los negocios hay que arriesgarlo todo y aunque se fracase siempre debemos tener la mentalidad de ganador.

Lo que mi padre me habló del amor aquel día, me hizo reflexionar mucho, ese día busqué a Phyt hasta debajo de los muebles, me senté, me inquieté, lo esperé pero nunca llegó. Al día siguiente todos nos marchamos a nuestro rumbo y no lo volví a ver.

Ya sé... Iré a su casa, SI ESO HARÉ.

Son las 5:30 AM. A quién se le ocurre hacer algo así y más a esta hora?

Sí, a mi!

Ok Júpiter cálmate. Me digo a mi misma mientras doy vueltas en mi recámara.

Sé que me va a cerrar la puerta en la cara por despertarlo, y si no está? Y si... Ok estoy muy nerviosa.

Voy de camino en el taxi que pedí, ya que el chófer de mi casa inicia a trabajar a las siete y media.

Me puse un poloche grande y su largo me llega más arriba de las rodillas, también un abrigo blanco de lana con gorro y una licra negra.

Casi llegamos, bostezo, los ojos se me comienzan a cerrar por el sueño.

-Señorita! Señorita ya llegamos. Escucho la voz del taxista que me espanta.

-Oh lo siento...- le digo pagando le y saliendo del taxi.

Hace mucho frío siento que me voy a congelar.

Camino a la hermosa entrada de la reluciente mansión que estoy viendo.

Toco el timbre como 15 veces pero nadie atiende, aff me empiezo a desesperar.

Sigo tocando, me siento en la entrada de la puerta y me recuesto en ella. Debo estar roja del frío tan fuerte que hace, mis ojos se van cerrando poco a poco hasta quedar profundamente dormida.

Narra Phyt

Y cuando pienso que van a parar siguen tocando el timbre.

A quién se le ocurre venir a esta hora, pero que indeseable, podría parar! le diré unos cuantos dichos. O mejor le arrojó agua fría sin importarme un bledo quien sea.

Estoy furioso, no me quiero parar, pero lo hago.

Vajo las escaleras volteando los ojos y adormilado.

Hoy le di el día libre a todos los empleados, apague mis dos teléfonos, tampoco quiero recibir llamadas de nadie. Mi madre está de viaje por asuntos de negocios, me dijo que me pasará por la empresa ya que desde que llegué empecé a involucrarme. Pero hoy quiero estar solo.

Abro la puerta con mi ceño fruncido. Pero al instante me cambia la expresión de enfado a ternura al ver quién está en la entrada y dormida.

Tiene las mejillas rojas por el frio y está helada.

Me agachó y acaricio su pelo, sin darme cuenta estoy como un completa idiota mirándola y sonriendo.

Tenía que ser Júpiter, <<Mi jupiter>> me dice mi subconsciente y no hago nada para negarlo.

La tomo en mis brazos y la llevo a mi recámara. Recuesto su ligero cuerpo en la cama y la cubro con las sábanas.

No puedo parar de mirarla, es tan bella. Lo que siento ahora mismo es algo que no puedo explicar, mi corazón sin duda le pertenece a ella, quisiera poder abrazarla sin límites, sin tiempo y sin dudas.

Le tomo la muñeca y la llevo hasta mis mejillas para luego darle un dulce beso.

Todo lo que hago es para protegerte, por eso tengo que alejarme de ti, aunque te ame, aunque mi cuerpo y conciencia me lo quieran impedir.

-Lo siento- Le susurro al oido