D I E Z

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—No, pero él nos puede servir de ayuda más adelante —dijo Armando.

—Me vale una puta mierda, lo quiero muerto —respondió la persona.

—Brown, quieren que mate a Gustabo —dijo Armando apartando el celular.

—¿Es la persona esta, la ya tú sabes quién? —dijo Brown.

—Si —dijo Armando y Brown le quitó el teléfono para que él hablará.

Armando se quedó en su sitio, o sea una cosa es jugar con él y otra muy distinto es matarlo, sea lo que sea lo quería en el fondo.

—Listo, ya está, no matarás a nadie, tu muy bien sabes que tengo mis encantos para hablar, hazle de todo, que no se salga con la suya, pero no lo mates y no dejes que te cubran, yo te timbraré y esa será la señal para que te largues de aquí con todos esto —dijo Brown y se fue.

—Gringo, tráeme dos colchones y lo pones en distinta habitación, mi amigo y yo nos divertiremos con esas dos ratas —dijo Armando a su compañero.

—Como ordene jefe —respondió Gringo.

***

—Toribio, no lo mires a mi hermano, ¿No vez que le das asco? —dijo Gustabo.

—Cállate putita, ya viene tu amado —dijo Toribio riendo.

Armando entró al cuarto y le avisó a Toribio que Gringo pondría camas.

—Uyyy que esta tarde nos divertimos papá —dijo Toribio mirando a Horacio.

—Gustabo... —dijo Horacio triste.

—Ah sí, mira, les tengo un trato perlas mías —dijo Armando.

—No quiero hablar contigo —dijo Gustabo.

—Formen parte de mi banda —dijo Armando.

—Jamás, no voy a traicionar a mi familia —dijo Horacio.

—Ya, pero es que a ellos no les importan ni una mierda su presencia —dijo Toribio.

—No le comas la cabeza de esa forma, pedazo de mierda —dijo Gustabo ya molesto.

—No nos cree Toribio, no cree que su super es una maldita rata —dijo Armando riendo.

—Hagamos algo Armando, hay que llamar al supermaricon ese y así podemos hacerles ver que para Conway ellos no son nada —dijo Toribio.

—Bueno llámalo, pero primero ponles algo en la boca para que no hablen ellos —dijo Armando.

Toribio les puso un trapo en la boca para que no puedan hablar.

Armando llamó de un celular nuevo al super y contestó a la segunda.

—Aló —dijo Conway con un tono cansado.

—Hola, pero mira si nos ha contestado la mismísima autoridad de toda esta puta ciudad, joder hombre, le habla aquí un amigo de usted que tiene a sus amiguitos —dijo Armando usando un modulador con el celular en altavoz.

—Pero bueno, tú eres tonto, no son mis amigos, son mis agentes, pero bueno eran alumnos, y eso lo encuentro en varios lugares —dijo Conway riendo.

—¿O sea que una mierda te importa Gustabo? —dijo Armando mirando a Gus.

—Me importa igual que una mierda, quieres hacerle algo, pues adelante —dijo Conway.

—¿Y Horacio? —preguntó de nuevo.

—Mira que él es bueno en las armas, pero de igual forma tengo otras cosas más importantes en que preocuparme, si me llamabas para eso, mejor cuelgo, adiós pedazo de mierda —dijo Conway y colgó.

UN TE AMO ES PARA SIEMPRE - (INTENABO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora