Capítulo 5: Azotea crepuscular

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Eren Jaeger alguna vez tuvo una familia

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Eren Jaeger alguna vez tuvo una familia. En sus momentos más solitarios podía recordar a su mamá, cantando feliz desde la cocina, y a su padre, que aunque no fuera muy expresivo, se sentaba a su lado a esperar la cena mientras le leía libros de leyendas.

Si pudiera recordar un sentimiento que evocaba su padre, era respeto.

En cambio, su mamá era su todo, lo abrazaba y se sentía feliz, le cantaba e iluminaba su mundo, aunque le aplicara disciplina, lo aceptaba sin reproches.

Eren amó profundamente a su mamá, y temía pero quería a su papá.

En ese entonces vivían en una casa pequeña de un barrio de clase media, su papá salía por las mañanas a trabajar y llegaba hasta tarde para cenar junto a su familia en la noche, su mamá se pasaba todo el día manteniendo limpia la humilde casa. Podía ser antigua y pequeña, pero su limpieza y orden eran impecables.

En ese barrio Eren conoció a los que serían sus mejores amigos durante toda su vida, un muchacho bajito y tímido llamado Armin, a quien salvó en múltiples ocasiones de los niños malos de la escuela, y una niña asiática llamada Mikasa, que lo salvó a él cuando intentaba salvar a Armin, dado que era muy fuerte. Los tres niños pasaban sus tardes yendo al arrollo cercano a tirar piedras, recolectando objetos curiosos, como fichitas y papeles que consideraban interesantes, se reunían en el patio de Armin a jugar, pues tenía una casita de madera, y ahí planeaban miles de maneras diferentes de jugar, como los niños que eran.

Como se sabe, las buenas épocas no duran mucho. Toda infancia debe terminar en una nota amarga, para prepararte a lo que sigue. Pero la infancia de Eren terminaría de manera aún más abrupta, pues una noche, en el principio de su adolescencia, llegó a su casa para encontrarla con las puertas abiertas, y vio a unos hombres trajeados salir de ella, Eren se escondió para que no lo vieran y cuando todos los hombres se fueron entró a su hogar, sólo para encontrar a su madre muerta en el piso de la cocina a causa de unos disparos, y a su padre Grisha moribundo.

En sus últimas palabras, Grisha Jaeger le contó que esto había sido obra de su abuelo, que debía buscarlo y a su medio hermano. Eren entre lágrimas juró que lo haría, con sus padres muertos, la familia Ackerman tomó su custodia, así pasó dos años más viviendo con Mikasa. Pero sus días de infantes habían terminado, a los 18 años, alimentado por un odio del que no hablaba con nadie, y con un plan que había tramado desde ese día que lo marcó por siempre, escapó a la ciudad donde encontraría su destino, acompañado de su fiel amigo Armin, para al fin derribar a quienes habían matado a su familia.

Lazos de titanioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora