Me levante de la cama, y me dirigí a la puerta, cogí las llaves y salí. Camine por las calles, sin un rumbo fijo, no había nada interesante, no había nada que destacase, era la misma ciudad que años atrás, una ciudad pequeña que llevaba así toda mi vida.
Seguí perdiéndome por las calles conocidas, sin que nada me llamase la atención. Cientos de personas iban y venían por la calle principal, con un rumbo fijado en su cabeza, eran como robots. Unos iban, otros venían, pero no se chocaban entre sí. Me quede parado allí, mientras personas me esquivaban, que pensarían esas personas, pensarían que estoy loco por pararme., nunca lo sabré, solo sé que en esos minutos allí parado, nadie me miro, nadie me dijo nada, me sentía como un fantasma.
Decidí seguir andando, me fije en las miles de casas que había, casas de diversos colores, algunas más antiguas otras más modernas, pero todas ellas iguales. Todas ellas tenían un único propósito, hacer que la gente se sintiese a salvo. Miles de personas viviendo su vida dentro de ellas, y muchas sin conocer más mundo que esas cuatro paredes y esta estúpida ciudad.
Proseguí mi camino, y seguí viendo lo mismo, personas como robots, y casas iguales. Nada destacaba, nada me sorprendía, era un lugar aburrido y soso.